DERIVADO DE UN PANORAMA incierto, el Gobierno de Veracruz, comenzó el primero de diciembre pasado, una administración seriamente complicada. La primera preocupación económica fue el pago de los beneficios anuales de los trabajadores, de manera, especial, el aguinaldo, una prestación alcanzada en nuestro país. en mil novecientos setenta con una reforma laboral, la cual indicaba que se debía otorgar, cuando menos lo correspondiente a quince días laborales y pagados antes del veinte de diciembre a cada trabajador, aunque el origen de esta gratuidad se remonta, dicen algunos estudiosos, hasta el imperio romano.
Pero fuera de la historia, de esta prestación laboral, decíamos que el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, no nació, en diciembre, con buenos augurios económicos, primero, porque no tuvo en caja los recursos necesarios para comenzar su administración, es decir, se las vio difíciles en este asunto de comenzar el presente año con grandes carencias económicas y con serias demandas populares que debió cumplir en los primeros cien días de gobierno.
La cuestión está en que la entidad veracruzana, aún se encuentra sumida en diversos y serios problemas. Por un lado, efectivamente, el asunto de la inseguridad permanente, ya la tiene prácticamente ahogada y por otro lado, la falta de empleos y dinero circulante que permita movimientos económicos en todo el Estado, son dos o tres de los más prioritarios temas que tiene que atender el nuevo gobierno, el de la esperanza de México, porque no es privativo de Veracruz, sino de todo el país.
Sin embargo, Veracruz, es uno de los Estados de la República, más castigados por la falta de recursos económicos. El pueblo espera, como ha esperado en los recientes sexenios gubernamentales, que haya, por fin, una respuesta efectiva a tantas demandas de los veracruzanos, y no es que los habitantes de esta entidad, quieran las cosas regaladas, no, sino simplemente, que haya espacios donde trabajar y ganarse la vida, honestamente, como suele pregonarse en la actualidad, y en todas las actividades públicas.
En Veracruz, ¿Cómo la ve?, es una pregunta que surge continuamente en todo el país, porque consideran que no es justo que un Estado, con tanta historia, tradición y riqueza, esté pasando por serias dificultades económicas, cuando en realidad, había tenido todas las oportunidades a su favor, es decir, que hubo, de alguna manera, posibilidades de que los veracruzanos, crecieran en sus negocios y en sus actividades diarias, amén de no tener tanta preocupación por los actos de violencia, como los que ahora se generan todos los días y en cualquier parte.
Una de las primeras estrategias que se le han recomendado al Gobernador del Estado, es que ponga a cada quien en su lugar, que haga uso de los recursos humanos que existen en Veracruz, para que se pueda seguir adelante, es decir, que lleve a cabo los ajustes necesarios y que todo mundo se ponga a
trabajar, porque resulta ser una necesidad, más que un compromiso, dar respuestas efectivas a los gobernados, más cuando éstos, acudieron históricamente a las urnas el pasado primero de julio con la idea de buscar el cambio y la transformación de un país y de un Estado, que había sido saqueado impunemente por las fuerzas del mal.
Y aún cuando se sabe que muchos de los males provienen de estos gobiernos, lo mejor es no tomarlos como pretextos, porque de seguir en este mismo camino de repartir culpas por todos lados, podría originar que los propios veracruzanos, comiencen por peguntar qué se ha hecho para castigar a quienes, con pruebas suficientes, aparecen en el escenario público como responsables de la masacre económica de las arcas del gobierno veracruzano.
Ya son casi cinco meses de gobierno y los veracruzanos, siguen esperando que haya una respuesta efectiva y positiva, porque el tiempo ya se ha ido y los recursos han llegado, pero no se sabe, a ciencia cierta, cuáles sean los programas y proyectos donde se aplicarán, considerando que hay muchas áreas que están en espera de ser atendidas, como es el caso de las carreteras estatales que se encuentran con daños evidentes y que requieren, no solamente, una manita de gato, sino toda una reconstrucción que las ponga al nivel de los nuevos tiempos de la modernidad que se están viviendo.
Y cuando le pregunten, a usted también, en Veracruz, ¿Cómo la ve?, pueda responder con más confianza. “En Veracruz, ya la veo más regular, cuando menos” y no se quede, muchas veces, sin palabras para dar una mejor idea de lo que está pasando.
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LA BUENA NOTICIA ES QUE dice el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que en seis meses, habrá resultados, seguramente positivos, con referencia a la inseguridad que mantiene a Veracruz, dentro del miedo permanente.
No dijo, exactamente, cómo se resolverá esta situación, porque seguramente, son estrategias nacionales que el mismo mandatario deberá mantener en secreto, pero lo que sí se sabe es que de no actuar lo más pronto posible, esta situación podría volverse más difícil, al grado de que se comenzaría a tener un panorama más crítico y con rumbo a una posible desestabilización del poder en la entidad.
Lo cierto es que al Presidente, al parecer, no le quedaba de otra, es decir, que ante las noticias de tan graves escenarios de violencia en la entidad, hiciera estas declaraciones que se esperan sean ciertas, porque bien lo dice la opinión pública, que la solución a los problemas de inseguridad, también forman parte de la esperanza de México.
Y es que el horno ya no esta para bollos y en cualquier momento, podrían darse las primeras manifestaciones de inconformidad, que se sumarían al descontento que parece acumularse día con día, ya que esto no lo sabe,
exactamente el Presidente, pero que ya comienza por ser una verdadera realidad en todo el territorio estatal. Estallidos sociales, es lo que menos se quiere en este momento de grandes dificultades y problemas generales de toda la población…
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SIENDO UN POCO OBSERVADOR, se da uno cuenta que ya no se ven personajes de pasadas administraciones, ni la de Fidel Herrera Beltrán, ni de Javier Duarte de Ochoa, en este caso menos, y tampoco de Miguel Ángel Yunes Linares, que circulen, por decirlo de esta manera, en lugares públicos que antes fueron puntos de reunión.
Los restaurantes se quedaron sin muchos clientes de estos tiempos y por lo tanto, hasta sus ventas han bajado.
La mayoría de ellos han emigrado a otras ciudades del país, algunos más al extranjero, otros se recluyen en sus hogares y oficinas privadas y no se dejan ver con mucha frecuencia como antes, pues temen a todo lo que se mueve y más cuando de hacer declaraciones se trata.
Pero otros más, de los pocos que se logran ver, aseguran que no hay nada de raro, sino que simplemente, son actos de respeto para quien tiene en sus manos el poder
¿Será?
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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