RESULTA sorprendente que ante los acontecimientos que se dan, en todos los
sentidos, en el país, los partidos políticos no den señales de su presencia y
menos que se paren ante las tribunas para defender al pueblo.
¿Será, preguntan algunos, que también han adoptado la actitud presidencial de
buscar venganza por todos lados, en este caso, porque los ciudadanos no
votaron por cualquiera de ellos para lograr llegar a la Presidencia de la
República?
Sería grave, totalmente, que así pensaran los más connotados dirigentes
nacionales de las organizaciones políticas que participan en los procesos
electorales, es decir, de aquellas que se encuentran debidamente registradas.
Hay que recordar que una vez conocidos los resultados electorales del primero
de julio del año pasado, los partidos políticos, enmudecieron por completo, lo
que fue observado por la ciudadanía que más entró en su convencimiento por
Morena, porque aseguraban, algunas voces, que nadie de los representantes
de los partidos políticos, aceptó con dignidad el fracaso electoral, volviéndose
invisibles ante los ojos de la sociedad.
¿Dónde quedó la fuerza política del Partido de Acción Nacional, que por lo
menos en Veracruz, hizo mucho ruido al querer alcanzar la gubernatura del
Estado.?
¿Dónde quedó también aquél famoso partido político de las mayorías, que
durante muchas décadas se mantuvo en el poder?
¿Acaso, por decirlo de esta manera, hubo algún acuerdo en lo oscurito para
permitir que por fin llegara Andrés Manuel López Obrador, después de que se
dijo y se rete dijo que en ocasiones anteriores le habían robado la Presidencia
de la República, dando paso a una supuesta implementación de la democracia
en todo México?
Son muchas preguntas que ahora vienen a la mente, porque a partir del triunfo
de López Obrador, así como algunos de los Gobernadores, y demás puestos
de elección popular que acapararon a montones, los partidos políticos a través
de sus más importantes representantes, no han salido, directamente, a
defender al pueblo mexicano, ahora que se ve amenazado por el nuevo
gobierno y que además, pareciera que están permitiendo que en México, se
haga lo que se quiera, pues tan solo con el exterminio de sus instituciones,
tiene suficiente como para no levantarse en muchas décadas.
Es apenas que a partir de la reestructuración de su dirigencia, tímidamente, el
Partido Revolucionario Institucional, parece comenzar a alzar la voz, pero se
insiste, solo tímidamente, porque no se ha abierto totalmente a defensa del
pueblo en general, muy a pesar de que están viendo como suceden las cosas,
por lo que no sería nada sorpresivo que aún con todos los errores del nuevo
sistema de gobierno, la ciudadanía vuelva a votar por Morena, como una
especie de nuevo castigo a los partidos tradicionales, donde se supone que se
encuentra la gente pensante, la gente activa, la militancia más fuerte, donde
trabajan los grupos políticos de operación más reconocidos, sencillamente, por
no dar la cara, aún con la derrota, por la defensa de tantos mexicanos que
ahora se ven atropellados por las nuevas formas de gobernar.
Ya se comienza a opinar en el sentido de que cualquier pasado fue mejor,
incluyendo a los gobiernos del PAN, que en dos sexenios tuvieron la
oportunidad de posesionarse por mas tiempo en el poder y no pudieron.
Y esta nueva percepción no se aprovecha por nadie, hablando de los partidos
políticos que ahora son oposición, cuando siempre estuvieron en los primeros
lugares de la preferencia electoral y por lo tanto, de muchos de los gobiernos,
tanto en lo federal como en lo local.
A Morena, todo parece indicar, que como en el caso del PAN, se le dio la
oportunidad de gobernar, de estar al frente de las grandes decisiones, de
saborear lo que es el poder, de darse cuenta, también, de lo que significa la
realidad del pueblo mexicano, como gobernados, pero cuidado, Morena, no es
el PAN, por lo que busca con acciones irregulares o ilegales, permanecer en el
poder, cueste, lo que cueste y es así como lo están demostrando plenamente
aliándose con los grupos criminales del país, de tal forma que de aquí en
adelante tengan el apoyo de estos grupos que generan el temor en todas
partes y el financiamiento necesario para conseguir sus metas.
Esta especie de alternancia, se encuentra en otra dimensión, totalmente
distinta a la que se tuvo con el PAN, por lo que es necesario que los partidos
políticos de la oposición, y sus más importantes representantes, salgan de una
buena vez del supuesto asombro de haber perdido estrepitosamente en las
elecciones pasadas, trabajando seriamente para volver a cambiar las cosas,
donde los mexicanos, tengan la posibilidad de vivir, cuando menos, en las
condiciones que vivieron en el pasado.
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¿Y LOS CAMBIOS?
YA NO SE HABLA, cuando menos por el momento, de que en Veracruz, haya
cambios en el equipo de colaboradores de Cuitláhuac García Jiménez,
gobernador de la entidad.
De haberlos, tiene la posibilidad de echar mano de recursos humanos
importantes que le podrían dar mejores resultados. Hablamos en los temas de
gobernabilidad interna y de desde luego, en materia de seguridad pública.
Son tiempos, para el Gobernador del Estado, de fortalecer su gobierno, su
administración, con otros personajes que pudieran darle, además de buenos
resultados, el prestigio que requiere, pues han caído seriamente en grandes
índices de desconfianza, lo que está perjudicando la popularidad de Morena,
como partido y la de sus gobernantes, quienes no han logrado aterrizar los
programas y proyectos de gobierno, y menos, que es lo más importante, haber
cumplido con los compromisos contraídos durante las campañas políticas y
todavía a inicios de esta nueva administración.
De ahí que los propios veracruzanos, se encuentran esperando el primer
manotazo en el escritorio del Gobernador, para iniciar los cambios que se
antojan necesarios para poder salir de esta ya difícil crisis de credibilidad y de
confianza.
Nuevamente, el gobernador del Estado, tiene la palabra y las decisiones que
se encuentran permitidas como facultades exclusivas del mandatario estatal, y
en términos constitucionales.
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FLAVINO RIOS ALVARADO, hubiera sido el mejor Gobernador del Estado, en
otras condiciones no adversas, y en otros tiempos de la historia política de la
entidad.
Mejor, quizá, que Dante Delgado Rannauro, mejor, sin duda, que el mismo
Fidel Herrera Beltrán, mejor que Miguel Ángel Yunes Linares, y por supuesto,
del mismo Javier Duarte.
No tuvo esa oportunidad, llegada apenas en los últimos días del gobierno
duartista. Le faltó tiempo, le sobraron ganas de poder hacer algo por la entidad
veracruzana, porque es uno de los políticos mejor preparados, de los que
supieron, en su momento, aprender las mejores prácticas de cómo gobernar.
Pero, fue institucional hasta el último momento de su tiempo en el quehacer
político. Así lo demostró y aunque ahora se haya retirado de la vida pública de
Veracruz, no se descarta que tarde o temprano, pueda volver al escenario
político. Sería, de verdad, un acierto.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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