Se nos repite desde la primaria, que; La república mexicana representa un junco o cuerno de la abundancia”, no se aclara que esa abundancia no se presenta en forma plena en las ciudades, además en el pasado y antepasado siglo, el proceso industrial y comercial moderno que hoy vivimos, se apartaba de lo que los gobernantes tenían como primera opción, para llegar al gobierno y bien gobernar, se nos decía y todos lo entendíamos que éramos una población preponderantemente campesina, declaración que era casi cierta a plenitud, se cantaba en la escuela el himno agrarista, hoy desconocido.
Para los lectores que desconocen el himno agrarista va en sus estrofas iniciales: “Marchemos agraristas a los campos / A sembrar la semilla del progreso / marchemos siempre unidos sin tropiezo / Laborando por la paz de la Nacion … No queremos ya más luchas entre hermanos / Olvidemos los rencores compañeros / Que se llenen de trigo los graneros / Y que surja la ansiada redención …. Voy a empezar a cantarles la canción del agrarista / murieron muchos hermanos señores capitalistas / Es el cantar de los pobres que los campos Cultivamos / Y que con muchos sudores nuestra tierra laboramos…etc.
El canto mostraba el sentimiento popular, desde esos tiempos se consideraba que éramos un pueblo campesino, en el campo estaba la redención y rescate de los valores, su aplicación en las tareas del campo era la esperanza de un pueblo que había realizado una revuelta buscando vivir mejor, sobrevivir, mejor vivir ante la explotación de los “señores capitalestas” se reclamaba a los latifundistas el derecho popular a trabajar el campo, para lograr la paz de la nación, paz con dignidad encaminada al progreso, lo cual se lograría llenando de trigo los graneros.
Es un sueño, pero a más de un siglo de emprendido el movimiento revolucionario, el campo continua en manos de los señores capitalistas y los campesinos padecen de hambre, las necesidades de hoy se asemejan a las de hace 110 años, se vive en estado miserable y los gobernantes ignoran los trabajos productivos, productores eficientes en beneficio de los más pobres entre los pobres, el campesino, se les entregó la tierra pero lo poco que produce va las manos de los intermediarios, que sacan provecho de la ignorancia del campesino para acometer los aspectos financieros.
Los tiempos que hoy vivimos y su resultante en cuanto al bienestar para satisfacer necesidades primarias, plantea el imperativo de atender el campo, olvidar los megaproyectos petroleros y trenecitos, para acometer con eficacia y eficiencia los aspectos modernos de producción agropecuaria, olvidar el arado egipcio y desarrollar, impulsar el cultivo en invernaderos, dar un formidable incremento al empleo, logrando que la alimentación sea base para un desarrollo autentico, moderno Tiene la palabra el Sr. Gobernador, dejarse de autoalabanzas fuera de orden y acometer lo agropecuario con alta tecnificación, esperanza de un México mejor desde siempre. Estamos en tiempo y a tiempo. ¡AGUAS!
Julio 4 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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