El 1 de diciembre del año a punto de concluir dio inicio el segundo año del ejercicio gubernamental encabezado por Rocío Nahle en la entidad veracruzana, transcurridos los primeros doce meses de su gestión ya podemos hacer un semblante de su desempeño en base a resultados y acciones que destacan por el efecto producido en la percepción ciudadana, porque en política la percepción es pariente cercana de la realidad. De entrada, debemos suponer o dar por cierto que todo gobernante aspira a realizar un buen desempeño para beneficio de la población gobernada, sin embargo, en materia de operación política y de administración pública la variable más importante consiste en el beneficio tangible para el gobernado y que haya correspondencia entre el discurso público y el de los hechos. Otra premisa se refiere a la forma en cómo el gobierno establece su interlocución con los gobernados, si sus métodos de comunicación son deficientes el reflejo lo encontrará en la opinión pública, y en esto la conclusión del silogismo explica por qué las encuestas relegan a este gobierno a los últimos lugares del concierto federativo.
Pero, obviamente, no es solo un problema de comunicación, porque en el resultado mucho tiene que ver el desempeño de quienes operan la administración en sus diferentes ramos, poco ayuda a una buena conducción política si en materia de salud, de educación, de obra pública, de política agropecuaria, de infraestructura física, etc., los resultados son precarios. Agrava esa circunstancia el legado recibido del anterior gobierno en todos los ordenes de la administración pública estatal, y la corrupción y la impunidad son lacras vigentes, es decir, se rema contra la corriente porque la población está ávida de gobiernos productivos. La entidad veracruzana está entre los primeros lugares en Sida, obesidad, diabetes, influenza, dengue, muertes por enfermedades coronarias, cáncer de mama, gusano barrenador, pésima infraestructura carretera, sin omitir la innegable inseguridad y la violencia, ese panorama por sí mismo constituye un universo social bastante complicado, y al parecer la forma de encararlo no ha sido la más adecuada. Una evaluación interna no estaría de más si se quiere levantar el vuelo para bien de Veracruz. |
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