Hablar, conocer, y entender la idiosincracia de los pueblos indígenas no es cosa sencilla, es adentrarse a conocer sus usos, costumbres, idioma, y sobre todo su extraordinaria cultura, por ello legislar sobre derechos y cultura indígena, resulta una tarea sumamente complicada principiando porque nuestros legisladores si algo desconocen es la cultura en general y en especial la indígena; legislar entonces sobre materia indígena, no es hacer un catálogo de benevolencias que se limiten a parafrasear o copiar conceptos que deben ser de observancia general, sino por el contrario éstos deben de ser adecuados a los principios tradicionales del derecho positivo.
Actualmente nuestra sociedad ha retomado el estudio iniciado por personajes como, Fray Bartolomé de las Casas, Ricardo Pozas Arciniega, Roberto Williams García, Gonzalo Aguirre Beltrán, Félix Báez Jorge entre otros estudiosos, cuyo objetivo principal es adentrarse en el conocimiento de los usos costumbres y cultura de las comunidades indígenas, que normalmente se encuentran marginadas del desarrollo social, económico y cultural.
Si no se da conocer qué son, de que se encargan, de donde surgen, no podemos saber cuáles son nuestros derechos humanos y cuáles son los de los demás en especial de los indígenas; pues si bien es cierto que nuestra Constitución Política establece las garantías individuales de todos los mexicanos sin distinguir nivel social , económico, político de raza, o preferencia sexual, se debe de partir de la difusión de los mismos de para poder hablar de Derechos Humanos de los pueblos indígenas y de la sociedad en general.
Por lo tanto es necesario que se diseñen y apliquen programas y medidas que coadyuven a combatir la marginalidad de los pueblos indios, atendiendo sus necesidades prioritarias de servicios, que las Comisiones de Derechos Humanos, los Congresos Federal y de los Estados realicen tareas de información en las comunidades indígenas para que conozcan sus derechos, para ello se propone firmar convenios con las Universidades para que los
estudiantes de las carreras de Derecho, Trabajo social, Sociología y otras, realicen brigadas de orientación sobre estos temas de tanta trascendencia.
Toda vez que si conocen los Derechos que se tienen, es una forma de prevenir conflictos; el diálogo, que implica una actitud intercultural, el respeto y la tolerancia permitirán el reconocimiento a la diversidad pluricultural y pluribilingue, acciones de carácter preventivo y de desarrollo para los pueblos indígenas evitando de esta forma la violencia en el País, dando pie al pleno ejercicio de los Derechos Humanos de los grupos étnicos, y, a su participación política, social y económica.
En este régimen gubernamental en que tanto se habla de programas sociales, de jóvenes hacia el futuro, considero que en lugar de andar repartiendo una muy cuestionada “cartilla moral” se les debería aprovechar para la difusión de los derechos humanos en las comunidades indígenas, orientar y formar profesionales especialistas que generen proyectos de autodesarrollo para su propio beneficio y de sus comunidades.
Es sabido que la cultura de cada grupo social tiene como fin fundamental, propiciar la convivencia, la paz y las interrelaciones en un marco de igualdad entre los seres humanos, los pueblos y las naciones; es pues una forma de vida, una manera de ser, de pensar de sentir y un estilo muy singular de realizar las cosas; no es con posturas excluyentes como vamos a lograr el desarrollo de la nación por ello reprobamos, la política que se viene implementando desde el ejecutivo de mantenernos divididos, enfrentados, “si no estás conmigo estás en contra mía”, este tipo de acciones lo único que está logrando es que se ahonde la división entre los mexicanos ya de por si afectados por una mal llevada pandemia, una economía desastrosa que ha sumido en la miseria a millones de mexicanos que de ser pobres han pasado a pobreza extrema, al haber perdido su empleo cientos de miles de jefes de familia hombres y mujeres.
Por el contrario es el momento de asumir un criterio plural y una actitud comprensiva, de verdadera unidad a fin de enfrentar unidos los muy serios problemas que nos aquejan; la tolerancia y la paz es el camino más corto para que los distintos grupos sociales y étnicos lleguen a acuerdos que fortalezcan nuestra cultura y con ella volvamos a ser la nación sólida y unida que con todos
nuestros defectos problemas y malos gobernantes habíamos sido, nunca como ahora se habían escuchado tantas voces protestando en contra del ejecutivo federal exigiendo su pronta salida del gobierno, pues no es posible que a toda luces se siga propiciando la violación al derecho a la vida, y se esté intentando implementar políticas para restringir la propiedad privada, como ha sido la propuesta de la bancada del partido en el poder en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, pero antes realizarse, los mexicanos veríamos muy bien que empezaran por expropiar las 27 residencias de Manuel Bartlet Díaz flamante Director de la C.F.E. y las múltiples propiedades “heredadas” de la maestra de “banquillo” Elba Esther Gordillo, las recién inauguradas fábricas de chocolates, y cervezas de los hijos de ya saben quién; así como las incontables propiedades adquiridas con su “modesto salario” de la ínclita Secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval Ballesteros y su discriminador esposo el extranjero Jhon Ackerman a quien ya se le debería de haber expulsado del País por indeseable.
Xalapa, Ez., Ver. Julio 16 de 2020
*Vicepresidente Sur de Colegiados del Derecho en Defensa de la República A.C. “Todo el Esfuerzo por México”, y, Ex Subprocurador de Asuntos Indígenas de la PGJ Del Estado. Sugerencias: 1942mapes@gmail.com mario.ulises.p@hotmail.com |
|