Estoy casi a una décima de cumplir un siglo y la mitad de ese tiempo, he tenido que soportar el engaño de que somos una nación o raza de indígenas o herederos de esa cultura, ¡FALSO!, efectivamente muchos mexicanos tienen o tenemos sin percibirlo, relación con esa raza, hay indígenas puros, muy ajenos o apartados de la civilización contemporánea que impera en nuestro país, y en casi toda américa, por razones de carácter político, los gobernantes han impuesto a todos los mexicanos el imperativo de atender las carencias de esas razas, son muchas, pocos sabemos cuantas, ni las conocemos, pero existen.
Nos guste o no, una mayoría de mexicanos somos racistas, es común la expresión cuando deseamos calificar a una persona que ha cometido un error o nos ofende, lanzando la expresión “Pinche indio pata rajada” causa tanto enojo al ofendido que llega a la violencia, primero de palabra expresando en respuesta “Indio o pinche lo serás tu” después la violencia física, a golpes o balazos, pero eso prueba lo mal que andamos en nuestra relación con los indígenas, alguien inventó además, la expresión de INDIOS, error en el calificativo, pues los verdaderos Indios o Hindúes se supone son de la India, pero como estos son morenitos igual que muchos de nosotros, hay semejanza y por ello inventaron el término, pero siempre bajo connotación negativa. Ser moreno es vergonzante.
Esa es la realidad que implica lo indígena, pero por otro lado, tenemos en la Constitución el artículo segundo, una poesía legislativa, muy bella, un dechado de cualidades en los derechos humanos, muy larga y saturada de la concesión de privilegios a los indígenas, todo saturado de falsedades que muy pocos políticos atienden, se engaña a los indígenas y nos engañan a los mexicanos contribuyentes, destinando partidas presupuestales que mal gastan los recipiendarios, basta para conocer el engaño, leer el apartado IX que dice: “Consultar a los pueblos indígenas en la elaboración del Plan nacional de desarrollo y de los estatales y municipales y, en su caso, incorporar las recomendaciones y propuestas que realicen” (Por supuesto los Indios), sigue en el segundo párrafo de este apartado diciendo: “para garantizar el cumplimiento de las obligaciones señaladas en este apartado, bla, bla, bla…” créanlo o no, los únicos que han leído completo este apartado son los líderes.
El término ladino tiene varias connotaciones, una de ellas es aplicada a los indígenas, tiene como sinónimo ser sagaz, astuto, los políticos piensan que los engañan con declaraciones de apoyo financiero, hay burla entre el burlador y el burlado, los indígenas saben que el financiamiento, son pequeñas limosnas que no alcanzan para atender, progresivamente en lo agropecuario, argumentan, con los derechos que les concede el artículo segundo constitucional y reciben la limosna, por supuesto no sirve más que para gastarla en los festejos de boda, cumpleaños, bautizo y por supuesto, la festividad el santo del pueblo, burla nacional como la que oímos ayer en Huayacocotla, con las declaraciones de AMLO y Cuitláhuac, ni modo, el engaño alcanza a todos, no para buen cultivo del campo, sirve para dos cosas, para un carajo o una fiesta. “AGUAS”
Enero 7 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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