Decía Enrique IV que: “Si Francia es el cuerpo, Paris es el corazón”, pero la frase que lo inmortalizaría fue la de que: “Paris bien vale una misa”. Parodiando a Enrique de Navarra podemos afirmar que si el estado de Veracruz es el cuerpo, Xalapa es el corazón, y con el malogrado estadista expresamos a todos, incluidos aquellos que siguen atrapados en el fetichismo centralista, que Xalapa bien vale una misa.
No creo que sea el momento de resucitar ni localismos ni regionalismo ni mucho menos un desplante que se asemeje con nacionalismos agresivos, excluyentes e intolerantes. Finalmente, sostenía Don Jesús Reyes Heroles, la oriundez no se lleva en la suela de los zapatos sino en las convicciones y el reconocimiento de las cualidades y capacidades propias, frente a lo que se localiza fuera, que sin ser extraño, solo puede aceptarse si no desplaza lo criollo en detrimento de lo nuestro.
El exabrupto del debutante alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez, no solamente es una ofensa mayúscula para toda la comunidad, el haber dicho que contrató a cuatro profesionales de la capital de la república, para hacerse cargo de las actividades relacionadas con las finanzas, después de haber observado que en la Ciudad de las Flores no había gente que reuniera ese perfil. Es también una ingratitud para los que lo eligieron su presidente municipal, pensando que velaría por dar a cada uno de sus habitantes lo suyo y de inicio, argumentando ternas que nadie sabe cuándo las integro, sin convocar a una evaluación, al estilo del Censor de la Antigua Roma, dándole un puntapié a nuestros egresados de la Universidad Veracruzana, de la Universidad de Xalapa, de la Universidad Anáhuac, de la Universidad Cristóbal Colón y de los mismos tecnológicos que han ganado premios internacionales.
Entre estos cuatro personajes que reclutó de la capital de la república, este aprendiz de político, destaca Javier Núñez López, cuestionado por realizar actos que tienen que ver con la corrupción en las administraciones pasadas del gobierno de la ciudad de México, pareciendo que en virtud de que Mancera le cerro la llave a Andrés Manuel López Obrador, pretende hacer de los ayuntamientos que ganó MORENA, la caja chica para su campaña.
El hecho es que la ofensa de Hipólito Rodríguez contra Xalapa, lo desciende a la escala de un orate. ¿O que otra cosa puede interpretarse de una autoridad municipal que mientras las mas prestigiadas universidades del mundo otorguen elevadas calificaciones a veracruzanos que ocupan los principales cargos en las finanzas del país, Hipólito no encuentra xalapeños capaces para su administración y con ello manda al diablo a nuestras instituciones educativas?
Duarte reclutó amigos, panistas y priístas, que no conociéndoles malos antecedentes, hicieron un robo descomunal, ahora, imaginemos lo que serán capaces de robarse los que llegan a un gobierno con malos antecedentes.
He escuchado una y otra vez la grabación de la entrevista que los periodistas que cubren la fuente municipal, le realizaron al alcalde, convenciéndome de que pudo acudir a mil respuestas y que le afloró la mil uno, por cierto la menos afortunada, porque MORENA, no es otra cosa que una pandilla,
que obedece a un jefe: Andrés Manuel López Obrador, como guía y único elector, y a un objetivo: el botín. Ellos vienen por el dinero, sin importarle insultar a la comunidad académica y a las instituciones educativas encargadas de producir los cuadros profesionales que demanda la administración pública y el sector productivo.
Actitudes como la del alcalde Hipólito Rodríguez, son las que provocan animadversión hacia el mal llamado Chilango, quien no tiene la culpa de tener tantos privilegios, empezando porque prácticamente toda la educación pública la paga el gobierno federal, pero “no tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre”. |
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