La gran cualidad que hizo al homínido bajar de los árboles para conquistar un mundo natural hostil y complejo, fue su capacidad de pensar. Lo que hizo que el Homo Sapiens sobreviviera al Neandertal fue algo semejante, como lo fue también para la evolución de todas las especies de Homo. La organización del pensamiento y la capacidad de razonar de una manera más precisa, junto con una escritura más acabada, es lo que logró acelerar el desarrollo de la humanidad en los últimos tres milenios.
Diferenciadas en estos milenios las formas de pensar de la humanidad en varias grandes esferas que genéricamente se han diferenciado como Oriente y Occidente, diremos que el mundo occidental de hoy se fue construyendo poco a poco a partir de los filósofos preclásicos como Tales de Mileto, Heráclito, Pitágoras, Parménides, Demócrito y muchos otros cuyas obras y recuerdo aún se conservan, al menos en fragmentos.
Fue a partir de Sócrates, Platón, Aristóteles y otros pensadores y filósofos de antes de Cristo, que el primer milenio de nuestra Era recibe una riqueza excepcional de pensamiento. Sin embargo, el hombre (como especie) tiene una evolución bastante dispar. Muy pocos tenían acceso directo a la sabiduría de los clásicos y la gran masa humana no sabía leer. Fue la Iglesia Católica, después que Constantino I promulgara el Edicto de Milán en el año 313 d.C., quien comenzó con una lenta alfabetización a través de la adoctrinación de sus feligreses.
Aparece San Agustín, filósofo y teólogo que dará sustento al pensamiento en la Alta Edad Media mientras la transmisión de la cultura latina se hará en los monasterios. En la Baja Edad Media aparecen pensadores como Averroes, Santo Tomás de Aquino y Guillermo de Occam. Este último distingue entre razón y fe y sienta las bases para el cambio de la filosofía teológica a la filosofía moderna.
Llega el renacer de las ideas, del arte y la cultura. Después de Occam lo anuncia Petrarca en sus versos. Por ese entonces, tal vez en el planeta existan unos 450 millones de seres humanos, la gran mayoría de los cuales viven perdidos en la ignorancia. Algunos tratan de imitar y seguir a los más sabios y, con ello, participan. Los menos, muy pocos, moviendo las ideas que habrán de transformar el mundo apoyados grandemente por la invención de la imprenta en 1450.
Aparece el genio de René Descartes y después de él una pléyade de pensadores como Thomas Hobbes, John Locke, B. Spinoza, David Hume, Immanuel Kant, F. Hegel. Florecen los Enciclopedistas, Voltaire y la Revolución Francesa con los derechos del hombre. Augusto Comte, Spencer y Durkheim con el positivismo y la sociología, y afloran pensadores como Karl Marx, F. Engels y F. Nietzsche. El siglo XIX anuncia los albores del siglo XX, posiblemente con mil quinientos millones de seres poblando el planeta.
Las principales preguntas sobre la razón de la existencia siguen sin respuesta. Y el hombre presiente una carrera adonde el pensamiento filosófico se quedará a la zaga del de la ciencia y la tecnología hasta el mareo de la inconciencia y la pérdida del control. El mundo contemporáneo será marcado por el desarrollo de la ciencia, la aceleración de la tecnología, la globalización, la comunicación instantánea, la inteligencia artificial y profundos cambios sociales.
Esto genera la aparición de nuevos pensadores que buscan comprender y dar sentido a la realidad que se vive. La gran mayoría de las personas sabe leer y escribir, y son partícipes de los grandes pensamientos y descubrimientos que cambian la cara del planeta. Los nuevos pensadores, filósofos, sociólogos, científicos y humanistas buscan diversas perspectivas sobre la condición humana y el incierto futuro de la humanidad. Continuaremos.
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