Por: José Miguel Cobián
Todos vivimos con la ilusión de que nuestras vidas dependen en mucho de lo que nosotros
mismos hagamos, y que sufriremos las consecuencias de lo malo o los beneficios de lo bueno.
Con mucha dificultad percibimos -si es que lo hacemos-, que el entorno influye tanto o más que
nuestras acciones y que el entorno puede ser modificado por poderes que ni siquiera nos
imaginamos. Hoy quisiera reflexionar acerca de esos poderes de quienes dependen vidas y
patrimonios, poderes fácticos y muy reales, que en general no percibimos como tales, pero que
influyen en nuestro bienestar e incluso en nuestra propia vida.
Es innegable que México tiene una enorme frontera con la primera potencia mundial. Ese solo
hecho nos hace dependientes de muchos de sus designios, pues la potencia lo es en términos
militares, económicos y políticos. Para los Estados Unidos, nuestro país es su vecino, su patio
trasero y a veces su dolor de cabeza. Su pretexto, su piñata, su títere, etc., según el momento y
la circunstancia.
México es un país débil, fundamentalmente gracias a la división interna. Los mexicanos
históricamente hemos preferido al extranjero sobre el interés nacional, si el extranjero nos
permite dañar a nuestros enemigos. Ejemplos sobran, desde el apoyo de los cientos de miles
de indígenas a Hernán Cortés, pasando por la invitación a Maximiliano para ser emperador
mexicano, el apoyo recibido por Juárez de parte de los republicanos durante la guerra de reforma
y la intervención francesa, que lo llevó a firmar el traicionero tratado Mac Lane-Ocampo, los
coqueteos con el nazismo, la expropiación petrolera bien manejada por Lázaro Cárdenas
cumpliendo órdenes de los americanos para expulsar a las compañías petroleras de la
explotación del recurso ¨americano¨,
Pero, debemos entender que los americanos sólo influyen en México en los asuntos que a ellos
les conviene. Tienen mil armas para manejar al gobierno y al pueblo. La CIA cuenta con millones
de dólares para comprar y manipular conciencias. Lo más curioso es que ahora han entendido
que requieren proteger a México por interés nacional. Sobre todo cuando nos han limitado
encanto a capacidad de armamento, buques y servicios de inteligencia.
México tuvo durante muchos años acuerdos con Cuba, que exportaba ideología revolucionaria
para desestabilizar países americanos o para chantajear. México surtía petróleo y algunos otros
productos a cambio de que los cubanos no influyeran demasiado ni generaran movimientos
guerrilleros en México.
Hoy por hoy, México es por su ubicación geográfica, centro de la guerra soterrada que llevan las
potencias mundiales, particularmente la guerra entre Rusia, China y Estados Unidos por la
hegemonía mundial. China sabe que puede comprar México con inversiones y préstamos, ya
que es un país pobre y necesitado. Rusia sabe que México siempre ha sido caldo de cultivo de
movimientos anti americanos, pues su propaganda a lo largo de los años ha funcionado muy
bien. Así que ya sea con dinero o con ideología, tanto a Rusia como a China le interesa que
haya conflictos sociales y problemas de toda índole en México, por el efecto que pudiera tener
en Estados Unidos.
Adicionalmente a los problemas generados por la geopolítica, en México hay poderes fácticos
que o están unidos o están en guerra unos con otros. Por ejemplo, la iglesia católica ha sido
tradicionalmente aliada de los gobiernos en turno. En esta ocasión hay una guerra soterrada
entre el gobierno de Morena y esa institución. AMLO está siguiendo las mismas tácticas de
Plutarco Elías Calles, quién decidió crear la Iglesia de la Luz del Mundo como contrapeso a los
católicos, y lo hace en pleno centro de reclutamiento de los cristeros. Hoy AMLO se apoya en
evangélicos de todas las denominaciones, otorgándoles más poder, para debilitar a la iglesia
Católica que él mira cómo enemiga.
Un grupo poderoso de empresarios fue visto por el gobierno actual como enemigo, la mafia del
poder les denominó AMLO en su eterna campaña. Hoy muchos de ellos son sus aliados. AMLO
entendió que tenía que dividirlos, así que se alió con unos en perjuicio de otros. Les otorga lo
de siempre, prebendas, contratos, ganancias, mientras a otros los deja sin negocio con el
gobierno, lo cual genera encono y división en la clase empresarial. Claramente queda visto con
la oposición de Coparmex y la sumisión al gobierno de parte de el resto de integrantes del
Consejo Coordinador Empresarial. Lo cual es normal, pues Coparmex sólo se une al gobierno
cuando es panista.
En México hoy no hay una oposición política. Los partidos están sometidos o desdibujados. Así
que los contrapesos a la abrumadora acumulación de poder del presidente son la Iglesia Católica,
Claudio X González con sus mexicanos contra la corrupción y otras organizaciones de la
sociedad civil como México Cómo Vamos, que impiden que la narrativa (historia y cuento) del
gobierno sea la única que se escuche. La Coparmex en sustitución del PAN, como defensora
de las ideas de la derecha, algunos medios, cada vez menos, ya que hemos visto como Televisa
y TV Azteca, que son las dos mayores televisoras, ya están sometidas al poder (chayoteadas
dirían los amlovers), e incluso se crean nuevos medios para manipular a la masa, como la Octava
y los programas de Ackerman, Gibran, Hernán, e incluso se abre la puerta a ideólogos españoles
como Abraham Mendieta, repudiado en España y acogido como Cortés entre los tlaxcaltecas por
los miembros de la 4T. Un poder fáctico innegable es el grupo cercano a AMLO, en primerísimo
lugar su esposa que ha colocado amigos y familiares en todo el sector público nacional y estatal,
Epigmenio quien es el ideólogo detrás de infinidad de cajas chinas (distractores), el propio Jalife
con todas sus teorías conspiradoras que tanto gustan al pueblo mal informado, y la red de cerca
de diez mil nerds pegados a las redes sociales para transmitir las ideas de Epigmenio, atacar a
quien señale algo equivocado del gobierno y defender hasta lo indefendible cualquier falta o error
del señor presidente. Estrategia que por cierto ha generado enormes dividendos políticos ya que
el pueblo mexicano es noble, crédulo e ignorante, por lo cual cree cualquier cosa que lee en
internet o en redes sociales. Sobre todo, a veces lee los titulares, tanto de videos como de
artículos, así que los títulos sirven de medio de comunicación ante un pueblo incapaz de leer un
artículo completo o tener la paciencia y comprensión para escuchar un video de más de dos o
tres minutos.
Todo esto nos lleva a que el presidente siendo un poder muy importante, no es el único. Al grado
de que en varias ocasiones lo hemos visto recular de sus decisiones, de una manera tal que si
no fuera el excelente comunicador que es, seguramente habría perdido el apoyo social. La
política migratoria fue el primer ejemplo público, el primero privado fue la importación de gasolina,
que continúa como siempre. Y los últimos han sido las concesiones adicionales para la firma del
T-MEC y la expulsión vergonzosa de Evo Morales del país.
En enero veremos cómo cambia la política nacionalista energética. Así como vimos al gobierno
ceder, incluso perdiendo dinero, en su conflicto con los propietarios o constructores de
gasoductos y oleoductos.
Quién le vende alimento a un país que no produce lo que come es un poder. Quien puede
financiar una campaña en redes sociales como los rusos, con expertos en comunicación para
decidir una elección presidencial en USA, en Francia o en México es un verdadero poder fáctico.
Quién puede activar células guerrilleras también lo es. La CNTE con sus chantajes al gobierno
a cambio de pagos que superan varios cientos de millones de pesos, también lo ha demostrado
en los hechos. Eso sin considerar a personajes como la profesora Elba Esther, y su control sobre
el SNTE.
AMLO ha aprendido de la manera más dolorosa para México que no es omnipotente ni
omnipresente. Su fracaso en la estrategia de seguridad, aprovechando sus políticas socialeselectorales en ningún país del mundo ha dado resultados. Así que en México, hoy por hoy, las
grandes organizaciones criminales son también un poder fáctico, tan poderoso que ha logrado
que el gobierno federal no persiga ni uno sólo de los delitos que ellos cometen, incluso los que
dañan a la propia sociedad, con el costo que representa para el propio gobierno.
Cada una de las decisiones que alguno de esos poderes tome, influye en tu vida diaria. Una
recesión económica, un crecimiento cero, el mal uso de los recursos públicos, las actividades
criminales, la manipulación política, los pleitos entre los poderosos, a fin de cuentas, tienen
efectos en la vida de cada uno de los millones de mexicanos. En este 2020 veremos una vez
más los efectos de los balances y desbalances entre las fuerzas que realmente influyen y mandan
en México.
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