Desde que gano las elecciones Donald Trump el pasado mes de noviembre, no había visto tan >descompuesta< a nuestra presidenta, pero mas, a raíz de que empezó a manifestar las amenazas de los aranceles del 25% a todas las exportaciones que lleguen de nuestro país a los Estados Unidos, de nombrar a los carteles del narcotráfico en México como grupos terroristas, y sobre las acciones que ya emprendió en materia de migración.
Las ultimas dos semanas la he observado mas maquillada, tratando de ocultar la palidez de su rostro. Mas delgada de lo que ya estaba, y mirándola con mayor cuidado, hasta “ida”, como que su cuerpo esta allí en la mañanera, pero por ratos su pensamiento anda en otra parte, en el topus uranos, como decía Platón.
No es para menos. A Claudia Sheinbaum Pardo no le quitaba el sueño el gobierno de fracasos que heredo de su mentor Andrés Manuel López Obrador. Que si la Refinería Olmeca es un elefante blanco y no refina ni un 10 por ciento de lo prometido, ni modo; que si el Tren Maya ya esta cancelando rutas porque no transportan mas que un 17% del pasaje prometido, ni modo; que si Mexicana de Aviación le cuesta al pueblo bueno de México 35 mil millones de pesos cada año, porque solo va un solo pasajero en el avión, ni modo; pero cuando Trump anuncia desde los primeros días de enero, antes de tomar posesión, todas estas medidas contra México (su gobierno), allí fue donde el desencajamiento del rostro de la ejecutiva federal empezó a cambiar, y lo digo con demasiada solemnidad y seriedad.
Obsérvenla estimado lector y radio-escucha a partir de hoy y me darán la razón. La presidenta anda ida, orbitando, y peor cuando ni invitación a la toma de posesión le hicieron a la toma de posesión del presidente número 47 de los Estados Unidos el pasado 20 de enero.
Quien sabe como la veremos esta semana, cuando somos testigos que quienes estuvieron robando cámara en las cenas con el ya presidente Donald Trump, antes y después de su toma de protesta el lunes 20, fueron Eduardo Verástegui y los personeros de Ricardo Salinas Pliego, su enemigo público número uno en las redes sociales, en la televisión abierta y en la vida real.
Se le sacudió la tranquilidad al gobierno magenta. Le empezó a temblar la tierra y desapareció, por arte de magia, no solo en la presidenta, sino en la mayoría de los capitanes de MORENA el triunfalismo, la soberbia y la burla que traían desde el 2 de junio del año pasado.
Algo tendrá que hacer el gobierno federal para evitar que el conservador presidente de los Estados Unidos aplique las medidas anunciadas contra nuestro país, empezando por no buscarle tanto recoveco a la orden ejecutiva que va contra los carteles mexicanos, porque si se mantienen en esa tesitura, le seguirán dando argumentos a Trump para considerar que la 4T es aliada de ellos.
Acabar con la política de seis años de abrazos y no balazos, debe ser el mensaje que viaje de Palacio Nacional a la Casa Blanca.
Por Helí Herrera Hernández
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