En realidad, la presidenta Sheinbaum no está en un lecho de rosas, las circunstancias en las que se desempeña como titular del Poder Ejecutivo Federal la mantienen en permanente tensión, porque por un lado debe cuidar de no alterar su relación con su mentor político, y por otro permanecer a la expectativa de lo que “la derecha” “confabule” en su contra. En ese laberinto de filias y de fobias, adicionalmente está obligada a ejecutar acciones propias de su investidura, es decir, intentar resolver los grandes problemas nacionales. Por si no bastara, también enfrenta el amago permanente del presidente Trump. Todo eso configura un paquete que incluye una economía sin crecimiento, déficit fiscal, una muy reducida inversión privada y pública, y de ñapa, los movimientos de protesta por inconformidad en diferentes sectores sociales.
Ante esa argamasa de problemas quizás lo más lamentable radica en el discurso presidencial cuya tónica se asemeja cada vez más a la de su antecesor por cuanto a la polarización que entraña. Más aún porque cuando atribuye culpas al pasado “se brinca” el periodo inmediato para embestir a Calderón, a Fox o a Zedillo. En el caso de Fox, solo porque hizo alusión al asesinato de Carlos Manzo, la presidenta exclamó: «¡Cómo se beneficiaron durante el sexenio de Fox la familia de su esposa! Hay que recordar todo eso. Todas las corruptelas que hubo en ese sexenio”, de acuerdo, efectivamente en el sexenio del señor de las botas los hijos de su esposa, Martha Sahagún, aprovecharon para hacer negocios al por mayor, fue un escándalo, quién pudiera negarlo. Sin embargo, la presidenta Sheinbaum no toca ni con el pétalo de una rosa (perdón por lo poco original) la injerencia de los hijos de López Obrador en la adjudicación de contratos gubernamentales a sus socios y amigos, como se ha publicado con bastante veracidad. Claudia Sheinbaum, apenas ha cumplido un año al frente del gobierno de México y ya sufre un desgaste bastante acentuado, presume de que “la ciudadanía está contenta” con su gobierno, pero las encuestas, si bien muestran una opinión favorable para ella, no es así cuando las preguntas se orientan hacia su desempeño en la presidencia. Está comprobada la tesis que postula el desgaste ocasionado por el ejercicio del poder, relativo a la presidenta Sheinbaum aun no se mide cuánto. Aunque lo realmente importante consiste en que las políticas publicas que implemente tengan éxito por el bien del país. |
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