¡Caray, cómo extrañamos al atarantado!
No cumple ni un año de gobierno y la señora Nahle ya se llenó de enemigos, la mayoría gratuitos y pa´cabarla la mayoría de Morena, su partido al que amenazó con abandonar cuando pretendieron incorporarse los Yunes.
Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Manuel Huerta, Pepe Yunes, Dante y toda la flota de MC, en lo particular a Sergio Gil Rullán, así como a José Manuel del Río Virgen, titular de la Dirección de Control Interno y Evaluación Técnica del Congreso y responsable de la revisión de la Auditoría Superior de la Federación, a quien señala, un día sí y el otro también, de robarse la elección de Poza Rica y Papantla que terminó quitándosela a los naranjas a la mala.
Le disgustan hasta el vómito los del PAN… ¡Vaya hasta los del PRI, que no son nada! le caen, pero bien mal.
¡Y el colmo! A su larga lista de odios acaba de sumar a Cuitláhuac García Jiménez, sacándole cuentones enormes que de siempre se supo robó, pero que ahora exhibe mediáticamente que le sirva de distractor.
¡Caray, cómo extrañamos al atarantado!
A roció Nahle tampoco gustan los enemigos históricos entre los que se cuenta una parte del sector empresarial y, en lo particular quien la encueró haciendo públicas buena parte de sus propiedades en Veracruz, el resto del país y el extranjero, el valiente Arturo Castagné.
A la gobernadora la prensa crítica le cae en la punta del callo, también las reporteras a quienes odia.
Y qué decir de los columnistas.
Es lo primero que lee por la mañana y no los soporta. Los califica de carroñeros, de chayoteros y un rosario más de adjetivos… bueno salvo su pandilla de paniaguados locales sedicentes periodistas y uno nacional que se salvan y, por supuesto, atiende largamente.
Nomás no traga al periodista Jorge García Orozco que fue quien reveló que en mayo del año en curso la mandataria canceló el seguro contra desastres del estado para crear su propia aseguradora, Aseguradora Veracruzana de Servicios Integrales (AVSI) “el problema es que la aseguradora no tiene ni fondos, ni personal en plena tragedia de Poza Rica”.
A ese cabrón lo odia, con odio zacatecano.
También a los fotógrafos de prensa los desprecia con toda el alma por los acercamientos a la cara que la hacen ver fatal, por los mohines captados por sorpresivas lentes y celulares, por sus risitas burlonas que no escapan a la instantánea, porque son como ladillas y porque no entiende cómo es que aparecen en todos lados por más que manda a correrlos.
El ejército de inútiles de su oficina de prensa, tiro por viaje, la empinan; por ello trajo a la experta de la capirucha, a la que como dice el dicho popular "Es Juana Camaney, la que baila tango, masca chicle, pega duro y tiene viejos de a montón, ¡tu ru rú!" -versión corregida por el autor de este espacio-.
No referimos a su comadre Mary Vázquez, quien apenas arranca y Nahle ya siente que la odia porque le quita el billullo y cada vez más la hunde -es la gobernadora más impopular del país-.
¡Caray, cómo extrañamos al atarantado!
A la larga lista de malquerencias se suman los latosos pobres, los damnificados, a aquellas que al primer secuestro les da un infarto, a las que reciben despensas del crimen organizado, a los meteorólogos metiches como Isidro Cano Luna quien le descubrió la trampa del “ligero desborde del río Cazones” que mató a más de 70 veracruzanos y dejó más de 300 mil damnificados.
Y qué gordo le caen los enemigos de casa a los que ni de relajo puede mover: sus secretarios de Gobierno Ahued, un verdadero inútil y el de Seguridad Pública, Alfonso Reyes, quien reporta directamente, no con Nahle sino con García Harfuch, al subsecretario de Finanzas Erik Domínguez, que le engaña bien bonito con victorias electorales inexistentes y alianza, estás si existentes, con el Cartel Grupo Sombra… y la “Lupe” que “¡como me ayuda!”, pero a empinarla, eso sí, sin mancharse sus impecables tenis blancos.
De la lista no se puede omitir al “Bola 8”, Erick Cisneros, quien desde la oscuridad sigue operando, embarcando día a día a su régimen que hoy está bajo sospecha.
¡Caray, cómo extrañamos al atarantado!
Le disgustan y odia además a los pobres que le reclaman, a las valiente mujeres que la acusan con la presidenta Sheinbaum, a los que denuncian violaciones a sus hijas o que la policía se mete a sus casas sin orden judicial.
La pone histérica que le rompan el guion del ¡Aquí no pasa nada!, que Veracruz esté en manos de la criminalidad, de los huachicoleros, de los funcionarios corruptos -sobre todo los de la SEV-, de la falta de medicinas y de que no le salen bien las declaraciones.
Su problema es que habla con faltas de ortografía. No sabe hilar las frases, ni conceptos, improvisa y tropieza. Dice ocurrencias. Afirma cosas que no son ciertas y ya es famosa por mentirosa.
¡Caray, cómo extrañamos al atarantado!
Ya se hizo leyenda aquello de que estábamos mejor cuando estábamos peor.
Tiempo a tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |
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