Uriel Flores Aguayo
El próximo año habrá elecciones de Ayuntamientos en Veracruz; será simultánea a la Federal. Esa coincidencia plantea una jornada electoral sui géneris, con algún grado de distorsión de la voluntad popular con alcance municipal. Las tendencias partidistas nacionales inciden en alguna medida en las competencias locales. Sin embargo, para efectos municipales, sobre todo en lugares medianos o pequeños, cuenta mucho el perfil de las candidaturas, es decir, pesan las personas. En general los partidos políticos, jóvenes y viejos, no cuentan con una propuesta colectiva y resultante de procesos ciudadanos; sus planteamientos son producto de generalizaciones tomadas de documentos nacionales o simples listados de apuntes. No hay ventaja cualitativa en las candidaturas partidarias; aporta un piso y tendencia electoral como elemento cuantitativo.
Este tercer año de las administraciones municipales actuales es de consolidación de sus proyectos de trabajo, es de ejercicio pleno de poder. Lo que tengan pendiente de hacer como algo relevante, es este el periodo para llevarlo a cabo. Después ya será distinto. El año próximo, de elecciones, la atención de la gente se dirige a las campañas. Se abre una amplia etapa de juicios y críticas, de señalamientos y denuncias, de comparaciones y pago de facturas. Lo no cumplido, los errores y omisiones, los abusos y atropellos, la lejanía, los silencios y lo que sea negativo aparecerá con fuerza en las campañas. El ejercicio del Gobierno descubre virtudes y defectos, traslada costos o beneficios a las candidaturas oficiales y de la continuidad.
Las próximas elecciones tendrán muchas candidaturas postuladas por una ensalada de siglas y colores; habrá muchos nombres y rostros. Abrirse paso será algo complicado al menos en una primera etapa. Sobre la marcha irá despejándose el panorama y se perfilarán dos o tres punteros. Se prevé esa pulverización de candidaturas a la vez que un gran divisionismo partidista en virtud de la carencia de disciplina en sus filas; ahogados en el pragmatismo los partidos darán prioridad al dinero y al clientelismo. Quien sufrirá más será el partido en el poder pues cunde en sus filas la creencia de que son portadores de milagros electorales y de que la tienen ganada anticipadamente; su despertar será de pesadilla.
Hablar del municipio y la ciudad es tratar sobre el territorio donde se habita, sobre las actividades cotidianas, sobre lo básico de la vida en común. Pero es de lo que poco se ocupan las autoridades municipales cuando que debería ser la prioridad de su trabajo. No tienen sentido los mensajes grandilocuentes, las proclamas seudo ideológicas o los planteamientos luminosos mientras se dejen pasar una serie de problemas padecidos por la población. Tenemos por ejemplo los casos agravantes de obras públicas eternas, el caos de la movilidad y la ausencia de autoridad en zonas y actividades.
Con calma, en diálogo sereno, caminando por todos lados, siendo constructivos, convocando desde abajo, sin ataduras de las siglas, sin grupos de interés y profundizando en los grandes problemas de municipios como Xalapa, creo que es viable levantar un proyecto independiente para disputar el Ayuntamiento. Se necesita arraigo, identidad, pasión, convicciones, equipos e ideas para llevar adelante lo que sería una hazaña, la de prescindir de los partidos en el Gobierno municipal de aquí y tantos otros del resto del Estado de Veracruz. Hay muchas variables y circunstancias, el camino será incierto, se camina y se va viendo si hay avances o no pero lo que no debe hacerse es quedares cruzados de brazos, caer en el conformismo y la abstención. La ciudad y el municipio que se quiere se puede y debe conquistar con trabajo y compromiso.
Recadito: sin política y ley solo queda la resistencia moral...
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