Por Edgar Hernández*
Cuando en 2018 el proyecto de la llamada “Cuarta Transformación” pegó al corazón del PAN , PRI y PRD, hoy extinto, con un proyecto de permanencia en el poder de al menos tres décadas, sus gestores jamás pensaron que a la vuelta de un sexenio estarían cavando su propia tumba.
Las raterías y divisiones intestinas formaron un cáncer de exterminio y sería Veracruz, la cuarta reserva electoral, la que arrojara el primer diagnóstico de muerte súbita.
Ello por más que la primera Morena, Rocío Nahle, reconociera que perder es parte de la democracia y que gobernaría para todos los veracruzanos.
El diagnóstico de metástasis partió de su propia dirigencia que aun encabeza el corrupto Esteban Ramírez Zepeta.
Los operadores de Nahle, su esposo José Luis Peña, Gómez Cazarín, Eric Domínguez y el mismo Bola 8, quien sin poder no sirve para nada, el apartar a Manuel Huerta, quien venía del ente "Bienestar" con todos los grupos y gestores de barrios, colonias y rancherías de los 212 municipios que a una orden del propio Huerta al no ser convocado, no se mueven... ¡como fue!
Ello sumaría a la debacle.
De poco sirvieron las carretadas de dinero que finalmente fueron a parar a los bolsillos de improvisados operadores que terminaron huyendo del escenario de la derrota.
A la suma de torpezas y yerros se sucedieron dos hechos inéditos, la alianza con el nuevo Cartel, el Grupo Sombra -empeñado en establecer su sede en Papantla y Poza Rica- y el afán de exterminio contra de Manuel Huerta que en el dejar hacer, dejar pasar solo se frotó las manos cuando vio los resultados, al observar que el llamado “Conserje”, Ricardo Ahued se la pasó pintando los muros de Palacio sin operar ni en el barrio donde depositó su voto.
Pasado el atropello donde ni siquiera se anotaron las placas sería que la gobernadora se enteraría del revire de las huestes de Huerta.
No tuvo más que observar cómo ese primero de junio el pueblo bueno le dio la espalda, cómo se auto boicotearon las urnas y los beneficiarios de programas, becas y dinero para la tercera edad simplemente se quedaron en casa para observar el derrumbe.
Fue una dosis de casi un millón de votos de castigo para Nahle, mortales para su proyecto de regresar al gabinete y si, causa objeto, para que se le aplique la Revocación del Mandato, tal como lo ha propuesto el propio Huerta.
Tras la jornada electoral queda asimismo al descubierto la división que Morena en donde si bien dejó de funcionar la fórmula PRIMOR abrió la urgencia de aliarse con el único que le representa para el 2027, 2029 y 2030 la única posibilidad de victoria, Movimiento Ciudadano.
Es el único camino que hoy Morena revisa con toda seriedad, la coalición con la segunda fuerza política electoral.
Desde luego que falta que quieran los emecistas ya que históricamente el partido de Dante no hace alianzas con ningún partido político y menos ahora que tiene todo para alcanzar la alternancia en los tres periodos electorales por venir.
Morena, por tanto, está bien pelado.
Vive la tragedia de su corta vida ya que a vistas el único que podría enderezar el barco es su enemigo público número uno, Manuel Huerta, a quien si pudieran lo meterían a la cárcel, pero tiene fuero.
Huerta se ha convertidoi en el peor critico sus raterías y tropiezos y paradójicamente es a quien en los hechos le reconoce el propio Zepeta, mueve a las colonias y que tiene a la gente.
Es quien matalascallado sigue operando a su estilo, lanzar la piedra y esconder la mano.
Fácil, por tanto, no la tiene la señora de Zacatecas quien cada día está más irritable porque nada le sale.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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