Las torrenciales lluvias sobre Xalapa y la región levantan encontradas reflexiones entre quienes las sufren o las disfrutan, para unos representan una calamidad en la medida en que los afecta directamente en sus bienes materiales, para otros, los más, son, o debiera ser, un motivo para pensar acerca del grave problema hídrico de México y particularmente la región al este del Cofre de Perote donde se asienta la zona metropolitana de Xalapa que agrupa a nueve municipios cuya población en grupo suma más de 800 mil habitantes. Obviamente, el centro de ese conglomerado municipal es Xalapa, en primer término, porque es la capital estatal, pero fundamentalmente porque es el centro comercial y laboral de referencia, en torno al cual gira la actividad de estos municipios: Banderilla, Coacoatzintla, Coatepec, Emiliano Zapata, Xico, Jilotepec, Rafael Lucio y Tlalnelhuayocan. Todos lo sabemos, en esta región no hay corredor industrial por el requerimiento de agua en proporciones hasta ahora imposible de tener, esta circunstancia representa una limitante para el crecimiento económico regional. Tanta precipitación pluvial y toda se va al drenaje.
Pero, pese a la concientización ciudadana xalapeña relativa al estrés hídrico ¿qué se ha hecho para atender ese problema estructural que acecha a Xalapa y su entorno? ¿Ha servido el recurrente estiaje con su correspondiente tandeo en el suministro de agua para consumo humano para que el habitante actúe en consecuencia? Por supuesto, las interrogantes tienen intima correspondencia con las acciones del gobierno- estatal y municipal- para resolverlo, pero no solo el gobierno. No se escuchan campañas para el uso correcto del vital líquido, tampoco para evitar su desperdicio, eso, suministrarlo y más corresponde al sector público implementarlo. A la sociedad contribuir sinérgicamente con el gobierno a resolver el problema. La gobernadora anunció un acueducto para Xalapa, ojalá no quede en el buen deseo. Pero, en tanto no se emprendan las acciones necesarias para concretarlo ¿por qué no iniciar la campaña de recolección de agua de lluvia? Tiene su costo, se sabe, pero será más oneroso sino se emprenden acciones serias para llevarlo a cabo. Desde la sociedad se han escuchado voces alertadoras sobre este asunto, han realizado campañas sobre el tema, se han levantado expectativas, pero parecieran voz en el desierto, mientras gobierno y población no actúen en consecuencia. Corresponde a la administración municipal entrante abordar este asunto, lo podremos comprobar si en su programa de acción incluye el problema estructural del suministro de agua, no tiene capacidad económica para una empresa de esa envergadura, requiere el respaldo del gobierno estatal y del federal, intentarlo es fundamental. |
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