Es obvio que el mandato de la ciudadanía a favor del partido MORENA para que se profundice en lo que el virtual presidente electo Manuel López Obrador ha llamado la cuarta transformación,- esta si pacifica porque la independencia, reforma y revolución ensangrentaron seriamente al país-, está plenamente rubricada, ahora falta que se tenga, auténticamente, el arrojo de correr el riesgo que conlleva afectar los intereses arraigados.
Las voces de inconformidad ya se han dejado sentir, por ejemplo, en el caso del presidente de la suprema Corte de Justicia de la nación , ministro Luis María Aguilar ,- por cierto propuesto por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa para a ocupar ese cargo- quien de entrada afirma, sin rubor alguno , que la remuneraciones que perciben los juzgadores no son como un beneficio personal y menos que representen privilegios inconfesables, sino que se trata de elementos necesarios para un servicio público indispensable e ineludible, sin embargo, no explica, pues ni funda ni motiva en que razones, circunstancias de tiempo y modo se tomó en cuenta o quien fijó esos salarios y otras canonjías, que no lo tiene ningún juez del mundo, en tanto, en este país de miserables, se cuenta con este lujo.
El anterior punto se referencia, habla por sí solo que, por doquier saltará la libre – como ya ha empezado la batalla mediática- porque si el próximo presidente habla de la austeridad republicana y empieza por su casa, anunciando con la sencillez de suyo característico, que no ganará más de ciento mil pesos mensuales, esto empieza a incomodar porque lo que se quiere es que la corrupción en sueldos y salarios no tenga fin, es decir, un pueblo pobre con funcionarios ricos.
Es cierto que a resultas de que llegaron los panistas al gobierno, el despilfarro con las canonjías de sueldos y salarios y demás actos de corrupción se dispararon, pues al venir de áreas empresariales y acostumbrados a la opulencia ya no la hincaban el diente a su presupuesto sino a los recursos del Estado, y como dicen que decía Ruiz Cortines- el presidente más honesto en la historia de México –que los ricos no roban por necesidad, sino por vicio, de ahí, los que tienen ahora privilegios, harán lo indecible para que nada cambie.
Si el artículo 127 habla que nadie percibirá más sueldo que el presidente de la república, la existencia en la constitución de organismos autónomos e independientes, tendrán que hacerle el favor a la nación para aceptar acomodarse a la nueva política de austeridad, de otra suerte, ya se verá litigando a los ministros, jueces y magistrados y demás afectados en los tribunales, o bien, que de manera tajante, se haga, pacíficamente, un cambio a la constitución para que el servidor público deje de ver en los cargos de gobierno, el gran negocio, para su enriquecimiento.
De ello nos daremos cuenta en el corto tiempo, porque el mandato electoral de más de treinta millones de electorales es indubitable, ahora bien, o los recursos que obtiene el Estado de todos los mexicanos servirán para que se inviertan en el país y beneficien a todos , o que seguirán siendo el sostén de rémoras de todos los niveles, en tanto la miseria y la inseguridad, con la corrupción e impunidad, aunada a la criminalidad, mantengan su statu social hasta que la violencia sea imparable, soltar al tigre ahora, o que el México bronco resurja, porque en verdad, esto es intolerable.
Si se quiere sensibilidad o solidaridad con los que el país les ha dado todo para ayudar a las mayorías miserables que en su desesperación viven aherrojadas , lo podremos ver cuando los diputados y senadores tomen al sartén por el mango y digan un¡ ya basta! Y hagan lo que nunca han hecho, es decir, se liberen de la atadura de la corrupción que deja el viejo sistema que se niega y se negará a morir, para que surja una nueva esperanza, esta es la incertidumbre. Limacobos.@hotmail.com
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