Cuando Porfirio Díaz partió, para nunca más volver, en aquel Ypiranga que en Veracruz le dio la despedida, la patria se iba con él, marchaba a su lado como marchó los años que la gobernó. Al menos una parte de ella. Ahora leo la historia de aquel tiempo. Voy a Wikipedia y CNN: El 24 de mayo de 1911 Don Porfirio Díaz recibe una carta del representante de la naviera en México donde se le informa que le dan la cortesía de viajar, sin costo alguno, en el camarote del Capitán así como en el del 2º Oficial. La noche del día siguiente, un coche pasó por el Gral. Díaz y su familia a la casa en Cadena #8 (hoy Venustiano Carranza) para llevarlo a la estación de San Lázaro y tomar el tren hacia el Puerto de Veracruz donde el vapor Ypiranga lo espera, la ruta era: la Habana, Vigo, Gijón, Santander, Plymouth y Le Havre; en París moriría el 2 de julio de 1915. Antes de zarpar, el que fuera Presidente de México los últimos 30 años, pronuncia unas palabras que fueron grabadas en cilindros de cera: “Guardo este recuerdo en lo más íntimo de mi corazón y no se apartará de él mientras yo viva”.
MONTPARNASSE
En Montparnasse fue enterrado. Su tumba se ve con flores y una banderita mexicana, imágenes de la Virgen de Guadalupe, cartas en español, a lo alto una águila mexicana y escrito en letras mayúsculas el nombre de "Porfirio Díaz": no es difícil encontrar a simple vista la tumba del controvertido ex presidente y dictador mexicano, ubicada en la 15a. división de la Avenida Oeste del cementerio. Si no, basta preguntar a algún cuidador: "Díaz, sí claro que lo conozco. Es famoso aquí", afirma Jules Bilon, quien trabaja desde hace cinco años en este cementerio. “Generalmente acuden visitantes de México, pero también de otros países de América Latina”. En su mayoría turistas, los visitantes vienen especialmente durante el verano. “Al día habrá unas 10 personas”, según estimaciones. Y aunque Don Porfirio fue sepultado originalmente en la iglesia de Saint Honoré d'Eylau —ubicada no muy lejos de su lugar de residencia en París—, fue en 1921 cuando sus restos fueron trasladados al cementerio de Montparnasse, lugar donde también están enterradas Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Julio Cortázar. “La razón principal para trasladar a Porfirio Díaz a Montparnasse fue porque su familia creyó que la estancia del cadáver en la iglesia de Saint Honoré sería transitoria. Pensaban llevarlo a México, pero no fue posible. Por esta razón, sus familiares decidieron comprar una tumba en Montparnasse para dejarlo allí definitivamente”, comenta a CNN México José Manuel Villalpando, director general del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. La tumba y la cripta son sencillas, tal y como la vida parisina de Porfirio Díaz. Los visitantes dejan recuerdos y la familia es quien se hace cargo de ella, según informaciones del personal del cementerio, quien también confirma que hasta el momento no ha habido ningún incidente o intentos de exhumación, como se ha pensado. Desde 1989, han existido peticiones infructuosas sobre un posible regreso de los restos de Díaz a México. “A los mexicanos que pasan por allí les da nostalgia o algo así”, dice Villalpando. |
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