Por Eros Ortega Ramos*
La nueva mutación del COVID-19 ya está causando una fuerte preocupación entre los científicos de todo el mundo por su elevado índice de propagación entre la población. Hablamos de Ómicron, la más reciente cepa del mortal virus descubierta hasta el día de hoy, la cual, en palabras de algunos expertos en la salud, es la peor variante desde que inició la pandemia. De hecho, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) hace algunos días la declaró como una “variante de preocupación”, lo cual ya obligó a diferentes países europeos a endurecer de nueva cuenta sus restricciones de confinamiento por el miedo a que se vuelva a propagar el virus entre sus habitantes de una manera aún más catastrófica que en los meses pasados. Desafortunadamente, de esta nueva cepa de COVID-19, antes conocida como B.1.1.529, ya se tienen registros en países como Israel, Hong Kong, Bélgica y Botswana, aumentando así el riesgo de que en no mucho tiempo pueda propagarse hacia el resto del mundo, repitiendo apocalípticos escenarios de muerte como en la India, en donde era tan alto el índice de mortalidad del virus que los fallecidos tenían que ser incinerados en plena calle por falta de espacio en los cementerios y crematorios.
Claro está que todavía es bastante precipitado sacar conclusiones de las repercusiones en las tasas de mortalidad que se puedan llegar a presentar en países como México, pero los casos confirmados en algunos países sudafricanos ya obligaron a países ubicados de este lado del globo como Estados Unidos a suspender, a partir del 29 de noviembre del año en curso, el ingreso de extranjeros provenientes de Malaui, Mozambique, Suazilandia, Lesoto, Namibia, Zimbabue, Botsuana y Sudáfrica, por supuesto. Por otra parte, aunque con medidas no tan radicales como el país vecino, Reino Unido determinó que todas aquellas personas que provengan de estos mismos países deberán cumplir con una cuarentena al momento de ingresar a territorio británico. A manera de ilustración didáctica para la fácil comprensión del público en general, la BBC dio a conocer la siguiente imagen con información del Centro de innovación y Respuesta a Epidemias de Sudáfrica:
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-59425682
Considero que, ante esta preocupante variante del virus, más que alarmarse, lo que se tiene que hacer es prevenir hipotéticos escenarios de contagios masivos con la ampliación de la vacunación hacia todas aquellas personas, independientemente de su edad, que no hayan sido vacunadas, así como a los niños y adolescentes en general. Ya no estamos para escepticismos en torno a la existencia del virus, y es que los repuntes de contagios alrededor del mundo han demostrado que la resistencia y severidad en la transmisibilidad de Ómicron, prácticamente ya es un asunto de seguridad mundial.
Hace algunos días, en una extensa charla que tuve con un médico cercano a mí y a mi familia desde hace bastantes años, pude reafirmar con sus recomendaciones lo que en algún momento supuse que eran buenas medidas para el manejo de la pandemia; 1) el reforzamiento en las vacunas (si es necesario una “tercera dosis”) para los adultos y adultos mayores; 2) la solicitud del certificado de vacunación a todas las personas que deseen viajar, tanto a lo largo del país como hacia el extranjero, o que deseen asistir a eventos artísticos y culturales en los que se presenten aglomeraciones de gente y, aunque se tenga que hacer uso del monopolio legitimo de la fuerza que por designación democrática le fue otorgado al Estado; 3) restringir la entrada a recintos e inmuebles de recreación, diversión y entretenimiento como cines, teatros, gimnasios y otros en los que por el contacto cercano entre las personas, el virus pueda propagarse con mucha mayor facilidad que en espacios abiertos.
Tal parece que con esta nueva variante del virus las millones de vacunas que se han aplicado a toda clase de personas a lo largo de estos últimos meses no resultaron lo suficientemente efectivas para contener semejante pandemia. Es increíble lo vulnerables que todavía somos ante este virus, que bien podría
convertirse en el más peligroso asesino si no se toman medidas más estrictas para contener su propagación. Lo peor de todo es que el exceso de confianza ha hecho que mucha gente baje la guardia ante una supuesta vuelta a la normalidad cuando todavía no se puede cantar victoria. ¿Será esta la última variante del coronavirus o vendrán otras todavía más peligrosas?
Gracias por su lectura.
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Correo electrónico: sociologia_uameros@hotmail.com
*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y maestrante en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México |
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