Los presidentes nefastos que han representado a nuestro saqueado y vapuleado país, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo , nos han condenado a sufrir para siempre y por siempre, con un endeudamiento endemoniado – similar al que se instrumentó con la monumental obra del aeropuerto que ahora defiende Meade- que se denominó Fobaproa y que ya lleva más de veinte años de un sangrado criminal a la nación, sin consecuencias para los responsables, pero si más miseria para la población.
La historia del rescate financiero de los bancos se organiza e instrumenta con Salinas de Gortari- al igual que el rescate carrero-para que un grupo de bandidos embozados algunos y otros menos descarados, se quedaran con la privatización de las instituciones bancarias que habían sido expropiadas por el presidente López Portillo y ante la rapacidad manifiesta, Zedillo realiza la conversión de los pasivos de los bancos y empresas en deuda pública y de esa panza tan voluminosa, ahora están los éxitos a la vista que nos enorgullecen , al ver que la nación sigue hipotecada y quien sabe por cuanto tiempo, si no se hace algo.
De ese colosal fraude, al momento en que se arribó a lo que hoy se denomina cuarta transformación de la república, han trascurrido más de veinte años y la deuda e intereses no se mueven a favor del país, por el contrario, cada día se hace más impagable, pues han crecido, según se afirma, en más de 67 por ciento , pese a que se han cubierto más de dos billones ochenta y ocho mil novecientos cuarenta y siete millones, esto es, 3.4 veces más que el saldo de 601 mil 341 millones vigente en 1999.
En virtud de que las tasas de interés siguen creciendo, el costo de la deuda pasa de 39 mil 641.7 millones de pesos desembolsados en 2019 a 51 mil 345.2 millones, lo que constituye un incremento de 29.5 por ciento en términos reales, magnitud de recursos que se han transferidos a los propios bancos, ello en razón de que al canjearse los pagarés del fondo bancario de protección al ahorro, por los bonos de protección al ahorro en 2004, la refinanciación de la deuda quedó en manos de esas mismas instituciones financieras que en su mayoría son extranjeras y cuya sangría solo beneficia a esas naciones, en tanto, en general el país, sigue empobrecido.
Se dijo y se presumió que eso no sería un daño tan prolongado para el pueblo mexicano, sin embargo, hasta ahora no se alcanza a ver la punta del final de la corrupción, que tal parece que será permanente, pues nos engañaron con una verdad de a kilo, que todo era para mejorar el país y que nos iría muy , como obviamente nos ha ido, -tenemos un país con grandes carreteras, hospitales, universidades de primer mundo, una infraestructura que podemos presumir, etcétera- pues se nos dijo que duraría solo veinte años y ya estamos próximos a llegar a los treinta y toda marcha sobre ruedas de la abundancia de unos cuantos.
Si no se instrumenta un sistema de defensa inteligente y responsable para terminar con ese saqueo a la nación o bien se acredita que fue una práctica de corrupción , que se condena en muchos países, sobre todo, Estados Unidos, y alegarlo jurídicamente en las naciones que tienen bancos en nuestro país, va a ser muy difícil liberar esa carga ominosa y estaríamos condenados, de por vida, a que nuestras finanzas se sigan mermando, descuidando los problemas sociales.
Los cuadros gubernamentales que tiene el gobierno de López Obrador, que tan poco tiempo han dado muestras de dignidad republicana, sin duda alguna, que han de estar revisando profundamente como atacar ese atraco contra México, al igual que está sucediendo ya con los robos y empobrecimiento de Petróleos Mexicanos para quebrarlo totalmente y venderlo como chatarra, o bien, al emprender el congreso de la unión acciones que se orientan a quitar privilegios y prebendas a una burocracia parasitaria y abyecta.
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