Por: José Miguel Cobián
Dos grandes grupos antidemocráticos luchan entre sí por engañar a los electores, y convencerlos de que son la mejor opción para la democracia en el país.
Desde antes de tomar el poder, AMLO ha dejado en claro su interés en destruir los avances democráticos y liberales de la escasa izquierda que existe en México. Me refiero a la izquierda interesada en las causas sociales, en el beneficio colectivo. Si bien ha traído una redistribución del ingreso vía los subsidios sociales otorgados directamente a los beneficiarios, lo cual ha reducido el riesgo de un estallido social, en un país dónde el abuso de los poderosos en contra del débil es algo cotidiano, por otra parte, para consolidar su idea de que el país pertenece durante seis años al gobernante en turno, ha dañado instituciones que con mucho esfuerzo se han creado y han beneficiado a los mexicanos, quizá la más dolorosa pérdida es la de la Comisión Nacional de Derechos humanos, hoy conocida como una sucursal de la voluntad presidencial.
Por lo anterior, tengo la certeza de que AMLO puede calificar como reformador social, como líder y comunicador nato, pero no como un demócrata.
El lunes 31, leo en algunos medios nacionales que se conformó una alianza legislativa entre el PRI, el PAN y el PRD, que se anuncia como la única opción democrática del país. El sólo hecho de leerlo ofende mi inteligencia y me genera indignación. ¿De cuándo acá esos partidos se han ocupado de promover la democracia en México? Suena ridículo, cuando ni siquiera dentro de sus filas son demócratas. La selección de candidatos a puestos de elección popular es el mejor ejemplo del autoritarismo que priva en el DNA de los tres partidos políticos.
A pesar de gritar a voz en cuello que la democracia y la libertad en México están en riesgo, a pesar de asumirse como los salvadores de la patria, actuaron como autócratas en el reparto del botín electoral. Todos son culpables de haber medrado y beneficiado a los suyos con las diputaciones federales y locales plurinominales. Todos son culpables de haber negociado candidaturas a alcalde e incluso hasta las candidaturas a regidor han sido vendidas al mejor postor, o repartidas entre quienes serán fieles a la máxima de sacar el mayor beneficio del dinero del pueblo.
Salvo honrosas excepciones, los autonombrados representantes de la defensa de la libertad y la democracia han otorgado las candidaturas a personajes impresentables, personajes que en cualquier país donde hubiera ciudadanos y verdadera democracia, lograrían el más profundo repudio en las urnas.
El PRI, el PAN y el PRD principalmente y Movimiento Ciudadano cuando así conviene a los intereses de Dante, critican y señalan la ¨mala calidad¨, la ¨falta de preparación¨ de los candidatos de sus opositores, y en muchos casos, tienen razón, pues Morena, PT y Verde, hicieron lo mismo, escogieron candidatos a conveniencia de las dirigencias, y repartieron cuotas de poder al más puro
estilo de la coalición Va por México. Pero, ¿Tienen algo de que presumir los PRIANRDistas? Quizá pueden presumir que sus candidatos están mejor preparados…. Para saquear el erario público, para medrar en el presupuesto público, para cometer delitos de cuello blanco de manera más elegante y sutil que los candidatos de enfrente. Y seguramente mucha más ambición, pues el que nada tiene con poco se conforma, pero el que ya tiene mucho, siempre quiere mucho más.
La oferta de la oposición al oficialismo es que no son Morena, y es verdad. Son aquéllos por los cuales llegó Morena y AMLO al poder. Son esos que millones de mexicanos repudiamos en 2018. Son los que al no haber sabido ser oposición en el congreso de la Unión, votaron a favor más del 85% de las iniciativas del presidente al cual afirman oponerse. Son aquéllos que le aceptaron al presidente todos sus nombramientos. Son los que discretamente se oponen, pues no quieren enfurecer al poder en turno ya que saben que su pasado está lleno de abusos y robos al erario público, recursos que quieren conservar. Si tienes la cola sucia, estar callado es mejor.
Muchos mexicanos han caído en el garlito de creer las fantasías más absurdas que promueve sobre todo la ultraderecha. Muchos mexicanos han salido del garlito de creer las fantasías más trasnochadas de la izquierda radical, pero muchos más, siguen creyendo cuanta tontería les implantan.
¿Merece estos partidos políticos México? ¿Merece que los militantes del PRI, del PAN, del PRD, de Morena, de PT, de Verde, de MC, etc., sean sumisos y violen sus propios ideales por un México mejor, a cambio de ser disciplinados y algún día aspirar ser parte de los que medran y roban del presupuesto público?
Los partidos de oposición tuvieron tres años para analizar sus errores. Tuvieron tres años para reconocer los abusos que cometieron en contra de más de la mitad de la población de México, esa que todavía les guarda mucho rencor, porque aunque débiles y humildes, no han sido tontos, y saben el daño que les hicieron los gobiernos de la coalición Va x México. Esos partidos de oposición no aprovecharon esos tres años. No reconocieron un solo error, no cupo la humildad, no cupo el amor por México. Solo llegó la ambición, la soberbia, y la oportunidad de decirle a los Mexicanos ¨seguimos siendo la misma m…da de siempre, pero no somos Morena¨.
Esa es la oferta política del país. Mexicanos apátridas, interesados exclusivamente en su bien personal o de grupo. Mexicanos que no tienen conciencia de largo plazo que se aprovechan de otros mexicanos a los que pueden engañar y manipular para hacerles creer que unos y otros son los salvadores de la patria.
Por eso, no queda más que decir ¨Pobre México¨. Con políticos que traicionan a la patria y con un pueblo que permite esa traición. Un pueblo sin opciones. Así llegamos al 6 de junio.
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