El ser humano no entendió ni entiende hoy lo que es proteger el medio ambiente, arrasamos con los bosques, sembramos irracionalmente sin pensar en las consecuencias del uso de fertilizantes y pesticidas, represamos las aguas de los ríos sin considerar que estos llevaban al mar los nutrientes esenciales en la cadena trófica marina. En los mares emprendimos una ambiciosa e irresponsable perforación del subsuelo marino en busca de petróleo; las ciudades ribereñas tomaron el océano como cloaca resumidero de sus aguas residuales producto de la actividad doméstica e industrial; las embarcaciones, pesqueras, así como una gran cantidad de buques cargueros y de turismo, vacian criminalmente todos sus desperdicios en el océano, aunado a todo lo anterior, la alteración climática derivada del efecto invernadero originado por la emisión a la atmósfera de los gases refrigerantes conocidos como freones, rompieron la capa de ozono que nos protegía de la radiación ultravioleta, al incidir libre sobre los océanos, destruye el planktón de las capas superficiales, anulando la generación del vital oxígeno disuelto.
En breve exposición, el daño ambiental causado a los océanos, provocó una notable disminución de los volúmenes explotables en nuestros mares, parecerá sensacionalista o alarmista mi dicho, el Golfo de México es prácticamente un páramo, su anteriormente rica franja ribereña, no da ya lugar a la captura comercial, las embarcaciones se alejan cada vez más de su puerto base, si pretenden obtener capturas medianamente rentables, tienen que ir a caladeros distantes, los costos de captura se han elevado a niveles que no hacen ya rentable la actividad pesquera.
La anteriormente muy rentable captura de atún, mediante la red de cerco o “Purse seiner”, ha encarecido sus costos de operación, las barreras arancelarias y de otro tipo, impuestas por los países ricos que nos compraban el atún, ha causado que de barcos atuneros que operaban en el Océano Pacífico, quedan solamente 20-30 en actividad continua, el desempleo entre los trabajadores pescadores atuneros es dramático.
En el ámbito de la pesca del camarón, actividad que durante muchos años se consideró altamente rentable, los números reales, acusan que esta actividad es un fracaso, de las embarcaciones registradas en el país, más del 50% de ellas operan con baja o negativa rentabilidad, las embarcaciones camaroneras que operan en el golfo de México, lo hacen en condiciones precarias, de verdadero sacrificio, saliendo afectado tanto el empresario como el pescador, los barcos del pacífico, golfo y Caribe se encuentren en deplorables condiciones de mantenimiento, peligra la vida de los trabajadores que tripulan estos barcos, más aparentemente no hay de otra, o se suben a estas embarcaciones que semejan ataúdes flotantes, o se mueren de hambre en tierra, cruel disyuntiva, pero una realidad. ¡AGUAS!
Octubre 3 del 2019 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf
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