Lo primero que tenemos que entender, es que La Tierra no solo es un Planeta del Sistema Solar. No es una piedra flotando en el espacio por casualidad. La Tierra es un ser vivo. Si no fuera así, es decir, si no estuviera viva, no podría dar vida...
Y todo cuanto nos rodea nos dice que así es. La vida estalla por todos lados. Aun en los cables de electricidad que cruzan las calles. Pero hay más...
Si todos los animales son perfectos para lo que hacen en su entorno, se infiere, que, como nadie da lo que no tiene, la perfección viene de La Tierra, que debe ser, y es perfecta en sí misma y en todo lo que hace...
Luego entonces, La Tierra, como todo ser vivo, no solo siente; tiene sentimientos, y con toda seguridad que los humanos no somos sus consentidos; pues donde sea, solo le hacemos daño, a Ella y a quienes sí son sus hijos. Ya hay islas de plástico en los océanos. Todo lo que tocamos lo contaminamos...
Ciertamente que desde siempre nos han llenado de simbolismos, pero la arrogancia no permite que se entiendan. Los humanos -la palabrita se me atraganta; pues es lo que menos somos- estamos hechos de tierra y agua, o sea, de lodo, de barro; pero no somos sus hijos, no somos de aquí. No encajamos como eslabón en ninguna cadena ecológica...
Otros no se han andado con rodeos y lo han dicho claramente. “El hombre que actualmente puebla el Planeta, vino de las estrellas, por eso siempre querrá regresar a Ellas”. Pitágoras (569 – 475). Nos formaron de tierra, pero nosotros venimos del espacio...
Luego entonces, la realidad es que somos, aunque duela aceptarlo, parásitos de La Tierra. Eso de que los hombres están hechos a imagen y semejanza de algún Dios, si no fuera la madre de todas las estulticias, sería irrisorio...
Y aunque hay parásitos tan estúpidos que destruyen su hábitat y hasta llegan a matar al huésped; no es el caso de la humanidad, de por sí condenada a la extinción por propia mano. Y todo, porque nos sentimos superiores a todo lo demás que existe...
Pero...
Si volteamos a ver, en nuestro entorno solo se encuentra exactamente todo lo contrario a lo que era el Paraíso Terrenal, hasta antes de que fuera infectado por los parásitos. Por cierto que no hace mucho...
Lo que para los humanos puede ser un siglo, para la Madre Tierra puede tal vez ser un minuto, o un segundo. Y para esos maravillosos seres a los que todos les debemos la existencia de todo cuanto existe, para las abejas, puede ser toda la vida y millones de generaciones...
Y como es Ley de El Universo que todo se regresa, es incierto de cuándo se nos regresará a los humanos todo el daño que hemos hecho; pero como todo está sujeto a la Ley del Equilibrio -si no hubiera el equilibrio matemático que gobierna El Universo, todo sería un caos- de que va a pasar, va a pasar...
Y el mundo tendrá que cambiar la forma de vida que hasta ahora se lleva, por la simple y sencilla razón, de que, así como vamos, ya no se puede continuar; porque vamos al desastre. Y no es que vaya a llover fuego del cielo, como Sodoma y Gomorra -o como Hiroshima y Nagasaki-...
La cantidad de bombas nucleares que tiene cada bando, son suficientes para acabar con todo signo de vida. Y el que vaya perdiendo puede echar mano de ellas. La vida en el Planeta, como nunca antes, está en riesgo por la locura del hombre.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. |
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