Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Decía Norberto Bobbio, que de alguna forma todos tenemos algo de pensadores orgánicos. Es decir, dado que un sistema no está totalmente de elementos que traban su desarrollo, hay quienes defienden su existencia y persistencia, pero también hay quienes luchan porque se suprima lo caduco e injusto, pero tratando de que permanezca lo que posibilite el despliegue de las fuerzas productivas con justicia social.
El papel que juega el pensamiento libre en el desarrollo de la sociedad esta muy bien definido por Francisco Entrena Durán, en su libro Modernidad y Cambio, cuando escribe que: Todas las sociedades de cualquier época y lugar necesitan siempre del desarrollo de una reflexión humana encaminada a la elaboración de formas de pensamiento más o menos complejas acerca de si mismas, de sus orígenes, de su naturaleza o de sus metas. Este pensamiento cumple, entre otras, las funciones de proporcionar explicaciones y/o justificaciones más o menos convincentes de su orden socioeconómico , institucional y cultural ( a si como de las problemáticas, amenazas y espectativas reales o potenciales ante las que este orden se encuentra ) a los sujetos humanos que constituyen tales sociedades , los cuales son concebidos como productos resultantes de los procesos de socialización en dichas formas de pensamiento y, a la vez, como productores de ellas. No obstante, la reflexión sobre lo cual se hace especialmente más precisa en aquellas situciones de crisis profunda en las que falla el funcionamiento ordinario de las instituciones y la marcha general de las del orden social comienza a hacerse problemática. Y esto es precisamente lo que sucedio en Europa cuando , tras la Ilustracion, la Revolución francesa y la profunda crisis en la que entró el Antiguo Régimen, se derrumbaron las certezas sobre las que se sustentaba el mundo de la cristiandad.
Aun los que sostienen que las grandes revoluciones sociales se producen por rupturas por falta de correspondencia de las relaciones de producción con las fuerzas de productivas, cuando esas relaciones de motor del desarrollo han pasado a convertirse en trabas, aceptan el papel de las ideas que reflejan mejor la liberación para que se pueda dar el cambio. Será por eso que Lenin dijera que sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria.
En este sentido se explica que los movimientos y los partidos políticos hayan tenido sus propios órganos para difundir sus ideas. Necesitan pasar de clase en si a clase para si. Sin ideas no hay una fructífera organización.
La prensa no partidista, la llamada prensa libre puede ser imparcial pero no neutral. Debe estar alejada de los partidos pero no de la toma de partido ante las principales contradicciones sociales. Tiene que definirse. Si bien es cierto que no puede buscar la verdad, porque sólo las religiones o corrientes filosóficas tienen ese fundamento, por lo que la prensa que tuviera como estandarte una verdad, reprimiría las otras verdades, si puede recepcionar verdadades.
Una prensa libre para serlo debe en primer lugar ser objetiva, no conformarse con la superficie e ir al fondo y la sustancia de los hechos y, en segundo lugar, estar alejada de los poderes económicos, políticos y religiosos, para cumplir con su papel de dar a conecer las verdades y ser un muro de contención del poder.
Como en todas las esferas, en el ejercicio de la libertad de expresión encontramos quienes lo hacen apegados los valores que rigen esta actividad y quienes sólo los anima un espíritu de mercader. Hay curas violadores, hay políticos corruptos, hay comerciantes sin escrúpulos, hay periodistas ( incluyendo todos sus géneros) que en un sexenio se ponen al servicio del gobernante en turno y en otro combaten al sucesor o alegando neutralidad callan o promueves hasta las acciones de abuso y terror de autócratas.
Con eso de que unas veces me publican y otras veces no, quiero adelantarme a felicitar a mis amigos periodistas, porque estoy consciente de asi como hay quienes no pueden vivir alejados de la sombra del poder y la servidumbre voluntaria, hay muchos periodistas que el alimento que llevan a diario y en estas fiestas a su mesa, es producto de un ejercicio valiente de la libertad de pensamiento y de prensa, que ante la aniquilación de los contrapesos constitucionales y la destrucción de los órganos autónomos, los periodistas y medios libres , son lo que nos queda para detener la barbarie que ha implantado el gobierno de Morena. En verdad, de todo corazón felicito a todos los medios y periodistas que a diaro resisten el soborno y la represión del poder morenista y dan voz a quienes reclaman poner fin a la más grande corrupción que la historia de nuestro país ha conocido y a la destrucción de nustras libertades e instituciones .
Mientras halla una voz que no se venda al poder ni ande mendigando sus limosnas, habrá esperanzas de avizorar la luz que nos libere de este populismo hipócrita , saqueador y destructor. |
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