QUIZÁ LO más loable y acertado que ha expresado la encargada del despacho de la Fiscalía General del Estado, Verónica Hernández Giadáns ante diputados –a diferencia del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez-, es que no niega a la familia, porque tiene razón por más que le busquen por esa parte: ella no es culpable de tener una prima hermana -u otros parientes- relacionada con la delincuencia organizada, pues contra lo que se diga, a la familia no la escogemos, nos la imponen. No es el caso de García Jiménez que en aras de mantener a su primo hermano como “gurú” de las finanzas o de las operaciones subrepticias en Sefiplán, lo negó una y otra vez, aunque el hombre, ahora se sabe, comienza a expresar los vicios acumulados en otros partidos, como sentirse jeque árabe apenas trepado en un ladrillo, y en ese tenor tejer su red de damiselas como en tiempos del afamado profesor Adán, desaparecido en tiempos de Patricio Chirinos Calero, todo para satisfacer algo que sin poder no podría tener: fiestas privadas en donde corre el licor, alimentos ricos y abundantes y, por qué no, acompañantes de ocasión escogidas exprofeso, pero que son inaccesibles a cualquier hijo de vecino, porque la carne también tiene su precio. Hernández Giadáns, acaso porque no le quedaba de otra o porque tiene claro que la familia es sagrada, provenga de donde viniere, reconoció que Guadalupe Hernández Hervis, alias “La Jefa”, presunta integrante de un grupo delictivo que encabezaba en el sur del Estado, concretamente en Coatzacoalcos, Hernán Martínez Zavaleta, alias “El Comandante H”, quien actualmente se encuentra recluido, sí es su prima hermana, ya que la encargada del despacho de la Fiscalía es hija del abogado Diego Hernández Medina, hermano de Othón Hernández Medina, padre de “La Jefa.
Y QUÉ bueno que no niegue a la familia, como tampoco debería negar, o por lo menos aclarar los señalamientos que le hacen en torno a la entrega de contratos de la FGE a empresas bajacalifornianas ligadas al Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, lo que de confirmarse corroboraría un hecho que se repite en todos los gobiernos, sean de derecha, centro o izquierda: la corrupción galopante a través del tráfico de influencias, algo que termina por afectar a empresarios locales y enriquecer a foráneos, por supuesto con los consabidos “moches” o beneficios a quien los promueve. Y es que según la aguerrida diputada panista, María Josefina Gamboa Torales (Marijose Gamboa) suman 15 millones 284 mil 574 pesos en adjudicaciones directas a empresas que podrían ser (dijimos podrían ser) de Eric Patrocinio, salvo que Giadáns aclare lo contrario.
GAMBOA TORALES, en la misma comparecencia de Verónica Hernández ante diputados del Congreso del Estado, exhibió la lista de contratos que se han otorgado desde Septiembre a la fecha, esto es, desde que la funcionaria asumió el cargo de Fiscal en sustitución del depuesto Jorge Winckler Ortiz, y aunque cualquiera diría que Marijose respira por la herida, lo cierto es que se trata de una denuncia respaldada con documentos y, peor aún, hecha por una representante popular que debe ser atendida por lo que representa; ya la legisladora fue muy clara al denunciar que la encargada de la Fiscalía General del Estado (FGE) entregó contratos por adjudicación directa -violando la Ley de Adquisiciones del Estado de Veracruz- a empresas fantasma de Baja California, Estado ligado a Eric Patrocinio Cisneros Burgos, pues es allá y no en Veracruz donde se ha desempeñado políticamente en cargos menores, hasta que cayó de rebote en la Entidad.
LO MOSTRADO por Marijose Gamboa a simple vista no deja lugar a dudas. Doña Verónica entregó al menos 7 contratos por adjudicación directa por un monto de 15 millones 284 mil 574 pesos, de los cuales al menos dos corresponden a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), algo que, también, se debe esclarecer, aunque tenga la seguridad que esto no pasará de un mini escándalo mediático a juzgar por la piel de cocodrilo con caparazón de tortuga que envuelve a ciertos funcionarios de la Cuarta Transformación, para quienes sigue siendo una gracia la escasez de medicamentos para niños con cáncer o pacientes afectados por el VIH/Sida, o que campesinos bloqueen las calles de Xalapa para exigir hablar con el Gobernador, o que lo hagan jubilados, vendedores, y toda suerte de ciudadanos con conflictos. A ellos ni les va ni les viene e, incluso, hasta se burlan de los medios de comunicación que los cuestionan, como ocurrió a un reportero que increpó al mandatario por el asesinato de una niña de 11 años y su abuelo en Atzalan por parte de elementos policiacos de la SSP, y García Jiménez como si fuera un chiste, se rio y desdeñó el cuestionamiento, lo que exhibió una vez más su falta de compromiso con la población, y acaso por ello, la población de Soledad Atzompa, en concreto 22 comunidades cansadas de las falsas promesas y del estilo despreocupado de Cuitláhuac, lo retuvo en una reunión durante varias horas hasta que se comprometió por escrito con las promesas vertidas.
Y ES que el gobernante llegó como siempre a esa parte de la sierra ubicada en la zona centro solo para tomarse la foto y demostrar que visita hasta los lugares más recónditos del Estado, pero la población cansada de la marginación en que han vivido desde siempre, lo retuvo al filo de las 14:30 horas –del domingo- junto con los secretarios de Salud, Educación, Infraestructura y Seguridad. Los pobladores le exigieron maestros para las escuelas semi abandonadas, construcción de caminos y mejores servicios de salud, y cuando el Gobernador intentó retirarse, la voz del indigenismo lo obligó a permanecer allí hasta entrada la noche, esto es, alrededor de las 21:00 horas cuando el Gobernador firmó finalmente un acuerdo con 12 puntos que se comprometió a cumplir, y de no hacerlo, mejor que ni se presente de nuevo.
PERO VOLVIENDO al tema Hernández Giadáns, se nos viene a la mente cuando un ex Director de Invivienda –cuyo nombre nos reservamos- nos convocó a un desayuno para comentarnos: -hermano no sé qué hacer; ya van siete viviendas que he entregado por órdenes del Gobernador a sus amigas, y me pide que entregue otras dos y la verdad ya no puedo, creo que me estoy metiendo en un lío-, y acto seguido preguntó: ¿tú qué harías en mi lugar? Y sin más la respuesta a flor de boca: -renunciaría, porque la culpa no será del Gobernador ya que nada te pide por escrito-, y así lo hizo, mientras las culpas las tuvo que cargar su sucesor sometido a severa investigación. Y es que hay funcionarios de alto nivel que se aprovechan de los subalternos, y estos por ese afán de protagonismo de ocupar un cargo notable se mantienen en un puesto que termina siendo su desgracia, y hacia ese tenor se encamina Hernández Giadáns. Al tiempo. OPINA carjesus30@hotmail.com
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