DEBE HABER llegado hasta la médula presidencial el discurso pronunciado el sábado, en la Arena México, por el coordinador de MoReNa en la cámara de Senadores, Ricardo Monreal, sobre todo cuando sostiene que México “está partido en dos” por la división y la polarización, ese “veneno” que, recalcó “enciende conflictos y empuja al odio y la violencia”. En pocas palabras, te lo digo Juan para que lo entiendas Andrés. Y sabedor de que no está en el ánimo de quien Gobierna, y que incluso, el encuentro al que convocó podría costarle no solo la titularidad de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Baja sino ser expulsado, asume que por el momento no se ira de la 4T, no al menos por su propia voluntad sino que peleará por la candidatura del Movimiento de Regeneración Nacional a la Presidencia, aun cuando sabe que en el siguiente orden: Claudia Sheinbaum Pardo, Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard se encuentran las corcholatas López Obrador y sus querencias, en las que no entra Monreal Avila que ha recurrido, por lo tanto, al mismo discurso provocador de Andrés Manuel para hacerlo enojar, y que de una vez por todas ordene su salida, pues no es lo mismo: renunció por resentimiento a lo echaron por egoísmo y miedo. Monreal sabe manejar los laberintos de la política, y conoce a la perfección al tozudo tabasqueño que el domingo dejo de golpear a los contemporáneos para irse a la yugular de don Porfirio Díaz Mori, ese si un patriota, por haber defendido a México durante la guerra de intervención francesa de 1862, y por haber sentado las bases del crecimiento de esta nación que venía de padecer los yugos de la antigua España. AMLO, que no respeta ni a los muertos, se le fue encima tanto a don Porfirio como a su esposa Carmelita Romero Rubio, en un discurso sustraído de la historia que le conviene divulgar a quienes quieren seguir administrando la pobreza intelectual de algunos, de los fanatizados por el encanto del caracará quebrantahuesos de Tabasco.
EN LO que denominó la Convención Nacional de Reconciliación por México que congregó a miles de asistentes, Monreal Ávila, que en esta ocasión se hizo acompañar de su esposa María de Jesús Pérez Guardado, ofreció reconciliar al país (que López Obrador ha dividido en aras de mantener el poder por conducto de quien imponga en la Presidencia). Pero el zacatecano que ya está decidido a que lo expulsen de MoReNa, le advirtió que la gran desigualdad que existe en el país ha sido aprovechada para alimentar la polarización. “Pero la desigualdad no se elimina con más división, exclusión y rechazo. La desigualdad que se vive en México puede ceder ante un fuerte desarrollo económico y ante la generación de empleos”, y en lo que parecería ser su futuro lema de campaña dejó en claro ante la ovación de “presidente, presidente”: “no nos vamos a dejar, no nos vamos a rajar “, pues insistió en que “el momento de polarización que vive México nunca se había visto”, como recordándole a López que solo ha dividido a México en aras de sus propios intereses sin aportar gran cosas, a no ser migajas a quienes no tienen de otra que agradecer obedeciendo a ciegas.
PORQUE MONREAL enfatizó que su Plan de Reconciliación, parte de “asegurar que la injusticia que arrastramos en forma de desigualdad y pobreza, se sanee con un Estado que no se limite a ayudar a las personas menos favorecidas (esto es, a solo regalar dinero para comprar consciencias como lo hace ahora AMLO). “Se trata de cambiar las condiciones para eliminar la pobreza por medio del empleo y de oportunidades reales”, lo que le ganó los aplausos de aquellos que López Obrador ha clasificado como aspiracionistas fifís, corruptos, clasistas y racistas. Y aunque dejó en claro que sigue defendiendo “la esencia original” del Movimiento de la Cuarta Transformación, insistió, “ahora la polarización puede desgarrar a nuestro país en pedazos y esto tiene que terminar, porque cuando crecen la división, el encono y los ataques verbales se pierde la visión de lo importante”.
FUE UN discurso dirigido a quien lo desdeñó, al que lo saco de sus afectos por temor a no poderlo manipular como, seguramente, habría ocurrido, y bajo ese contexto, Monreal aclara que reconciliar no se trata necesariamente de acuerdos, de tener las mismas opiniones o convicciones políticas, ni de ser iguales. Al contrario, “es la materia prima con que se puede crear un México próspero, con justicia social e igualdad de oportunidades, donde el futuro deje de ser preocupante para llenarse de esperanza y de planes para disfrutar una vida mejor”. Por ello no dejó de advertir que “no tendremos reconciliación real hasta que la gente en México tenga piso parejo y eso empieza con la creación de un país inclusivo, cuya diversidad sea activada para la unidad y la producción”.
MAS CLARO ni el agua, y acaso esta semana las reacciones no se hagan esperar por parte de aquellos que han sido revividos mediante un rito mágico y que carecen de voluntad propia, según ciertas leyendas de Haití y del sur de Estados Unidos de América, conocidos como Zombis, dependiendo de la respuesta de AMLO, aunque, por lo mientras, el Presidente López Obrador, al pronunciar su discurso con motivo del 112 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana dejó en claro que “la traición contra (Francisco I) Madero ayuda a entender por qué de nuestra estrategia política. Si no estuviéramos respaldados por la mayoría del pueblo ya nos habrían derrotado los conservadores o sometido a sus intereses para convertirnos en títeres o peleles, quienes ya se habían acostumbrado al poder y se sentían los dueños de México (acaso en alusión a la propuesta que la oposición le ha hecho a Monreal para que participe como abanderado de una gran alianza). Obrador destacó que “el comportamiento de la oposición durante el gobierno democrático del presidente Madero, es muy aleccionador de cómo los de arriba, los oligarcas, la mayoría de la prensa, intelectuales acomodaticios, suelen ser amigos de mentira y enemigos de verdad (…)”.
SIN DUDA, los días por venir serán significativos, ya que no se descarta que tras su viaje a la Interparlamentaria que se celebrará en Madrid España a finales de este mes, a su retorno encuentre la silla ocupada, ya que el sábado, de los ochenta senadores que le patentizaron su respaldo en su confrontación con la Gobernadora de Campeche, Layda Sansores Sanromán, solo le acompañaron 13: Rafael Espino, Nancy Sánchez Arredondo, Ricardo Velázquez, Casimiro Méndez, Adolfo Gómez,, Soledad Luevano Cantú, Freyda Marybel Villegas, Eli Cervantes, José Ramón Enríquez, Claudia Balderas, María Merced González, Cecilia Sánchez y Eduardo Ramírez. Ni uno más, por lo que seguramente ya fueron aplacados desde Palacio Nacional y prefirieron no exhibirse con Monreal, que en esto de la política la traición es cosa común. OPINA carjesus30@hotmail.com
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