En su mensaje político el presidente López Obrador ha acostumbrado a enfatizar la idea de que gracias a su gobierno ahora sí hay democracia en México, aunque en realidad la condición política actual del tabasqueño se debe justamente a las bases democráticas cimentadas durante muchos años de evolución política de nuestro país. El tránsito de la “dictadura perfecta” hacia nuestra incipiente democracia se aceleró justamente durante la década finisecular, a partir de la dinamización de los cambios estructurales en materia electoral tomando la elección presidencial de 1988 como punto de referencia. Durante los años noventa del siglo pasado se creó el IFE y el marco normativo electoral se enriqueció con las reformas de 1993-1994 y de agosto de 1996 cuando el IFE se “ciudadanizó” dejando al margen la intervención del gobierno en la organización y calificación de las elecciones, ya para entonces el PRD y el PAN habían obtenido importantes triunfos en capitales estaduales y conseguido gubernaturas, pero fue en 1997 cuando se abrió la puerta hacia una genuina democratización concretada cuando el PRD ganó el gobierno de la CDMX y, juntos, el PAN y el PRD arrebataron al PRI la mayoría en la Cámara federal de diputados, el avance democrático escaló aún más cuando el PAN ganó la joya de la corona en 2000 llevando a Vicente Fox a la presidencia de la república en la primera alternancia del presente siglo. Como cuentas del rosario las alternancias en la presidencia de la república se repitieron en 2012 cuando el PRI recuperó la presidencia y en 2018 con el triunfo de López Obrador abanderando a MORENA, y refrenda el triunfo en 2024 para llevar a la primera mujer a la presidencia, Claudia Sheinbaum. Así pues, la evolución democrática del país es fruto de una larga procesión de cambios por reformas normativas impulsadas, unas, por los gobiernos priistas o bien por la presión devenida desde grupos opositores al régimen. Una vez el gobierno fuera del IFE la preocupación del PRI y partidos de oposición se centró en buscar la manera de hacer menos oneroso para el presupuesto federal el recurso destinado a los procesos electorales, por ese motivo una propuesta aprobada por todos los bandos políticos consistió en buscar la coincidencia de elecciones presidenciales con las correspondientes a gubernaturas, y a su vez en las entidades las de legisladores locales y de ayuntamientos. Fue durante el gobierno de Ernesto Zedillo cuando se implementaron las reformas constitucionales y electorales para intentar una sincronía electoral y así evitar la sucesión en serie de procesos electorales.
En ese contexto, en Veracruz se iniciaron reformas a partir de 1998, cuando en la elección de gobernador (Miguel Alemán) a la par se eligieron legisladores locales para un periodo de dos años con el propósito de hacer coincidir en la elección federal de 2000, en la entidad veracruzana. las elecciones para presidente, diputados federales, senadores, diputados locales y presidentes municipales. Debe recordarse que en Veracruz y otras entidades era intermitente la sucesión de elecciones pues junto a la elección de gobernador se acoplaba la de diputados locales, pero al año siguiente venía la de ayuntamientos, y un año después la de presidente de la república, senadores y diputados federales, eso ocasionaba una severa sangría presupuestal. De allí las reformas a la constitución y al marco normativo electoral para que al mismo tiempo de la elección presidencial en Veracruz se eligiera al gobernador y legisladores federales y locales, por ese motivo al término del mandato de Duarte de Ochoa elegimos un gobernador con periodo de duración de dos años, el de Miguel Ángel Yunes Linares. Recuérdese también que en el año 2000 en Veracruz elegimos alcaldes por un periodo de cuatro años, fue con el propósito de que en 2004 coincidieran las elecciones de gobernador, diputados locales y alcaldes; esa secuencia se rompió porque a partir de 2004 volvió a reformarse el periodo de funciones para los ayuntamientos veracruzanos, de cuatro a tres años, tal como lo fueron el de Ricardo Ahued (de 2004-2007), David Velasco (2007- 2010) y Elizabeth Morales (2010-2013). Pero nuevamente en 2013 se reformó la duración edilicia a cuatro años, por lo cual Américo Zúñiga gobernó Xalapa de 2014 a 2017, igual Hipólito Rodríguez (2018-2021) y ahora Ricardo Ahued, de 2022 a 2025. Por ese lapso de cuatro años del periodo municipal este año tuvimos proceso electoral (presidente de la república, legisladores federales y locales y gobernador del estado, pero el próximo año habrá nuevamente elecciones para presidentes municipales. Así es la democracia, cuesta mantenerla, pero su costo siempre será menor al de sufrir una autocracia. |
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