A estas horas, dentro de 8 días, para cuando usted este leyendo este artículo, ya sabrá quien gano la elección presidencial, y quien será el próximo gobernador de Veracruz.
Escribo con anticipación esta columna porque después de tantos años de brega, viviendo y participando activamente en las campañas, adquiere uno la visión >tomando en cuenta la correlación de fuerzas< de saber quien ganara una elección, cuando las simpatías y el apoyo popular es ya irreversible.
Hablaré exclusivamente del estado de Veracruz y su elección a gobernador y diputados locales-federales, porque la de hoy, es muy parecida a la que vivimos en 2018, donde también publique un artículo en los medios de comunicación que me hacen el favor de imprimirlo en sus paginas, así como en los portales electrónicos, ocho días antes del primero de julio de aquel año, donde afirme que Andrés Manuel López Obrador iba a ganar por nocaut, porque llevaba semanas platicando con el dentista, con el maestro, con el ama de casa, el boleador, el albañil, la recepcionista, el taxista, el chofer del servicio urbano, las gentes al salir de la parroquia, con el carnicero y demás gentes con las que trataba, y de cada 10, 8 afirmaban que ya estaban hartos del gobierno de Enrique Peña Nieto, del clima de violencia, de los secuestros, de la corrupción, de la casa blanca, y que como también el PAN les había fallado, ahora, estaban convencidos en sufragar a favor de AMLO, porque iba a cambiar esta terrible situación de inseguridad, porque iba a bajar la gasolina a 10 pesos e iba a construir un estado de bienestar para las grandes masas sociales.
Ahora, en 2024, todas esas promesas incumplidas, mas los actos de corrupción de muchos hombres y mujeres de la 4T, mas el abandono a los enfermos de cáncer (niños y adultos), mas la falta de medicamentos, mas los largos meses de espera para una operación en el IMSS o ISSSTE, mas el cierre de las estancias infantiles, mas la desaparición de las escuelas de tiempo completo y, en tratándose de Veracruz, los señalamientos de enriquecimiento de la candidata a gobernadora que no los ha podido desmentir, que rayan en un repudio social por la desfachatez con que ella y sus pregoneros lo tratan de eludir, conduce a que 6 de cada diez personas entrevistadas afirman que jamás votaran por ella, de tal manera que así como en 2018 Andrés Manuel jalo el voto a favor de los candidatos a gobernador, diputados y senadores de MORENA, hoy la candidata Nahle arrastrara en su derrota a muchos y varias candidatas a legisladoras.
La ventaja con que arranco el primero de enero la candidata de AMLO a la gubernatura de Veracruz que parecía irreversible por lo amplia que era, la fue perdiendo en la medida que le salían la portentosas e insultantes propiedades que posee, y que ni juntando los salarios y bonos que tanto ella como su familia recibieron desde que empezaron a laborar les alcanzaría, por lo menos, para comprar la que tienen en boca del río, mucho menos para todas las otras que le han aparecido, incluyendo el departamento ubicado en nueva york (era vecina del que habitara el beatle John Lennon, ni mas ni menos).
Tendría que suceder una catástrofe política (como por ejemplo que en esta semana saliera a desmentir, con pruebas fidedignas, que las acusaciones de enriquecimiento son inventadas por sus adversarios para desprestigiarla), para revertir lo que se anticipa, porque como ya hemos visto, que ni siquiera la defensa que el propio presidente de México ha hecho de ella en varias ocasiones, le han servido para evitar el desplome que sistemáticamente ha tenido en la aceptación electoral.
Todo es cuestión de 7 días, porque el domingo 2 por la noche, conoceremos que la ciudadanía cobra facturas, mas temprano que tarde.
Por Helí Herrera Hernández
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