Antes de ser candidato a la Presidencia de la Republica por el PRI, partido al que llamaba el escritor mexicano Luis Javier Garrido, el Partido de la Revolución Institucionalizada, Luis Donaldo Colosio Murrieta era padre y esposo. El 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, barrio pobre de Tijuana y hoy igual, varias balas quitaronle la vida a Colosio y, después la tristeza la de su esposa, dejando dos niños en la orfandad hoy adultos.
24 años han pasado y recordamos al de Magdalena de Quino como el candidato presidencial asesinado por el sistema al que quiso combatir y al cual había pertenecido. Pocos saben que después de varios detenidos y sujetos a proceso muy desasados, la teoría de la conspiración quedó oficialmente cerrada en aquellos años y determinado hubo un solo tirador y asesino, Mario Aburto encerrado en La Palma del que ya nadie habla o escribe.
Cada año, sobre todo el PRI hace actos luctuosos a Colosio aceptando la teoría del tirador solitario, sin exigir se reabra el caso Colosio, para saber la verdad, ante la nacionalmente duda de que fue una conspiración su muerte. Muerte que llegara después de aquel discurso emblemático del colosismo dado en el Monumento a la Revolución en la Ciudad de México donde hoy este artículo se escribe, discurso colosista que por cierto tiene sus bases en los de Ricardo Flores Magón que miraba México de aquellos tiempos igual, con hambre y sed de justicia.
Muchas instancias participaron en la investigación para ratificar la muerte producida por un solo hombre, pero esas instituciones fueron siempre cuestionadas provenientes de un sistema hegemónico de partido cuestionado por su triunfo electoral y los intereses políticos y económicos de aquellos tiempos.
En la mente de jóvenes y no tan jóvenes la conspiración sigue viva y es por ello que el PRI reabra el caso como suele suceder en asuntos de estado en los países democráticos del orbe, porque eso ayuda a construir certeza y credibilidad en las instituciones y el irrestricto imperio de la ley, amén del respeto al Estado de Derecho.
Nadie se pronuncia por ello, más que la sociedad mexicana que lo hace cada año cuando se recuerda a Colosio. Los actos de hoy son en su mayoría para que quienes lo hacen aparenten un poco de democráticos, republicanos y justicieros.
Gane quien gane la elección presidencial, debe reabrirse el Caso Colosio y dejar a la sociedad satisfecha con dicha nueva investigación. Que pasará en el 2024 cuando el candidato que gane la elección presidencial, no haga nada al respecto. Solo significará que la ley, el Estado de Derecho y agravio nacional le importa un pito. Lo mismo deben hacer con Ayotzinapa, desapariciones forzadas, feminicidios, etc, que son casos emblemáticos de una sociedad ofendida por un sistema aun putrefacto y un gobierno tildado de limanturesco en sus tres niveles y hasta poderes, así las cosas. Veremos quién gana la elección presidencial, quienes conforman el congreso de la unión y que harán el año que viene en el 25 aniversario de Colosio, hasta llegar al 2024. 24 años de su muerte y un gobierno saliente en 2024 resolviendo casos emblemáticos o simplemente un gobierno más de México, hasta que la sociedad mexicana tome otras medidas que esperamos sean las de las alternancias democráticas y no las de la violencia producida por el desencanto de los actores políticos actuales, por cierto permitidos por la misma sociedad agraviada. Actuemos. |
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