Tu eres la tristeza de mis ojos Que lloran en silencio por tu amor Me miro en el espejo y veo en mi rostro El tiempo que he sufrido por tu adiós
Con un viento frío que calaba los huesos y envolvía el ambiente de dolor, en la plaza Regina sonaba la letra y música de Amor Eterno para recordar y despedir a José Ignacio Cortazar, quien tuvo su último aliento la madrugada del sábado 27 de enero, después de hacer lo que más le gustaba, tocar el trombón.
También resonó la música para exigir justicia por su asesinato ocurrido en un antro de Xalapa y para que ningún otro joven vuelva a estar expuesto a las balas perdidas de sicarios sin rostro.
Y seguirá fuerte la música por José. Este viernes la Orquesta Sinfónica de Xalapa tocará un programa reflexivo, de obras creadas en tiempo de guerra, que busca a través de la expresión humana dejar huella en los asistentes. En voz del director Lanfranco “es hablar de la muerte y la guerra de manera sublime, no aceptando pero absorbiendo”.
“La música vive” y vivirá este domingo –desde la Casa del Lago UV- con agrupaciones como Soflama, Los Aguas Aguas, Combo Ninguno y Bantú, quienes alzarán la voz por José, porque “sola no llega a su propio destino”.
El joven universitario y el vigilante del antro rafageados por dos sujetos desconocidos se sumaron a la estadística de Veracruz, el tercer estado con más homicidios al cierre de 2017 con 2 mil 531 asesinatos (cifras oficiales de la federación). En el lugar otras cuatro personas resultaron heridas, pero se desconoce su estado de salud.
Pero no sólo se trata de una cifra. Con Pepillo –como le decían sus amigos- cortaron las ilusiones de toda una familia: de dos niños de tres y nueve años que no podrán volver a ver su padre, una pareja que no podrá abrazarlo más y una madre, padre y hermanos que lloran su ausencia.
Con 28 años de edad, José Ignacio Cortazar terminaría en julio su carrera universitaria en Educación Musical; soñaba con ser director de Orquesta y dar clases porque amaba también la pedagogía.
Originario de Minatitlán, ciudad asentada en el sur de Veracruz, se trasladó con su familia a Xalapa hace ya varios años. Era un hombre que estudiaba y tenía dos trabajos, por el día en la Unidad de Servicios Bibliotecarios de la UV y por la noche músico integrante de la agrupación de salsa “Mayabe”.
“Ya no hay nada que pedirle a la autoridad, a mi hermano ya no me lo van a revivir, hacemos esto porque a él le justaba ayudar y su muerte no sea en vano”, confesó la hermana mayor de José con rabia contenida.
Frente a Palacio de Gobierno se reunieron unas 70 personas; su hermana mayor abrazaba fuertemente una fotografía con su imagen; junto a ella amigos y familiares, algunos con lagrimas en los ojos, mientras los asistentes conteníamos el llanto al ver esa escena. Entre una canción y otra, una de las manifestantes soltó en voz alta la frase “que la música amanse a las fieras”.
Entre la protesta se alcanzaba a ver una cartulina con la leyenda “seguimos exigiendo justicia para todos nuestros jóvenes, Yunes reacciona”… pero yo le agregaría veracruzano reacciona, no esperes a que sea tu hijo para marchar y solidarizarte.
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“Hay que pensar en la verdad de cada uno y la frontera me permite tener mi verdad, pero a la vez aprovechar y gozar de la verdad ajena": José Luis Sampedro.
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