Hace un buen tiempo en ese lugar, donde los bosques también se visten de espinos, en la época del gobierno del cuatrienio de Dante Delgado Rannauro, hoy anda malito, se proyectó una autopista que saldría desde Fortín y pasaba por los pueblos aledaños: Coscomatepec, Huatusco y Totutla, hasta llegar a Xalapa. Había dinero, eran los tiempos imperiales de Carlos Salinas de Gortari pero el proyecto era inviable, carísimo y para evadir las grandes barrancas habría que hacer puente tras puente, más largos que los del Golden Gate de San Francisco. Por allí se arrumbó el proyecto dantista. Pues allí me tenéis, diría un madrileño, yendo por ese rumbo a Xalapa, porque la mugre autopista de Capufe, si ustedes la toman y van de Córdoba a Veracruz, allí en Paso del Toro algo les ocurre que las colas son kilométricas y demoras tres o cuatro horas detenido. Y estos inútiles, solo viendo pasar el tiempo. Pero se da uno gusto, cuando Montiel manejaba y Yo Mero iba de copiloto tomando las fotos para subirlas al Facebook, ver los sembradíos y paisajes como suizos, vacas pastando, las cosechas que se levantan, lo mismo de café, caña, plátano, limón, todo se da en esa zona y uno ve las casas de la gente pobre que, la mayoría, son de cemento, o sea, algo les ha servido el comercio y la agricultura y su férreo trabajo. Tienen un grave problema, el gobierno del Cuitláhuac los abandonó seis años, con tal de quedar bien con el patrón y devolver el dinero a la federación, dejó de invertir en los caminos y hoy están llenos de hoyos, con topes por todos lados, inservibles y gracias a Dios que ya se va. Uno camina esos caminos como los de Pedro Paramo, pero sin ver fantasmas, el lujoso hotel que opera, las entradas de cemento hacia las fincas privadas, donde se siembran muchas cosas, ese pasto que de lejos se ve como suizo, muchas escuelas al pie del camino, las barrancas infinitas, las montañas con la neblina porque hacía mal tiempo y lloviznaba, pero eso hace que se vera de estampa campirana europea. Tiene una ventaja ir por esa zona, para los que acá vivimos, no hay casetas, te ahorras 350 pesos de la ida, gastas mucho menos gasolina y el tiempo viene siendo el mismo. Claro, al regreso hay que tomar la mugre autopista, porque esta es zona desolada y más vale evitar un asalto. Al regresar vi una cola impresionante de los que venían de Córdoba a Veracruz. En Paso del Toro tendrían que esperar dos o tres horas, porque algo allí les ocurre que se les ataranta el tráfico. Ir a Xalapa ahora es una odisea, por el tapón de la Cumbre que va a Puebla, pero ni hablar, aquí nos tocó vivir, diría Cristina Pacheco. |
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