Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Para empezar , invariablemente, siempre hay que , antes que cualquier otra cosa, utilizar correctamente el aparato conceptual del que vamos a hacer uso y limitar su contorno, porque si en él cabe todo termina por ser inútil.
Delimitar cuando empleamos el concepto Estado en el plano histórico, sociológico o jurídico, es básico para saber de qué estamos hablando y lo mismo si al hacerlo nos referimos a la sociedad o a su aparato. De Hans Kelsey a Raymund Carre de Malberg, abarcando a Michel Troper, el Estado es concebido como un órden jurídico o como la nación jurídicamente organizada. Independientemente de que estemos con esa manera de concebir el Estado, está visión nos dice lo mportante que son los andamiajes que se levantan para disciplinar a los hombres y mujeres que habitan un territorio determinado.
En estos términos podemos decir que hasta el marxismo que en última instancia acude a la base económica para explicar el desarrollo de la historia, concede un papel importante a los elementos superestructurales, que justamente por ser Gramsci quien prestó por primera vez, en esa corriente de pensamiento, la debida importancia, Texier lo llamó el teórico de las superestructuras.
Lo que está pasando no puede ser explicado correcta y suficientemente por los apóstoles de la Ciencia Política, por la sencilla razón de ella sólo nos dice cómo son las cosas, pero no puede responder al por qué de las cosas, cayendo en hacer bandera de una realidad que hizo ideal y con ello se puso al servicio de los grandes capitales en su obsesión por sustraer los recursos de las naciones bajo la órbita de imperialista y su política de que quitar y poner gobiernos a su gusto.
En México, precisamente el proyecto de los grandes capitales de instalar un régimen que cualesquiera que fueran los cambios de guardia, no hubiera sobresaltos, lo operaron con chantajes en la inversión, el retiro de capitales, inflación, políticas de precios, cierre de fronteras a nuestras mercancías, retención de divisas, amagos de deportaciones masivas, freno a las remesas, negativa de avales, dispares en las tasas de los créditos, manipulación de la deuda externa... ; pero también con campañas de descrédito de la política, para forzar el traslado de las decisiones estatales al mercado, presiones para la desregulación, exigir privatizaciones, dando como resultado ajustes que dejaron muchas asignaturas pendientes que dejaron las puertas abiertas al justo reclamo social y alejarse no sólo socialmente de las masas sino, incluso, postulando candidatos respaldados únicamente en su imágen, con lo que se les cerró el acceso a la representación al líder trabajador y al overol, para entregar los mandos al apolítico, al que no toma partido, al no rijoso, al que no hace política pero administra, cuyas deficiencias, eso sí son con cargo a la política.
Esto nos condujo a que una banda de sinvergüenzas morenistas aprovecharan las franjas que dejaron de atenderse y aprovechando la campaña antipolitica, se montará en ella, hiciera política atacando la política, pero una vez que se apoderó de las palancas del Estado, se dió a la tarea de destruir las instituciones, los equilibrios y los límites del poder, destruyó el poder judicial, acabó con los órganos autónomos, tomó los órganos electorales para hacer de las elecciones pura simulación, suprimió la suspensión en el Amparo, acabó con el Estado Constitucional al eliminar la supremacía constitucional, se encamina a suprimir los OPLES y la representación proporcional para que dejen de existir minorías en los congresos, todo lo que conforma el fin de la República y la democracia en México y da un lugar a un régimen que hace depender a la ciudadanía de una sola voluntad, del humor de quién gobierna en Palacio Nacional y de quién manda desde Palenque.
Por si no fuera suficiente para Morena, confecionarse una Constitución para eternizarse y no ser llevada a la Justicia por sus fechorías, ha corrompido al Ejército, ligado los altos mandos de la Marina con el huachicol, construido su Guardia Nacional, se ha ligado al narco y La Barredora desde dentro de su gobierno, reclutado su Bloque Negro, construido sus Comités de Defensa Popular, sus Asambleas de Barrios, sus vagoneros, sus ambulantes, sus invasores...que los moviliza para el asalto, en caso que las elecciones y vías legales le fallen.
La deuda pública que para financiar sus comprás de votos aumentaron de menos de 10 billones a más de 20.2 billones de pesos, está a punto de estallallarles y con ello se acabará la anestesia popular que signican los programas sociales.
El otro tema que tarde o temprano va a explotarle a Morena, es su asociación con el crímen organizado, porque los grandes capitales, es cierto, nada le importa si un régimen es democrático o autoritario, si le sirve a sus intereses, a sus ganancias, pero quieren estabilidad y seguridad y los morenos no se las dan con sus ligas con los carteles.
La construcción del liberalismo no únicamente se propuso la libertad de dejar pasar dejar hacer sino también trasladar la legitimación del poder del derecho divino y natural al consentimiento contractual, pero ya vemos que a sus crisis el capital responde echando mano de lo peor y más irracional, como es un Trump y sus políticas de exterminio.
Claro que México no es Chile. Chile sigue viviendo bajo una Constitución pinochetista. Los gobiernos Pos Pinochet, únicamente son guardianes del régimen que se inauguró asesinando al gobierno legitimo de Salvador Allende, que primero fue declarado ilegítimo por el Congreso, que no le favorecía la mayoría y dado que no podía ser destituido, lo bombardeo Pinochet.
En esas condiciones, cualquier color que llegue a la Presidencia del País Andino, competirá en eficiencia y moralidad, pero por lo demás está acotado. Claro que esa institucionalidad, mientras no se cambie será una camisa de fuerza para la izquierda y una pista libre para las fuerzas que lo diseñaron y que ahora retornan " democráticamente" y lo entrecomillo porque la derecha cuenta con muchos recursos que hacen dispareja la contienda y favorble a los grupos de la Universidad Católica, la Iglesia Católica, la Patronal, los sindicatos confesionales y todas las familias y grupos revanchistas.
Este escenario es el mismo que viveremos, invertido, pero análogo, si en el 30 gana una oposición sin mayoría en el Congreso y los estados. Habrá un gobierno que administre el régimen populista, pero si tiene mayorías calificada, no podrá revertir la autocracia.
El problema no es que Morena haya cambiado el régimen jurídico sino que lo hizo regresivamente, acabó con la división de poderes y la democracia, no hay límites ni juego limpio, retornamos a la barbarie.
El dilema para México tampoco es entre un gánster derechista o la continuidad del populismo vandálico. La seudoizquierdista morenista maniobra para que la oposición le ponga un gánster derechista, porque eso le daría identidad y nos obligaría a escoger entre el menos malo. Yo por ejemplo, con los ojos cerrados votaría por Morena, en ese escenario, jamás por el gánster al que ya le abrió posibilidades de abanderar el PAN.
Por lo que hace al PRI, tal vez nada positivo sabríamos de él si no fuera por el trabajo de la Fundación Colosio, no parece tener voluntad de vida y acude para su sucesión a figuras que se enriquecieron con placas de taxi, notarías y monopolizando pluris y cargos, mostrando que le urge irse de la vida política, por lo menos de Veracruz.
La transición española tuvo éxito porque una generación brillante ofreció al franquismo una alternativa ética. Empecemos por salir de una visión aldeana y construir una alternativa ética, pero para ello debemos prepararnos en estrategia, programa y liderazgos auténticos y nuevos, porque no hay política sin buenos políticos y la política debe estar en manos de políticos, al menos que querramos que la medicina vuelva a manos de brujos. |
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