Ayer el mundo y los fanáticos del béisbol, se sorprendieron de que, al mexicano Julio Urías lo agarraron los sherifes y se lo llevaron bien esposado a la comisaria, en Los Ángeles, donde pasó la noche y por la mañana un juez le fijó 50 mil dólares de fianza, casi un millón de pesos mexicanos. Urías, revelaron los medios, fue detenido por violencia doméstica. En el mundo, lo mismo América que Europa cuidado con la violencia, se castiga y duro, y más se castiga cuando los deportistas son cachados en ese flagelo, porque, según los comisionados, ellos deben ser ejemplo para la niñez. Bien lo decía el excapitan de los Yankees, Derek Jeter: “La gente me pregunta por qué juego tan fuerte todas las noches, y yo les recuerdo que Lou Gehrig decía: En el día de hoy, estoy seguro de que en las graderías hay un niño que me está viendo jugar por primera vez y él merece mi mejor esfuerzo”. En Netflix y en documentales de HBO, seguido aparecen historias de deportistas que malograron su carrera por su temperamento de golpeadores, más ahora que las mujeres son intocables, desde aquel año que nació el Me Too, son cuidadas para que nadie las maltrate.
AQUELLOS CASOS
Quizá el caso más sonado de todos fue el de la gran estrella del futbol americano, OJ Simpson, que mató a su ex mujer y al novio en un arranque de celos, apuñalados ambos. Libró la cárcel, porque consiguió a los abogados más xingones (Xóchitl dice) del mundo, pero tiempo después perdió un caso civil de los padres de su esposa Nicole y tuvo que indemnizar. Más adelante, purgó cárcel de 9 años por otra malhechoría en Las Vegas, Nevada. Muchos han perdido fortunas y buenos contratos millonarios, como quizá le ocurra al mexicano Urías, su equipo lo ha separado y es probable que ya no lo firmen. Voy a la historia: Mike Tyson fue 3 años a la cárcel, por golpeador de mujeres y acusado de una violación. El futbolista de soccer, el colombiano René Higuita pasó 9 meses de cárcel, pero ese no golpeo a nadie, fue porque intervino para que Pablo Escobar liberara una mujer rehén y de eso lo acusaron, de amigo de Pablo Escobar. Uno de los más dolorosos lo fue el de la estrella de Patriotas de Nueva Inglaterra en el futbol americano, de raíces mexicanas Aroon Hernández, un día fue detenido y acusado de matar a su concuño, después que había firmado contrato por millones de dólares. Fue sentenciado a cadena perpetua, pero a los 3 años murió en la cárcel, unos dicen que se suicidó, otros, que lo mataron. Otro doloroso fue el de Oscar Pistorius, el atleta que corría con dos piernas aerodinámicas postizas, 8 veces medallista en juegos paraolímpicos, una mañana se levantó de malas y mató a su novia de cuatro balazos, debe salir este año, después de purgar condena de 6 años. El mejor boxeador de la historia de Argentina, Carlos Monzón, también murió en la cárcel en un accidente carretero, cuando le dejaron una salida. El 14 de febrero de 1988, en estado de ebriedad, la golpeó y la tiró por el balcón de la casa que la pareja ocupaba en la ciudad de Mar del Plata. Por el crimen fue condenado a 11 años de prisión. Un portero del Monterrey, Omar Ortiz, fue detenido por participar en el narcotráfico. Hay varios más, pero estos son los más conocidos. Las ligas americanas y las inglesas y las del mundo, son muy estrictos en la conducta de sus jugadores. Si cometes un error fatal, se deshacen de ti, así seas la estrella más grande en tu posición, allí está el caso de Dany Alves, exestrella del Barcelona y jugador de Pumas, en cárcel española acusado de violación. Es una pena lo de Urías, La noticia dio la vuelta al mundo. Diario El País: “Un incidente de violencia machista amenaza la carrera del mexicano Julio Urías. El lanzador estrella de los Dodgers de Los Ángeles fue detenido la noche del domingo cerca del estadio BMO, donde Lionel Messi y el Inter de Miami derrotaron al equipo local, el LAFC. El beisbolista estuvo entre las celebridades invitadas al partido de la MLS. Hacia las 23.00 (hora local), el deportista fue detenido por un suceso ocurrido dentro del Exposition Park, donde se encuentra la cancha. La policía trasladó a Urías a la cárcel del condado, donde fue fichado hacia las 01.00 y pasó buena parte de la madrugada hasta que fue liberado al pagar una fianza de 50.000 dólares. Los Dodgers, que ya vivió en 2019 un caso similar con Urías, ha dicho este lunes que el jugador no viajará a Miami para disputar una serie frente a los Marlins a la espera de que haya más información sobre los hechos.
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