Fiel a la costumbre de las fiestas de la 4T, de donde proviene, la presidenta Claudia Sheinbaum en el Zócalo dará un pequeño informe de esos 100 días.
Cito a López Dóriga: “Esta costumbre tiene su origen en Franklin D. Roosevelt, durante su primer mandato de cuatro (1933-1937), en medio de la Gran Depresión, que midió sus primeros cien días como presidente de Estados Unidos, plazo que, sin valor legal, se ha convertido en un espacio de oportunidad en el que un nuevo presidente(a) cuenta con el mayor margen político para actuar por ser el inicio de un nuevo gobierno, una especie de periodo de gracia o de oportunidad. Ese plazo fue copiado por sus sucesores como termómetro político y el que más lo destacó fue John F. Kennedy (1961-63), que lo transformó en una medida política mundial”. Fin de la cita.
La presidenta llegó a tomar un gobierno hecho trizas, con gran aceptación en votos, pero con tiempos y terremotos difíciles: Economía complicada, violencia en muchos estados, crímenes políticos que no cesan, tiene la ventaja de que no tiene oposición y sí tiene todos los mecanismos legales a su mano, el Congreso completo, el poder electoral, con el INE a su lado, el Poder Judicial, doblegado ya por la Constitución a modo, y una presidencia fuerte, sin contrapesos.
Con gran aceptación de la población, llegando casi al 80%.
El sambenito que le marcan de que es solo una gente que hace lo que le ordenan desde el rancho de Ya saben quién, ella misma lo ha desmentido.
El poder no se comparte, decía Kamalucas, un filósofo de mi pueblo.
Fiel a la usanza de Morena, celebrarán los primeros 100 días, que son pocos para pensar por dónde y adónde.
Como una vez le ocurrió al presidente Adolfo López Mateos, cuando un periodista le preguntó, a poco de tomar posesión: “¿Por qué rumbo, presidente?”).
“Por el rumbo de la Revolución mexicana”, dijo orondo.
Eran los tiempos revolucionarios.
Por lo pronto, la línea internacional no ha cambiado, como la dejó AMLO sigue, en aprietos por el apoyo al gorila dictador Nicolás Maduro, que al amparo de los fusiles de sus soldados, se aferra al poder y quién sabe hasta cuándo, o le aplican la que implementaron contra el dictador Manuel Noriega, la invasión estadounidense de Panamá de 1989, denominada en código militar Operación Causa Justa (en inglés: Operation Just Cause), acción militar del Ejército de los Estados Unidos llevada a cabo entre el 20 de diciembre de 1989 y el 31 de enero de 1990.
Es pronto para una valoración seria, pero habría que darle el beneficio de la duda para que la presidenta Claudia Sheinbaum, allá dentro de tres años, el camino a la mitad, se valore bien su gobierno.
Por lo pronto, tiene con ella al gran secretario Omar García Harfuch, que con mano firme y la ley a su lado, combate a los poderosos grupos de la delincuencia organizada, en espera de que llegue Donald Trump y a ver cómo nos va.
Suerte a México. |
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