Por Omar Zúñiga
El lunes pasado, Manuel Zepeda Ramos, gran conocedor de lo que son los grupos culturales de la Universidad Veracruzana, publicó lo siguiente:
(…) Sin duda, Roberto Bravo Garzón ha sido el rector más emblemático de la Casa de Estudios más importante de Veracruz.
(…) El cuidadoso fortalecimiento de la tercera función sustantiva de las instituciones de educación superior, la difusión de la cultura, tuvo en el rector Bravo Garzón el apoyo fundamental para haber podido consolidar a la UV como una potencia nacional e internacional por la enorme calidad de sus grupos artísticos: la incorporación de la Orquesta Sinfónica de Xalapa -la más antigua de México-, a la UV; la consolidación de su Ballet Folclórico como un representante de México ante el Mundo (…); la consolidación de un teatro profesional que acogió a los mejores actores de nuestro país que le sumaron muchos premios nacionales e internacionales (…); la creación de la Orquesta Universitaria de Música Popular, que conquistó el cariño del público mexicano en sus muchas giras alrededor del país, son algunas de las aportaciones que este inmenso rector logró para su Casa en la que también fue formado como abogado.
(…) El próximo rector de la máxima casa de estudios de Veracruz -el primero de septiembre de 2025 habrá de tomar posesión en función de la decisión que tome la Junta de Gobierno-, deberá tener enorme prioridad en la búsqueda de recursos para la institución educativa, convocando a la comunidad universitaria a pensar seriamente al respecto.
En mi experiencia de muchos años en responsabilidades en torno a la tercera función universitaria: la difusión de la cultura, creo que la gran calidad alcanzada por sus grupos artísticos a lo largo del tiempo, los convierte en garantes con serias posibilidades de poder generar recursos para la UV (…)”.
Esta reflexión que hace el gran Manolo, viene a cuento porque hay dos vertientes a destacar de este texto.
El primero relativo a los recursos, pues es de todos sabido y mucho más de la comunidad universitaria, que la UV siempre ha pugnado por más recursos, al final no hay dinero que alcance, las necesidades son muchísimas.
De entrada se encuentra la actitud pusilánime del rectorcito Gerardo Martín Aguilar de no haber defendido el derecho de la Máxima Casa de Estudios de la entidad, para reclamar para la UV el 4 por ciento del total del presupuesto asignado por la Federación al estado, que le corresponde de acuerdo a la Constitución del Estado Libre y Soberano de Veracruz de Ignacio de la Llave.
Se conformó con lo que Cuitláhuac y su gavilla, las sobras pues, le dejaron a la Universidad y ni pío dijo.
Sin embargo esto no es lo más grave, sino que no conforme con esto, en su más reciente comparecencia ante el Consejo Universitario General (CUG) el 7 de junio pasado, en lo referente al informe financiero 2023-2024, les recetó que hubo un subejercicio de casi dos millones de pesos.
Dicho informe fue aprobado sólo por mayoría –no por unanimidad-, algunos votaron en contra y otros más abandonaron el Consejo para no avalar, lo que consideran “fregaderas de regresar dinero al Gobierno del estado cuando hay tantas carencias en la UV”.
Esos documentos expuestos ante el CUG, por ley deben entregarlos antes del Consejo, pero mañosamente lo hacen apenas 24 horas a la celebración del CUG para que no haya tiempo de analizar y señalar fallas, cuestionar pues.
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Para documentar el optimismo, la otra anotación sobre el texto de Manolo Zepeda se refiere a los grupos artísticos de la UV, concretamente a la Orquesta de Música Popular (OUMP) y a su vanagloriado y siempre bien recordado director titular, el maestro Mateo Oliva Oliva, que fue toda una institución hasta su muerte el 15 de mayo de 2014.
Incluso conocido y reconocido a nivel internacional con arreglos, por ejemplo, al himno de la Organización Deportiva Panamericana en el año 2008.
Hoy en día, a pesar de la importantísima trayectoria e importancia de la OUMP, Martincillo, el rectorcito, la tiene sumida en el ostracismo, en el olvido de Rectoría, que de no ser por la memoria colectiva ya habría pasado a la historia como un hermoso recuerdo.
A la memoria colectiva y al alcalde de Xalapa Ricardo Ahued Bardahuil, quien consciente de su importancia y del valor de la gente, el pasado 20 de agosto develó una placa en el Museo Casa Doña Falla en su honor, “como un reconocimiento al trabajo de un gran hombre que le dejó a Veracruz y muchos músicos luz y herencia para cumplir sus sueños”
“Para mí es un honor como Presidente Municipal aplaudir el trabajo (del museo) que nos orienta a hacer un reconocimiento, a través de una placa modesta, pero grande, que transmite todo el cariño y reconocimiento a la trayectoria” del mastro Mateo Oliva.
Grande, Ricardo Ahued.
Mientras, el rectorcito, deja morir la OUMP, así como a la misma institución, la negarle la dignidad de pelear por lo que por ley le corresponde y por convicción deja morir.
El rectorcito debe seguir sintiéndose muy seguro de la protección de sus amigos Cuitláhuac García y Eleazar Guerrero, sin saber que ese precisamente es en los tiempos actuales, uno más de sus talones de Aquiles.
La comunidad universitaria vuelve a cuestionar si esta es la persona que debe estar al frente de la gran Universidad Veracruzana; pusilánime, convenenciero y mentiroso.
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Nuestro amigo, exalcalde de Tecolutla, quien también ha sido diputado federal y en el pasado reciente se desempeñó como secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República con Ricardo Monreal, se va también a la Cámara de Diputados donde ocupará el mismo encargo, sólo que ahora apoyará a su partido, Movimiento Ciudadano.
Así es, José Manuel Del Río Virgen es a partir de este jueves 29 de agosto secretario técnico de la bancada naranja en la Cámara de Diputados, donde otro gran amigo Sergio Gil es diputado e Ivonne Cisneros la coordinadora. ¡Bien!
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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