Si bien es cierto que al mejor cazador se le va la liebre; eso de que al “Mayo” lo engañaron, según unos, según otros, que lo llevaron contra su voluntad a los EE.UU. como que no muy me lo creo...
No lo conozco, pero “El Mayo”, para haber sobrevivido durante décadas, pendiendo sobre su cabeza una recompensa de 15 millones de dólares, debe de ser más desconfiado que los gatos...
Y luego que lo haya “chamaqueado” Joaquín, el hijo de “El Chapo”; cuando “Vicentillo”, el hijo de “El Mayo”, declaró en contra del socio de su papá; hace que todo este enredo sea muy sospechoso...
Que “El Mayo” se declarara inocente de todos los cargos que lo acusan; suficientes como para mantenerlo preso un siglo, es parte de las negociaciones de la Justicia. No podía haber sido de otra manera...
Por ahí circula un audio, pero a saber si no es falso, donde el alguacil le pregunta al “Mayo” si él es Ismael Zambada; y en vez de responder sí, dice “aquí estoy”. Y no deja de ser extraño que en las fotos de su detención y traslado no se le vea esposado...
Pero como sea, si se entregó, es porque va a “cantar”. Y si lo detuvieron; pues igual, deberá soltar toda la sopa, si es que quiere pasar sus últimos años tranquilo, disfrutando de una identidad que se lo permita. De lo contrario, sus últimos días los pasará en prisión. La elección no parece ser muy difícil...
El que México haya deportado a “La Reina del Sur”, la estadounidense Amanda Miller, no parece ser una simple coincidencia, sino parte de la acción emprendida contra el Cártel de Sinaloa al que siempre ha estado ligada la guapa mujer.
Cambiando de tema...
Los datos más reales que se pueden tener de eventos que se realizaban hace miles de años, no son muchos. Pero la competencia entre los hombres, en todos los sentidos, es parte de su propia naturaleza. El Hombre, entendiendo la palabra como el ser humano, es eminente y estúpidamente competitivo...
Como el espécimen que se dice humano y es todo lo contrario, es decir, que es inhumano hasta consigo mismo, o, mejor dicho, empezando por él mismo; no sabe a dónde va, ni porqué, ni para qué está aquí...
En otras palabras, como no sabe cuál es su camino en este mundo, quiere competir con todos. Y esto se ve claramente todos los días, la gente maneja ganándole el paso a los demás; y es porque quieren llegar antes, cuando no todos van al mismo lado...
Pero no nos desviemos de los Juegos Olímpicos, de los que hay al parecer constancia desde el año 776 antes de esta Era, cuando los griegos comenzaron a medir el tiempo en olimpiadas, cada 4 años. Y referían los hechos sucedidos en tal o cual olimpiada...
Se celebraban en honor a Zeus y tenían la particularidad de que las guerras internas en las polis griegas se suspendían y llevaban la competencia al deporte. El laureado, o sea, el que recibía la corona de laureles por el triunfo, se convertía en héroe nacional...
Hoy, los Juegos Olímpicos son un negocio. Da pena por los deportistas que van tras la gloria hasta con sus propios recursos. Cuando los dirigentes son peores que los diputados de la CDMX y sus bonos de 2.5 millones de pesos...
Qué clase de competencia es esa en la que excluyen a los mejores. Ni los propios deportistas pueden decirse los dominantes, cuando faltaron los rusos. Igual si no hubieran invitado a los norteamericanos...
Pero finalmente a nadie se le debe excluir de una competencia deportiva internacional. El deporte es universal y no debe mezclarse con la política. Si es que se quiere tener legitimidad.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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