Uno suele espiar los noticieros nocturnos. Las batallas ahora son por la audiencia. Los cuatro noticieros de importancia riñen por la información y el beneficio del público. Ahora, según revelan analistas, quien se está apoderando de la audiencia es Azucena en Milenio, un noticiero de las 10 de la noche. No olvida nada, no tiene excusas para no presentar una noticia, el de Ciro de las 10:30 de la noche, ha disminuido. Hace unos días la única que dio voz a la familia de los jóvenes, a quienes el presidente victimizó como que habían ido a comprar droga y resultaron limpios de los exámenes toxicológicos, la mamá de uno de ellos reprochó al presidente, más que dio el pésame a la familia de la mamá del Chapo y no a los jóvenes. Azucena fue la única que dio la noticia. Ciro ha caído, ahora se prefiere una película de Netflix que seguirle viendo, claro, hay que entender que Ciro estaría ahora, si no traería la camioneta blindada, celebrándole su cabo de años, porque en ese atentado le tiraron a matar, fue hace un año y en esas cosas hay que tener miedo y cuidado. Luego, en la mañana, en su noticiero tempranero invitó al ministro Arturo Zaldívar, a participar en un día de su programa, como tiene a Epigmenio Ibarra, un férreo defensor de AMLO y a Germán Martínez, un férreo atacante de la 4T. Le llovió durísimo en las redes a Ciro, a él también lo acusaron de traidor y al otro día Epigmenio Ibarra se quejaba de que en la calle lo paraban para insultarlo. México está lleno de rencores y odios. Por un lado riñen los hunos contra los hotros, por parafrasear a Unamuno. Un disidente dice que ese odio es alentado desde las mañaneras por el presidente. Y de allí que chairos y conservadores se den duro en las redes, por eso alguien escribió que el tuiter parece ‘una cantina llena de borrachos’, se dan duro y sin piedad, y los boots de las granjas trabajan para uno y otro lado. Ciro se excusó diciendo que él no mandaba, que la empresa mañanera en Radio Formula era de Jaime Azcárraga, hijo del fundador, Rogerio, que en radio tiene una audiencia incomparable, al tener a Joaquín López Dóriga y Pepe Cárdenas y Chumel Torres, y a Ciro en las mañanas, al aire en radio y TV.
RUMBO A VERACRUZ
A inicios de semana, en martes de los de ni te cases ni te embarques, partí a Veracruz. No crucé la franja de Gaza, la caseta de Fortín, donde ahora que arreglan el puente de Metlac y las demoras son eternas. Ya derrumbaron la primera caseta y creo que en menos de dos meses ya estará rechinando de limpia, como el Maestro Limpio. Tomé la federal, abandonada por este gobierno que ahora ya ni chapea, y llegué a la Anáhuac, tomé allí la autopista y fui pajareando, crucé Cuitláhuac sin problemas. Era el día que mucha gente circularía porque iban a ver al gran Luis Miguel en el estadio Beto Ávila, y lo abarrotaría. Llamé al 074 para que me dijera si la de Paso del Toro tenía retardo, me dijo que no y para Ripley, llegué en hora y 45 a Veracruz, sin problemas, Al final, ya en la noche tomé otra vez la misma ruta, porque el área del puente de Metlac tenía cola de 7.5 kilómetros, que eso es esperar dos horas o una, diría Peña Nieto. Fui al cumple de mi hermano Enrique, y con la Nena, su esposa y poquitos de familia le celebramos y cantamos las mañanitas, las que cantaba el Rey David, un convivio pequeño familiar con una paella como las de Valencia, riquísimas y unas Mojarras de Temaxcal, hechas y pescadas por el gran maestro pailero, Cesar Barbis. Con sus hermanos y sus hijos, Enrique llegó a la era dorada, las 8 décadas, vividas bien y ahí vamos, lidiando con el paso de los años, pero encontrando la salud al paso del tiempo. Su hija Claudia fue la gran anfitriona. El próximo año a la misma hora, y que vivas mil años más, brother.
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