Como era de esperarse, “lo mejor” va a ir llegando; pero dosificado. Y eso será hasta el mismo día de las elecciones, cuando la Pío-corrupción; la que ya es equiparada con la de Ucrania, donde Hunter, el hijo del Presidente Biden ha hecho grandes negocios al parecer no muy claros...
En México sabemos muy bien de lo que son capaces los hijos y hasta los hijastros de los Presidentes. El caso es que la corrupción se expondrá en toda su crudeza, dado el cinismo de quienes son, hasta el momento, impunes...
Ante ese panorama, la palabra de un Presidente sin un ápice de credibilidad, nada podrá hacer para desviar la atención. Antes, al contrario, el foco principal de la andanada, será él. Nadie puede creer que no está enterado de todo lo que pasa...
Si hasta la Prensa Internacional da cuenta de cómo han avanzado la corrupción y la cantidad de crímenes que su gobierno ha dejado crecer a la consigna de “abrazos, no balazos”. El vídeo saludando a doña Consuelo, la mamá de “El Chapo” , le ha dado la vuelta al mundo varias veces...
Y ya, con la invasión consensuada -antes no pedían permiso- se están viendo las consecuencias del más grave error que ha cometido durante su mandato. Es difícil que no se den cuenta de que en la reunión de San Francisco le dieron instrucciones...
Sus patéticas declaraciones; como la que dio sobre la evaluación que se recibió de parte de PISA sobre la educación en México, son las de un irresponsable. Y no se diga, cuando aseguró que su hijo no es corrupto como Loret de Mola; que no tiene desperdicio...
O cómo cuando dijo: aunque les pese, tenemos un servicio de salud del primer mundo. Pero sin duda que la mejor del día, fue cuando dijo que “El pueblo ya no permite la manipulación”...
Todas esas declaraciones tan absurdas, no dejan duda de que López Obrador ya está desquiciado; no ve la realidad. A menos de que sí la vea; en cuyo caso se le podría dar un premio por su actuación. Aunque lo cierto es que ya no muchos son los que le creen sus mentiras.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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