SI EL Presidente Andrés Manuel López Obrador quería una genuina confrontación entre liberales –como se autodefine- y conservadores –como llama a quien le lleva la contraria-, seguramente podrá verla en toda su magnitud en los días por venir, toda vez que el Movimiento de Regeneración Nacional impulsará la despenalización del aborto a lo largo y ancho del País, lo que, seguramente, le confrontará con la Iglesia Católica e, incluso, con la religión evangélica que profesa, ya que esa corriente religiosa se opone, también, a la interrupción legal del embarazo, como hasta hace dos años, en 2017, lo hacían 7 de cada 10 mexicanos, según la encuesta que en aquel tiempo realizó la empresa Parametría, cuando la sociedad mexicana se mostró en contra de que una mujer pueda abortar sin ser penalizada. Es indiscutible que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no combate la violencia con violencia en el País por dos causas: 1.-Porque su religión le impide ordenar matar, esto es, dar la instrucción a la tropa y elementos policiacos de que respondan al fuego con fuego, y que abatan a delincuentes que les ataquen, y por ello ha puesto en evidencia a soldados, marinos y uniformados que deben aguantar (a ver hasta cuándo) ser golpeados por civiles y casi salir corriendo, como ha ocurrido en Guerrero, Michoacán, Ciudad de México, Chiapas y otras Entidades donde de plano han puesto la espalda antes que el fusil en la frente de los maleantes y, 2.-Porque sabe que los llamados “anarquistas”, grupos fuera de la ley y, ahora, los pro abortistas son votos cautivos rumbo al 2021, y por nada del mundo los agredirá ya que podrían aplicarle el sufragio de castigo y hacer perder al Movimiento de Regeneración Nacional la elección intermedia, sin embargo, no ha medido que meterse con el clero sí es altamente riesgoso, ya que los púlpitos siguen siendo escuchados y atendidos por la feligresía y por la sociedad mexicana que, a decir verdad, sigue profesando esa religión.
POR LO pronto, ya es un hecho que Morena presentará una iniciativa de reformas al Código Penal Federal y a la Ley General de Salud para despenalizar la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas de gestación en todo el País, lo que, seguramente, alentará movilizaciones católicas como ya ha ocurrido. Con todo y eso, las enmiendas serán impulsadas junto con un exhorto, en artículos transitorios, para que las Legislaturas Estatales armonicen sus normas conforme a los cambios a nivel Federal pues, se informó que tras los foros realizados en 20 Entidades en la llamada "gira de la decisión", se detectó que esas reformas son una necesidad, pese a que Parametría indica que la despenalización del aborto ha sido históricamente un tema desaprobado en México, con porcentajes de rechazo que van de 53 a 72 por ciento. En la ciudad de México, de los 214 mil 165 casos de interrupción del embarazo que ha habido, 149 mil 74 eran de mujeres residentes en esa capital, pero 65 mil 91 provenían de otros Estados, lo que a juicio de algunos legisladores morenistas, deja en claro la necesidad de asegurar el acceso a servicios de salud que garanticen una interrupción del embarazo legal y segura.
DEBO ACEPTAR que no soy partidario del aborto como si se tratara de un deporte, esto es, solo porque jóvenes o mujeres adultas no tomaron las prevenciones debidas al momento de tener sexo, pero sí estamos de acuerdo en que se aplique a mujeres que fueron víctimas de violación o se les detectó algún mal que pudiera afectar no solo el parto o producto en sus entrañas sino su propia vida, pero solo en esos casos. Y es que con tantos avances médicos para impedir un embarazo no deseado, además de proliferación de todo tipo de preservativos, sería irresponsable que las mujeres no prevean una situación que no desean, y acaso por ello es necesario derribar tabúes en escuelas para que tanto niñas, niños, adolescentes y jóvenes adultos actúen con sensatez y sepan cómo evitar un embarazo, porque tener sexo no es algo grave, por el contrario, resulta natural, pero debe hacerse con madurez o cierto juicio, ya que traer bebés al mundo en plena etapa de desarrollo académico y humano suele echar por la borda el futuro de las jóvenes madres, aun cuando muchas mujeres justifican que un hijo es una bendición.
DE ACUERDO a la propuesta impulsada por el grupo de Morena en la Cámara de Diputados, será considerado aborto cuando la interrupción sea posterior a las 12 semanas, además de que cada institución de salud debe garantizar que, de entre su personal, al menos una persona dentro de todos los turnos esté capacitada para practicar una interrupción del embarazo y no sea objetor de conciencia. Otros cambios consisten en que, a quien haga abortar a una mujer sin su consentimiento se le aplicará una pena de 3 a 6 años de prisión y si media violencia física o moral, de 6 a 8 años de prisión, –y eso está muy bien, pues nadie puede obligar a nadie, y menos cuando eres parte del conflicto-. Por ello, al personal médico que provoque un aborto sin consentimiento, además de esas sanciones se le suspenderá de 2 a 5 años en el ejercicio de su profesión. A la mujer que voluntariamente practique su aborto o consienta que otro le haga abortar después de las 12 semanas de embarazo, se le impondrán de 3 a 6 meses de prisión o de 100 a 300 días de trabajo a favor de la comunidad y sólo se castigará si el aborto se consumó. Esa misma pena se impondrá a quien haga abortar a una mujer después de las 12 semanas con consentimiento de ésta.
COMO FUERA, la iniciativa que, seguramente, será aprobada, engendrará al Presidente cierto repudio de los que llama “conservadores”, pues como ya está visto, más de la mitad del País no está de acuerdo con el aborto, y sí a favor de derribar los tabúes que impiden desde la educación primaria una educación sexual que forme mexicanos responsables. Y es que lo grave –y a muchos tal vez no les guste-, es que infinidad de niños en México nacen de madres solteras sin que los papás se hagan responsables de esos hijos que, para variar, se niegan a reconocer, incluso, legalmente. Por ello, tal vez, dentro de la Reforma Educativa –que solo fue una revolcada de lo que ya había-, el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador debió incluir la educación sexual y contratar docentes con carreras en psicología o trabajo social para que impartieran a los menores orientación sexual, porque está claro que dejarle la tarea a los profesores sería contraproducente. En fin, el Jefe de las Instituciones Federales quería un verdadero enfrentamiento con los conservadores y, seguramente, lo tendrá, ya que en México las opiniones en torno al tema de la interrupción legal de los embarazos se divide. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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