DEL PRESIDENTE de la República en turno solían decir los priistas: “al jefe no se le rebasa ni en la carretera” o, incluso, corría aquella broma de cuando mandatario preguntaba: ¿Qué horas son? a un subalterno, y este respondía solícito: “las que usted ordene señor Presidente”. Tiempos aquellos que se fueron, no en el Gobierno autoritario de Andrés Manuel López Obrador que recitaba, sin ser cierto que la venganza no era su fuerte y, sin embargo, llevó a la cárcel a decenas de adversarios políticos a los que, incluso, obligó a devolver fuertes sumas de dinero al erario, aunque, también, se afirma que en beneficio personal, algo muy similar a que lo hizo Miguel Ángel Yunes Linares durante su corto periodo como Gobernador de Veracruz, cuando persiguió a duartistas a los que obligó, según se dice, a resarcir ciertos bienes y otros fueron a su peculio personal, o en el peor de los casos dejaba desprotegidos a periodistas a merced del hampa que en ocasiones solo los golpeaban aunque, en otras circunstancias los desaparecían o asesinaban. Tal vez son leyendas urbanas, aunque, uno de los principios básicos de la propaganda de Joseph Goebbels, mano derecha de Adolfo Hitler fue: “miente, miente, miente que algo queda, pues cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”. El detestable alemán se desempeñó como Ministro para la Ilustración Pública y la Propaganda durante el III Reich, dedicándose a transmitir la ideología nazi en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Y el tema viene a colación, porque algo está fallando en el naciente gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que al carecer de luz propia varios correligionarios se le están saliendo de control, poniendo en evidencia su autoridad (no su autoritarismo), y haciendo más chaparrita, de paso, a la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, que ya no ve la hora de contender por la Gubernatura de Sonora y dejar la responsabilidad a otro, pues ha quedado demostrado que los santones de la Cuarta Transformación no están dispuestos a someterse, entre otros, la Gobernador de Campeche, Layda Sansores; el Senador Adán Augusto López Hernández; el diputado Federal, Ricardo Monreal y que decir de la delincuencia organizada que, valiéndole la presencia del Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch en Culiacán, Sinaloa, ordenó el asesinato de uno de sus agentes Federales, Halexy Guadalupe V., en la colonia Villas del Río, hecho que ya fue atribuido a Jesús Alfredo Beltrán Guzmán, conocido como “El Mochomito”.
EL ATAQUE ocurre en un contexto de violencia incontrolada en Sinaloa, donde las pugnas entre grupos criminales han intensificado la tensión en la región, ante un vacío de poder que pareciera experimentarse tras el cambio de Gobierno o la presunta ausencia de Andrés Manuel López Obrador. Ese homicidio, de un elemento cercano a García Harfuch en Culiacán, Sinaloa, enluta a las instituciones de seguridad, pero al mismo tiempo manda un mensaje a las instituciones y pone de nuevo en el centro de la atención los riesgos que enfrentan quienes trabajan en la primera línea del combate al crimen organizado, así como la urgencia de resultados en las investigaciones para frenarla. Y es que en México se están viviendo tiempos inéditos –como si alguien estuviera moviendo la cuna a Sheinbaum-, con rebeldías nunca antes vistas de una Gobernadora en contra de la Presidenta en funciones, como ocurre con la de Campeche, Layda Sansores San Román que antepuso su voluntarismo o caprichos personales a una instrucción de la titular del Ejecutivo Federal que, tácitamente, le mando a decir que no estaba de acuerdo con el nombramiento de Jorge Lavalle Maury como Secretario de Economía de aquel Estado, siendo rechazado, incluso por sectores políticos y sociales, pero Layda le hace un desaire a Sheinbaum, como para demostrarle que ella vive en Palacio, pero el que Gobierna está en Palenque.
SANSORES, HACIENDO caso omiso, justifica la polémica designación argumentando que Lavalle, exsenador señalado por procesos legales en el pasado, no enfrenta pruebas en su contra, al tiempo que destaca que en su momento le brindó su apoyo, cuando ella era una senadora de oposición. Sin embargo, ese argumento ha sido visto como insuficiente y ha alimentado las críticas hacia una gestión que prioriza intereses personales sobre el bienestar colectivo. La gobernadora defendió que Lavalle tiene la preparación necesaria para dinamizar la economía de Campeche, poniendo en ridículo a la mismísima Presidenta, precedente que no debería permitir porque una vez que se sienta, otros harán lo propio minimizando la autoridad de la mandataria y su investidura. Y es que la cosa no paró ahí: Layda Sansores recriminó a Sheinbaum la falta de atención a Campeche y la "generosidad" de la Hacienda con Yucatán. “En lugar de estar de fiesta porque ya tenemos el Tren Maya y vamos a pasear, abrimos los ojos y empezamos a darnos cuenta de la verdadera situación crítica que vive este estado; tendremos tren, pasearemos y luego qué, si nos faltan carreteras, si nos faltan puertos”, dice la gobernadora
OTRO TEMA ha sido el encontronazo entre el diputado Federal, Ricardo Monreal y el Senador Adán Augusto López, ambos líderes de las bancadas parlamentarias de Morena en el Congreso de la Unión, lo que provocó una implosión en la autonombrada Cuarta Transformación. Las acusaciones entre las cabezas del oficialismo en el Legislativo provocó una operación urgente desde Palacio Nacional para calmar los ánimos y tratar de cerrar un capítulo que ha cuestionado la fortaleza de la mandataria y al movimiento de regeneración nacional. El conato de incendio que enfrentó el oficialismo provocó que la Secretaria de Gobernación se esmerara en conseguir una instantánea en la que la flanquean los dos coordinadores como símbolo de unidad. Con ello ha parado, al menos de momento, las turbulentas aguas en las entrañas del movimiento obradorista, aunque Monreal ha insistido en que Adán Augusto presente las denuncias en su contra como lo prometió para poder demostrar que todo han sido infundios que con una intensión insana.
QUEDA CLARO que el manoteo o round de sombra entre los pesos pesados de Morena ha puesto en evidencia la fragilidad de la unidad dentro de ese partido, y la inevitable formación de tribus, al estilo del PRD, la agrupación política de la que proviene la mayoría de los integrantes del oficialismo. La lideresa de MoReNa, Luisa María Alcalde, ha salido a respaldar la operación presidencial para aplacar el fuego cruzado, al mismo tiempo que ha dado un espaldarazo a los nuevos aliados del oficialismo, en este caso los Yunes de El Estero, los migueles Yunes Linares-Márquez a quienes ya dio la bienvenida, incluso, para futuros espacios electorales, como mandando un mensaje de que Chiquiyunes no está descartado para la alcaldía del Puerto de Veracruz, mientras que el jefe de ese clan, Yunes Linares quedaría al frente del Senado que detenta el hijo, y todos contentos, lo que demostraría que la Presidenta sufre un síndrome de debilidad que sus correligionarios se han encargado de evidenciar. Por lo pronto, la Gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle ya los descartó pese a Luisa María Alcalde y Claudia Sheinbaum que los defienden, además de haber juntado al Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Esteban Bautista Hernández con su antecesor y Juan Javier Gómez Cazarín, luego de las acusaciones del primero por presuntos actos de corrupción del segundo, ante lo cual, tras el encuentro, la mandataria expresó que, la reunión fue gratificante y provechosa para el bien del estado. Y borrón y cuenta nueva, no para los gobernados que desearían, como lo prometió Bautista, llegar hasta las últimas consecuencias pues corrupción, si la hubo. OPINA carjesus30@hotmail.com
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