EN LUGAR de crear empleos para mejorar las condiciones económicas del pueblo, tanto en el gobierno federal, como estatal y municipal, lo primero que se hace al iniciar una nueva administración, es correr a todos los que se encuentran prestando sus servicios.
Hay razones, desde luego, y una de ellas, generalmente, es el acomodo de mucha gente, aunque no tenga el perfil adecuado ni la mínima experiencia, pero que tengan una filiación partidista, es decir, del partido político que entra a gobernar.
Así esta sucediendo ahora a nivel nacional, en el Estado, y en algunos municipios que ya estando en funciones, se están viendo obligados a tomar decisiones en sus respectivas administraciones, para aplicar reducciones de salarios y sobre todo, presiones a los trabajadores para que dejen el espacio y en su lugar se coloquen a los recomendados de la nueva administración.
Desde hace muchas décadas, ha sido, en gran parte, la estrategia política de los gobiernos, tanto del PRI, del PAN, y como lo es ahora en el propio Partido político, denominado Morena. Las quejas están al orden del día, pues ya se ha instrumentado una especie de operativo laboral para correr a quienes se encontraban trabajando, usando algunas formas como impedir la entrada a sus oficinas, a mantenerlos en espera del pago de sus quincenas, a permanecer inactivos, sin que les asignen alguna actividad, y en general, aplicarles la aburridora para que voluntariamente, dejen sus puestos de trabajo y de no hacerlo, correrlos con algún pretexto.
Pues bien, estos son los días en que la mayoría de trabajadores, sobre todo, aquellos que no se encuentran integrados a una organización sindical, laboran con el temor de ser notificados en el momento menos esperado de que es necesaria su renuncia.
Algunos de ellos, como ya hemos comentado, son presionados de diversas formas para que abandonen voluntariamente su trabajo y sin ninguna responsabilidad para el gobierno, el patrón que debería ser el más cumplidor de las determinaciones laborales, exigidas en las Ley Federal del trabajo.
Hasta este momento no se tienen datos precisos de la gran cantidad de trabajadores que han dejado de prestar sus servicios al gobierno, luego de que han sido, prácticamente despedidos, bajo el argumento de que el gobierno pretende ahorrar lo más que se pueda en materia económica, concretando la llamada austeridad republicana, que en realidad no existe ni existirá, porque los ahorros que se hacen, por lo menos en reducir la plantilla laboral, no se dan, en virtud de que los puestos que han sido desocupados, son ocupados por nuevos trabajadores que traen el sello del nuevo gobierno en la frente.
Así están las cosas en este momento, lo que significa que no hay cambios, que todo sigue igual y que las practicas de los gobiernos pasados, relacionadas con los trabajadores, siguen siendo las mismas y quizá, en estos momentos, con mayor gravedad, porque se están viviendo tiempos difíciles en materia económica.
El empleo es la solución de casi todos los problemas que tiene el país, porque de esta manera, no habría tantas necesidades en el seno de las familias mexicanas y veracruzanas, en especial, contribuyendo a que los jóvenes y demás integrantes de una familia, no corran el riesgo de caer en las garras de la delincuencia.
El empleo, por lo tanto, debe ser una de las prioridades que deben contemplar los gobiernos, dentro de sus proyectos y planes de trabajo, pues es la forma, como ya hemos señalado, de vencer muchos de los problemas que padece la sociedad, al mantener ocupados y productivos a la mayor parte de los habitantes de la nación, haciendo que el país crezca en todos los sentidos y lograr un acercamiento al ideal de vivir mejor.
Deben desecharse las estrategias del pasado y mantener a los trabajadores en sus puestos, aunque esto resulte, momentáneamente, una carga para las administraciones, pues con el tiempo la productividad habrá de justificar los gastos del presente.
Y lo más importante, no hay que generar ambientes de rencor contra quienes gobiernan, generados por una mala aplicación de las disposiciones que muestran, ante todo, venganzas políticas al considerar que los trabajadores que se encuentran laborando, son enemigos políticos de las nuevas siglas que gobiernan, porque tarde o temprano, se comienzan a cobrar las facturas en este sentido, y por si no lo creen, solamente pregúnteles a los panistas, como les ha ido, sobre todo, en procesos electorales del pasado reciente.
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EL PRESIDENTE LOPEZ OBRADOR, es pobre. No tiene nada, salvo dos cuentas bancarias y de inversión que ha declarado ayer dentro de su patrimonio. Dice el primer mandatario que no posee bienes inmuebles ni automóviles y que algunas propiedades están a nombre de su esposa y de sus cuatro hijos, indicando además, que su sueldo es de ciento ocho mil pesos, como Presidente de la República.
Así, el Presidente, ganará aproximadamente en un año, un millón doscientos noventa y seis mil pesos, más lo que le corresponda en prestaciones como es el aguinaldo, sí es que lo acepta, tomando en cuenta que estamos viviendo tiempos de austeridad republicana.
En los seis años de gobierno, el Presidente, ganará una cantidad aproximada de siente millones de pesos, setecientos setenta y seis mil pesos, más lo que obtenga como prestaciones, pero de ninguna manera se podrá igualar a las millonarias cantidades que ganaban los mandatarios nacionales anteriores.
Y lo peor del caso, es que una vez que deje la Presidencia de la República, ya no tendrá pensión alguna, por lo que su sueldo tendrá que ser ahorrado desde ahora para que pueda vivir el tiempo que le quede y enfrentar los gastos de su hogar.
Hasta ahora, se cuenta que el Presidente mexicano, más pobre, fue Adolfo de la Huerta y a nivel internacional, el que fuera Presidente de Uruguay, José Mújica.
Bajo estas consideraciones, el tercero de ellos que no tendría dinero ni bienes, podría ser, al final de su gestión, el ahora Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
¿Y usted qué opina.?
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PERO ESTO NO ES NADA, pues según se ha informado oportunamente, el Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, solo tiene una propiedad, aunque no se dijo de que valor, pero es una.
Además cuenta con diez mil pesos en sus cuentas del banco, pero hay que considerar que ha informado que tiene también una deuda de trescientos mil pesos, por lo que el mandatario estatal, vive económicamente con números rojos.
El Gobernador veracruzano, también es pobre y su sueldo tampoco le alcanzará para poder enfrentar los gastos que tenga en su propio hogar, toda vez, que es una persona pública y que por lo tanto, sus ingresos apenas le darán para cubrir estas necesidades.
Así es que el Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, podría ser, al final de su gobierno, considerado como el mandatario estatal más pobre de la historia gubernamental de Veracruz, sobre lo que pudiera decirse del Ex gobernador Adolfo Ruiz Cortines, que también vivió modestamente.
Y otra vez, le pregunto, amigo lector.
¿Usted qué opina?
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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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