Han transcurrido cinco años del sacudimiento político electoral provocado por la irrupción del ahora presidente de la república, quien en su reiterada búsqueda de la presidencia de la república encontró suelo fértil en el ánimo ciudadano y lo inoculó de esperanzadas promesas. Había caldo de cultivo propicio para ese propósito: enojo y aguda desigualdad social, elevados niveles de corrupción, de violencia delincuencial, de pobreza extrema y una ciudadanía deseosa de genuino cambio para bien de los mexicanos. Cinco años después no es mucho lo conseguido, hay esperanzas frustradas, a cambio la polarización política es el añadido circunstancial. La combinación de factores varios, la polarización uno entre ellos produjo el inusitado e insólito fenómeno de unificar tres fuerzas partidistas otrora radicalmente contrastantes: el PRI- el PAN y el PRD, pues pese a su disímbola ideología ahora comparten un proyecto cuya meta es la presidencia de la república y el Congreso General en disputa con Morena y sus partidos aliados. No resulta tarea fácil porque media la imperiosa tarea de armonizar la necesidad política con el convencimiento de sus respectivas militancias. Es una oposición fraguada al unísono de las circunstancias, es decir por necesidad y conveniencia. En esa lógica compiten por la presidencia del país y en ese tono van por nueve gubernaturas estaduales.
En Veracruz esa estrategia está en proceso y el PRI ya dio a conocer que será José Yunes Zorrilla el candidato de la Coalición opositora al gobierno del estado, el PRD y el PAN militan en esa alianza. Para medir sus efectos sirve la reacción de la candidata de Morena al gobierno estatal al reconocer que “la oposición no está dormida”, ese diagnóstico es sintomático porque refleja preocupación, ya de por sí orbita sobre ese bando el peso específico que pudiera tener en el imaginario colectivo veracruzano el paisanaje de origen, una condición que ha estado presente en este proceso y muy posiblemente pudiera adquirir dimensiones nada convenientes para la señora Nahle. Cinco años pasó en invernadero la oposición política en Veracruz, pero la definición de la candidatura a favor de uno de los competidores, José Yunes Zorrilla (el otro fue Héctor Yunes Landa), despertó de su marasmo a quienes solo faltaba el factor de unificación que liderara la competencia por el gobierno veracruzano. La experiencia acumulada de muchos de los cuadros panistas, perredistas y priistas es invaluable respaldo en cualquier campaña y ya están en movimiento: Alianza Generacional, que lidera Héctor Yunes Landa, realiza su convención anual el domingo próximo, allí estará presente José Yunes Zorrilla; por su parte, Vía Veracruzana, cuyo líder moral es Amadeo Flores Espinosa, tiene agendada la suya para el próximo día 9, también con la asistencia del candidato Yunes Zorrilla. Quién hubiera imaginado la combinación de experiencias políticas puestas en operación a favor de un objetivo común y actuando en sinergia: Miguel Ángel Yunes Linares, Amadeo Flores Espinosa, Héctor Yunes Landa en torno a José Yunes Zorrilla, entre docenas de personajes políticos de los cuales “el más chimuelo masca plomo” y “el calvo peina trenzas”. Parece lúdico, pero sin duda la competencia será parejera. |
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