Agradezco los mensajes y llamadas de futuros alcaldes en la zona centro del estado, que han tenido a bien agradecer los dos artículos anteriores. Y yo que pensaba que no les interesaría en lo más mínimo. Me da mucho gusto saber que hay preocupación e interés por estar preparados para lo que van a enfrentar a partir del primero de enero del 2026.
Creo que el consejo más valioso que se le puede dar a quién entra a un puesto público, y en especial a alguien tan expuesto políticamente y ante la opinión pública como un alcalde es: ¨Desde el primer día que asumas el cargo, ve preparando tu salida, para que sea lo más segura y tersa posible¨.
Imagina que dos años después de haber terminado tu encargo, te llama alguna entidad revisora o incluso alguna autoridad investigadora o judicial, para que aclares algún punto de tu administración y resulta que el nuevo alcalde te niega acceso a los documentos de tu período. Imagina que alguna obra pública o algún acto de gobierno resultaron muy sonados ante la opinión pública y tienes que aclarar dos años después de haber salido, todos y cada uno de los detalles y requisitos que debiste haber cumplido, para no tener problemas legales.
Son dos ejemplos de muchos que se pueden presentar. El alcalde debe desde el primer día conservar copia certificada de todos sus actos de gobierno, incluyendo correspondencia, actas de cabildo, comunicaciones con todo tipo de autoridades, comprobantes de haber cumplido con todos y cada uno de los requisitos legales en todos y cada uno de sus actos, sea de obra pública, de compras, de asignación de recursos, de concursos, nóminas, cheques, etc. Ya sé que suena a exageración, pero es mejor para tranquilidad del alcalde, síndico, regidor primero, tesorero y contralor, contar con toda la documentación probatoria de su probidad en el manejo de recursos públicos y en el cumplimiento de obligaciones legales para cada acto de autoridad.
No hay nada más terrible para un alcalde y la gente que manejó o revisó el uso de los recursos, que no contar con la documentación comprobatoria cuando alguna autoridad requiere aclaración sobre cualquier asunto. Y esto debe comenzar a hacerlo desde el primer día, porque el tiempo se va como agua.
También desde el primer día de gobierno, debe de asignar a una persona de su confianza la preparación del informe de gobierno de cada año. Esta persona, día con día, debe documentar física y gráficamente las actividades del alcalde en beneficio de la población, así, cuando llega el día del informe, tendrá prácticamente resuelto el 80% del trabajo de recopilación de información y ya será comunicación social quién le dé la forma adecuada para su presentación en sociedad. (Hablamos del informe de labores de cada año).
Cada funcionario tiene especificadas sus obligaciones legales. Recordemos que los funcionarios solo pueden hacer lo que la ley les permite. Y el alcalde tiene como obligación principal además de administrar los recursos del municipio, la atención a la ciudadanía. Por lo tanto, debe de tener cuando menos una persona de confianza que revise semanalmente (cuando menos) la agenda de
cumplimiento de metas y solución de problemas de cada una de las direcciones del ayuntamiento. Si se desea tener una administración profesional, no se debe permitir que los funcionarios hagan lo que quieran o lo que su leal saber y entender les indique, todos y cada uno deben tener metas, objetivos, y solución de problemas que aparezcan, pero deben de tener la supervisión adecuada para que los cumplan y no se dediquen a lo que no deben.
Todos sabemos que muchos de los puestos en los ayuntamientos son compromisos políticos generados durante la campaña o compromisos de amistad. Eso impide en muchos casos la actuación profesional de los funcionarios, y sobre todo el respeto a las jerarquías en el ayuntamiento, pues todos piensan que pueden brincarse a su superior y hablar con su amigo el alcalde para resolver cualquier asunto.
No está mal la confianza de los subordinados con el alcalde, pero debe de existir un puesto formal o informal en el organigrama que permita la supervisión profesional de cada área del ayuntamiento. Que transmita información a través de la línea jerárquica y ésta llegue ordenada y seleccionada al alcalde, que a fin de cuentas es quién debe de estar enterado de todo lo importante que pasa en el municipio.
Esto exige también disciplina del alcalde. Recordemos que de repente recibe toda la atención de muchísimas personas, y eso puede hacer que pierda piso y sienta que él está por encima de la obligación de realizar un trabajo profesional. Esas actitudes llevan a terminar las administraciones rechazados por la opinión pública, y con un tremendo fracaso como funcionario, destruyendo su vida política y en muchos casos hasta su reputación personal y familiar.
Un punto importantísimo es considerar que el dinero que llega al ayuntamiento es para gastarse en favor de la población. En los ayuntamientos no caben los ahorros, salvo en gasto corriente. Cualquier alcalde que deja en tesorería una enorme cantidad de dinero, o peor aún que tiene sub ejercicios y devuelve dinero a la federación, está demostrando que es un pésimo administrador.
La preparación de reservas para terminar bien el cuarto año de gobierno es fundamental. Hay ayuntamientos que terminan sin recursos ni para mover la basura, o pagar aguinaldos a sus empleados, no bachean, no cuidan el mobiliario urbano y no tienen un peso para enfrentar cualquier tipo de emergencia. Esos municipios son la prueba clara de la incompetencia e incapacidad administrativa del alcalde en turno. Y es una de las situaciones más comunes. Favor de verse en el espejo de los actuales alcaldes salientes y escuchen lo que la opinión pública dice de ellos.
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