HAY ACONTECIMIENTOS delictivos cometidos por el Estado que parecieran encajar en lo que se conoce como el “crimen perfecto”, y acaso lo ocurrido aquel 28 de febrero de 2013 en Xalapa al constructor José Manuel Flores Ríos, mejor conocido como “El Oaxaco”, en ese tiempo integrante del Consejo de Gobierno Indígena y Popular del Sur de Veracruz cuya cabeza visible ha sido desde siempre el, ahora, diputado local, Esteban Bautista Hernández, un personaje que gusta presumir de su pasado como guerrillero al servicio del subcomandante Marcos, líder del llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y quien presuntamente le acompaña al momento de ser levantado sin que a la fecha aparezca vivo o muerto, encaja perfectamente en esa percepción. A Flores Ríos lo desaparecieron cuando caminaba sobre el parque de los Berros de Xalapa, tras salir de una audiencia con el, entonces, Secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón acompañado, precisamente, del actual titular de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, quien se ha negado a aportar mayor información en torno al destino de quien era considerado su socio constructor y en la toma de carreteras y la presa Yuridia en el sur de la Entidad. Y el tema viene a colación porque el sábado se conmemoró el llamado Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, y han pasado doce años desde aquellos sucesos cuando sujetos desconocidos se llevaron al “Oaxaco” con rumbo desconocido, algunos dicen que fueron policías encubiertos y otros que un grupo rival, pero lo que llama la atención es el hermetismo de Bautista Hernández. Y es que, a él, que le gusta tanto el protagonismo, ya debería ser hora de que hable, de que explique qué pasó con su socio –en esos momentos-, José Manuel Flores Ríos, pues no hay que olvidar que el diputado se desempeñaba en 2013 como alcalde de Tatahuicapan. Lo que se sabe, y estaría bien que lo aclarara, es que ambos salieron de Palacio de Gobierno tras pactar la asignación de obras para las empresas constructoras de "El Oaxaco", así como reclamar el cobro de más de 100 millones de pesos que se les debían por infraestructuras asignadas tras las coacciones, manifestaciones, cierre de caminos y toma de la Presa Yuribia, encabezados por el, entonces, munícipe santificado a partir de haberse afiliado al Movimiento de Regeneración Nacional como sucede con casi todos los impenitentes. El Oaxaco y Bautista comandaban por esos días el Consejo de Gobierno Indígena y Popular del Sur de Veracruz, que bajo esas siglas movilizaban a la población indígena para presionar a las autoridades y obtener beneficios, aunque, por supuesto, el legislador ahora es otro: un hombre cuidado por decenas de policías dentro del recinto legislativo y fuera de este que viaja como potentado, olvidado su origen indígena o el hábito que por esos tiempos se calzaba.
UN REPORTAJE de La Voz de los Tuxtlas cuestiona a la sociedad: “¿Quién no recuerda a Esteban Bautista negociando con Gerardo Buganza Salmerón, entonces secretario de Gobierno para que le pagaran los paquetes de obras millonarias a su socio José Manuel Flores Ríos, “El Oaxaco”, esto tras tomar carreteras y caminos y cerrar la Presa Yuribia para dejar sin agua a Coatzacoalcos, y demás desmanes que hacía "El Profe" con sus hordas del "Consejo de Gobierno Indígena y Popular del Sur de Veracruz", Lo cierto es que la familia de José Manuel Flores denuncia que las Fiscalía de entonces a la fecha han sido omisas. Y es que a 12 años de la desaparición forzada del constructor de obras públicas en municipios del sur de Veracruz, Oaxaca y Chiapas, la familia denunció las presuntas omisiones en las que incurrieron las diversas administraciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) para su búsqueda. La esposa e hijos del desaparecido, Jovita Urbano Ortiz, José Manuel y Abril de apellidos Flores Urbano insisten en que el constructor fue víctima de desaparición forzada el 28 de febrero del 2013 en la zona de Los Berros de Xalapa. “Sólo sabemos que una autoridad lo detuvo y de ahí se lo llevaron, ¿Qué autoridad fue? No lo sabemos, no hay avances en el caso, y una de las omisiones que estamos reportando es que apenas hace poco nos reconocieron como su familia, y aparte nos tardamos 8 meses para que la Fiscalía nos diera la calidad de víctimas. Han sido omisiones sobre omisiones”, exponen. Reiteran que por las omisiones de autoridades de la Fiscalía General del Estado en el año 2013 y hasta la fecha, la Carpeta de Investigación 073 E/2013 sigue prácticamente “guardada” sin avances, pese a que aportaron datos, números telefónicos y el ADN. “No buscamos inculpar a nadie, sólo queremos encontrar a mi papá, saber de él, ya pasaron 12 años. A mi papá lo recuerdan muy bien la gente del sureste se llevaba con todos. A mi papá le decían el Oaxaco porque trabajaba allá, pero es originario de Tierra Blanca, ahorita mi papá tendría 60 años”. Ciertamente, en caso de desaparición forzada como estos, los autores o protagonistas le apuestan al olvido, pero ahora que se combate la desaparición forzada de personas, o al menos eso dicen las autoridades, sería interesante conocer la opinión de Bautista Hernández, el ex Guerrillero de Marcos o el Profe, como gustan que le llamen.
EL CONSEJO de Alcaldes de los Pueblos Indígenas del Sur, primero exigió justicia, y después, como si recibieran alguna instrucción superior, se sumergieron en el ostracismo, negándose a abordar el tema, incluido Esteban Bautista Hernández. No es secreto que algo que molestó a las autoridades del Estado encabezadas en ese tiempo por Javier Duarte de Ochoa fue el bloqueo que encabezó el Oaxaco el 17 de diciembre de 2011, de la autopista sureña de Veracruz reclamando obra pública. Vaya usted a saber que fue lo que paso, pero ya es tiempo de que Bautista Hernández hable sobre aquella desaparición. Así las cosas…
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QUIZA UNA manera de sacudirse a la gente heredada por Cuitláhuac García Jiménez a la gobernadora Rocío Nahle García (ni parientes son, diría la canción de los Tigres del Norte), es evidenciar las trapacerías cometidas por el ex gobernador que, ahora se sabe, en voz del actual titular de Sefiplan, Miguel Santiago Reyes Hernández, elevó la deuda de su gobierno en poco más de 2 mil 260 millones de pesos, pero no solo eso: el ex titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco tenía registradas 76 cuentas concentradoras. Reyes Hernández revela que, a principios del 2019, el total de la deuda bancaria era de 43 mil 820 millones 500 mil pesos, pero a finales de la administración cuitlahueca el monto se elevó a 46 mil 540 millones, es decir una diferencia de 2 mil 260 millones de pesos. A ver si el lunes no sale la Presidenta Claudia Sheinbaum a defender a su director de CeNeGas diciendo que ha sido el mejor Gobernador que ha tenido Veracruz, con eso de que el Cuitláhuac fue de los consentidos de Andrés Manuel López Obrador por tanto subejercicio en los que incurrió para devolver dinero a la Federación, sumiendo a Veracruz en el peor de los abandonos, sobre todo en materia de salud, educación y carreteras que parecen cráteres. A ver qué pasa. OPINA carjesus30@hotmail.com
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