La ignorancia campea en las redes sociales y en la sociedad mexicana. El ego mueve enojos y adrenalina, por encima de la razón y el entendimiento. Esa es la tragedia mexicana.
Se me ocurrió defender en Twitter algunas decisiones de AMLO que he considerado correctas, de inmediato saltaron varios personajes, en su mayoría anónimos pues no muestran su nombre verdadero, a atacar de manera muy agresiva. En cada ocasión intenté razonar con ellos, y me encontré desde al soberbio que pretende presumir de su educación y trata de aplastar intelectualmente a su ¿adversario?, pasando por el ricachón que a todos trata de humillar por considerarlos pobretones, y terminando con la ignorante que quiere caer bien en el grupo, que no tiene la mínima capacidad argumentativa o de raciocinio, pero que es muy buena –según ella- para ofender y humillar al contrario o a quien su jauría decide atacar.
Este experimento lo quise realizar y lo logré hasta que encontré a los especímenes adecuados, para ver como reaccionan, esos que se quejan de los chairos, de los amlovers, y sobre todo de las agresiones que ellos sufren a manos de estos salvajes defensores de AMLO.
La conclusión aplica para los dos extremos del espectro. No dudo que el gobierno federal tiene a un grupo de defensores pagados, y también a muchos que tratan de quedar bien o que asumieron ya una postura agresiva en contra de quien señala errores de la 4T. Lo mismos sucede en el otro extremo, hay gente pagada para golpear todo lo que venga del gobierno, y también como sucedió con los conejillos de indias que un buen amigo me acercó –sin él saberlo-, que tratan de quedar bien entre quienes ellos consideran sus pares, y por ende, buscan ser el más agresivo, el más violento, el más ofensivo en contra de cualquiera que trate de explicar algo bueno que ha hecho la 4T.
A ninguno de los dos grupos extremistas justifico, sin embargo, si entiendo que nadie está dispuesto a dialogar. Que la mayoría de quienes ponen una pregunta en redes, no buscan un análisis, sino reforzar sus propias creencias, o buscar víctimas a quien agredir. También noté que el chilango (así, el acomplejado que nació fuera de la cdmx y llega a ella, que estudió un poquito y que tuvo cierto desarrollo económico) trata de sentirse superior al resto de los habitantes del país, cuando nosotros tenemos el privilegio de tener tiempo de analizar y pensar, mientras ellos están inmersos en su vorágine de vivir día con día sin plena conciencia de lo que hacen o dicen.
La derecha radical no acaba de entender que están unidos con los ardidos del PRI (ojo hay mucho simpatizante del PRI que no es ardido) y juntos atacan todo lo que a morena huela. Ellos conforman ese PRIAN del que tanto se habla… El resto, los
panistas moderados y los príistas moderados no forman parte de ese selecto grupo desechable.
Esa derecha radical no acaba de entender las razones del voto masivo a favor de un cambio, que por cierto, no está resultando tan esperanzador como se veía el día de la elección. Se niegan a reconocer un país lleno de desigualdades, un país ávido de justicia social y de desarrollo, que ya había probado gobiernos panistas que no dieron resultado, y regresó al PRI para constatar que las mañas y la corrupción seguían latentes pero aumentadas.
Esos PRIANISTAS tampoco comprenden al pueblo que jamás tuvo la oportunidad de estudiar para poder escribir sin faltas de ortografía, o con una perfecta gramática. Tampoco entienden la realidad de 60 millones de mexicanos de los cuales 23 millones viven en pobreza alimentaria. Para ellos su mundo es uno dónde no falta ni la comida, ni la salud, ni la educación ni los satisfactores básicos. Pero eso sí, los 30 millones que votamos por morena somos pendejos.
Sólo que al chairo lo deben de entender en su nivel de indefensión. Son gente que no tiene nada, que depende en muchos casos de un líder para que les resuelva el mínimo problema y que venden su conciencia y su libertad a cambio de un mendrugo... Por ejemplo, la gente a la que los ciertos líderes le consiguieron terrenos para construir sus casas de madera invadiendo terrenos municipales, ellos después de 15 años, ya tienen casas de material, y colonias con servicios básicos. Antes no tenían nada... Y si a esa gente se le muere un pariente, van con el líder, y les ayuda con el ataúd. Si les meten al bote a alguien, van con el líder y los ayuda a sacarlo.... si se enferma alguien de la familia, el líder los ayuda cuando menos a meterlo al Yanga.. No tienen nada, viven no solo al día, sino de prestado. Total y absolutamente desamparados... Esa gente es feliz si le llegan $800.00 al mes adicionales. Pero los radicales de la derecha que viven en su mundo de algodón, los critican y ofenden, sin entender su realidad.
Esos genios, no comprenden que hay 23 millones de mexicanos que no comen tres veces al día. Eso era motivo suficiente para buscar un cambio. Si el cambio fue fallido y hoy todavía no comen tres veces al día no es responsabilidad del elector. Lo es de quien asumió el gobierno.
Mientras, si buscan culpables de la salida de la oligarquía del poder, que le reclamen a la propia oligarquía que no supo mantenerse en el poder, no a quienes buscamos una solución.
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