Por Héctor Yunes Landa
Las amenazas migratorias del presidente electo Donald Trump empiezan a tomar forma. El riesgo de que miles de mexicanos sean deportados de manera masiva –entre ellos, comunidades enteras de veracruzanos- es cada vez más probable. Las consecuencias son inimaginables.
Además de la crisis humanitaria, la violación de los derechos humanos y la separación de las familias, tendrá un impacto económico brutal en ambos lados de la frontera, lo que vendría a agudizar la crisis comercial provocada por una eventual guerra de aranceles.
Para nuestros paisanos y para Veracruz, el riesgo es mayúsculo. Se estima que, a la fecha, son 850 mil los veracruzanos que viven en Estados Unidos, cifra calculada a partir del envío de remesas a sus familias en nuestro estado.
¿Qué significa esto en pesos? De enero a junio de 2024, la entidad recibió 1,241 millones de dólares, un 4 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior, según Banxico. Esto significa que cada año ingresan a Veracruz casi ¡50 mil millones de pesos en remesas!
No se trata sólo del regreso de miles de personas a sus ciudades y comunidades, sino también el brutal impacto económico. Hoy, al menos 164 de los 212 municipios del estado reciben remesas de veracruzanos en el exterior, lo que sostiene a sus familias y mueve la economía local.
¿Estamos preparados para una crisis migratoria y económica? No. Hay al menos tres aspectos que las autoridades no han considerado: el regreso y reinserción de nuestros paisanos a sus comunidades, la caída estrepitosa del ingreso de miles de familias y generar empleo para los aquellos que ya no podrán emigrar ante el cierre de la frontera.
¿A qué se dedicarán nuestros paisanos que regresen? ¿de qué vivirán sus familias? ¿qué pasará con los pequeños comercios y los empleos que dependen de esas remesas?
Veracruz requiere hoy de un plan migratorio integral, que implique recursos financieros y no sólo buenas intenciones. Una coordinación con las autoridades diplomáticas y no una sumisión obediente a las decisiones del gobierno federal.
Durante el sexenio pasado, el gobierno de la 4T abandonó por completo a los migrantes, cancelando todos sus programas sociales.
Por ejemplo, eliminó el programa 3×1, donde por cada peso que aportaban los migrantes, los gobiernos federal, estatal y municipal ponían tres más para proyectos de infraestructura social en comunidades seleccionadas por nuestros paisanos en el exterior.
Canceló también los apoyos para la repatriación de personas fallecidas a México, por lo que ahora, los clubes y federaciones de migrantes debemos hacer “coperachas” para ayudar a las familias en desgracia. A la 4T, sólo le interesan las remesas, no los migrantes.
Desde hace muchos años soy presidente honorario de la Federación Veracruzana USA radicados en Los Ángeles. He mantenido una estrecha relación con mis paisanos. Gracias a mis visitas constantes, conocí y comprendí las dificultades que enfrentan.
El mayor problema es que el gobierno mexicano parece ignorar lo que está pasando. Ni siquiera hay un plan fronterizo para recibir y menos aún, trasladar de manera segura a los connacionales a sus entidades de origen.
La pesadilla migratoria apenas empieza.
La puntita
Coincido con el diputado Esteban Bautista, presidente de la Junta de coordinación Política del Congreso local. No podemos convalidar un negocio sucio, usando tablets de 140 mil pesos. ¡Con gusto, renuncio a la mía! |
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