“Los reyes son para aquellas naciones que están en pañales”. Víctor Hugo (1802 - 1885) y lo cito en relación al viaje que llevó a cabo el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump a Inglaterra, donde fue recibido por el Rey Carlos III. Y este barbaján, palurdo sin educación al que deben de haber amamantado con Coca-Cola -sería bueno saber en qué crujía hizo la primaria-...
Cómo es un acomplejado que trata de sobresalir sobre todos; aunque sea empujando a los demás para estar en primera fila. Literal. Para no variar, rompió el protocolo diplomático que debe llevarse de rigor. Pues el muy patán, pasando revista a la Guardia de Honor, en vez de caminar junto al Monarca -“Monarca” ¡huy!- como la fila de los militares de lado y lado es estrecha, pues dejó atrás al Rey “Charly III” -a ver si no me quitan la visa por igualado- y se puso a platicar con un guardia; quien no sabía qué hacer...
Como era una flagrante falta de respeto, aunque no fuera Rey; había que sacar alguna excusa -tipo morena, como cuando el AA dijo que desconocía las actividades de su Secretario de Seguridad quien, por cierto, ya viene volando a incendiar la pradera- Desde palacio, según el Daily Mail, se precisó que el Rey había “invitado” a Trump para que caminara delante de él. ¡Ajá!
Y está bien que haya cierto protocolo, ni modo que fuera en bermudas, con chanclas y camisa de colores; pero aquí es dónde entra lo ridículo; pues osó tocar el brazo del viudo de la Princesa Diana (1961 – 1997) e hizo el oso. Hecho que se convirtió en un escándalo...
Pero eso no fue todo. Previamente, también ¡le dio una palmadita en la espalda al Rey! Lo que, para el protocolo real, se considera una infracción grave...
Y si bien, dejar atrás al Rey estuvo gacho; y más adelante, para tomar asiento, no lo dejó pasar primero. En pleno Siglo XXI, esos protocolos se antojan ridículos. En España, muriendo Francisco Franco, el Caudillo de España por la Gracia de Dio$ (1892 - 1975) el entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón (1938 - 1993) se convirtió en Rey y resultó ser toda una ficha; cuyos escándalos lo llevaron a renunciar en el 2014 y exiliarse en Abu Dhabi. Pero no se le podía dirigir la palabra y había que bajar la vista cuando pasaba...
¡Pobres diablos! Un rey es un hombre que no desea nada. “Cuanto más feliz soy, más compadezco a los reyes”. François-Marie Arouet Voltaire (1894 – 1778)
Ya de salida...
Confirmando que el poder los vuelve locos. El líder Ucraniano, el tal Zelensky, para poder continuar la guerra con Rusia, requiere de 120 mil millones de dólares para el año entrante. Cantidad, sin duda, con la que se podría alimentar a toda la humanidad. En cambio, en Gaza la gente muere de hambre. Bien por la humanidad.
Hasta que por fin hacen algo más que inconformarse o enviar bendiciones a los palestinos. La UE decidió suspender la ayuda financiera a Israel. Lo que choca un poco, es que se esté apoyando a Israel financieramente; si se supone que son los que manejan la economía de gran parte del mundo.
Y nos vemos mañana si el Sol me presta vida.
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