Del seguimiento a los movimientos de Alejandro Moreno para reafirmarse como dirigente priista por otro periodo con opción de reelegirse nuevamente pudiéramos inferir que logrará su cometido, pese a la oposición de destacados militantes priistas que optaron impedirlo por la vía institucional sin conseguir detenerlo, hasta ahora. Por lo observado, la audacia de “Alito” Moreno le rinde frutos positivos a causa de, por lo menos, dos elementos: la impunidad y la protección y tolerancia del gobierno para mantenerlo al frente del PRI con el propósito de controlar las acciones de este partido y de esa forma anularlo como alternativa opositora. En ese contexto, Morena se consolidará como partido hegemónico sin adversario político al frente, pues ya tiene de su lado al Pt y al Verde Ecologista, y según hemos advertido Movimiento Ciudadano tampoco ofrece mucha resistencia. En ese escenario el PAN actuará en solitario en la trinchera opositora. De cualquier manera, por las trapacerías de Alejandro Moreno, al PRI le está ocurriendo similar sangrado al del PRD cuando se fundó Morena pues allí se mudaron sus mejores cuadros, aunque en el caso del PRI sus emigrados han optado por Movimiento Ciudadano o el Verde Ecologista, en este último como escala estratégica hacia Morena.
Relativo a la impunidad que encubre a Alejandro Moreno, es posible advertirla porque en agosto de 2022 desde el gobierno de Campeche se le formularon serios cargos en base al grueso patrimonio inmobiliario de su propiedad, entre esa abultada pertenencia figura una casa en Champotón valuada en 130 millones de pesos y un terreno de 130 mil metros cuadrados en Champotón, con vista al mar, cuyo elevado avalúo supera la capacidad de compra de un honesto servidor público. Sin embargo, dos años más tarde esa denuncia duerme el sueño de los justos (más bien de los injustos) porque si se recuerda estuvo acompañada con la petición de formularle un juicio político para ser desaforado, pero la Sección Instructora de la Cámara de Diputados dejó en stand by el caso, tiene mayoría de diputados de Morena y ya sabemos que solo actúan por consigna. Vale la interrogante ¿por qué ante tanta evidencia esa Sección Instructora no formuló el juicio de procedencia para desaforar a “Alito”? la respuesta no es difícil inferirla. Pero no se requiere de mucha reflexión, porque durante los últimos años al privilegiarse las complicidades políticas por encima de la ley el Estado de Derecho ha sido seriamente lastimado. Lo confirma la reciente protección de la fiscalía capitalina para evitar que Javier Corral fuera detenido y conducido a Sonora donde pesan sobre él acusaciones bastante graves. Javier Corral está a punto de asumir el rango de senador de la república, representa un voto a favor de la causa de Morena y como están los números para alcanzar la mayoría absoluta en el senado un voto es un voto, el cumplimiento de la ley puede esperar. En ese escenario Alejandro Moreno tripula sus andanzas reeleccionistas para, haya sido como haya sido, permanecer intocable y seguir usufructuando los despojos del priismo. |
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