Desesperado por ser nominado como candidato al devaluado Nobel de la Paz; Donald Trump sigue diciendo mentira tras mentira. No se ha firmado nada; ni hay un alto al fuego. El único acuerdo que se logró, no fue la devolución de los rehenes, como ya se explicó en este mismo espacio; sino el intercambio de rehenes...
Por lo que declarar que la paz ha llegado a Medio Oriente, es tan falso y ridículo, como lo es todo él. Pero está verdaderamente tan enloquecido, que ahora hasta elogia a Irán, por haber reconocido su proyecto de paz. Y el día de ayer, la ONU ha declarado que, en cuanto se imponga el cese al fuego, está lista para llevar toda clase de ayuda a Palestina...
Sin soslayar, que tras la masacre de más de 70 civiles llevada el día de ayer tras un bombardeo en Gaza; Hamás declaró que el hecho socavaba el acuerdo de paz; que, repito, no se ha firmado...
El intercambio de rehenes será tal vez la semana entrante, en Egipto; pero el acuerdo de paz duradera que convenientemente anhela Trump, todavía no llega. Ni llegará. La solución de las dos Naciones a la que se ha abocado el mundo entero, ha dejado solos a EE.UU. y a Israel; que no tendrán más remedio que aceptarlo...
Pero son traidores; y hay miles de años de vejaciones y odios como para decir que podrán vivir en paz de ahora en adelante. Y el sueño de reconstruir Gaza, para quedarse con ella, no parece estar dentro de los planes del nuevo mundo que habrá de mostrarse claramente el año entrante...
Y es posible que no sean tantos los que sobrevivan a las catástrofes naturales que se esperan, por parte de La Tierra, un maravillosamente perfecto ser vivo, al que ya hemos fastidiado lo suficiente como para que se defienda de nosotros; que, hay que decirlo, ya somos demasiados...
Y mientras Trump declara que España debe de ser expulsada de la OTAN; y sugiere que podría suministrar armas temibles y poderosas a Kiev; lo que no parece ser muy adecuado para quien pretende el Nobel de la Paz; qué, dicho sea, solo de paso, no creo que se lo den; sería la completa devaluación del codiciado premio. Que nunca se lo dieron a quien más lo merecía, al Mahatma Gandi (1869 - 1948). Pero lo mismo y se lo compra.
Y nos vemos mañana si el Sol me presta vida.
|
|