SE VA, por supuesto que se va, pero no por el afamado “me canso ganso” pronunciado por cierto colaborador de Cuitláhuac García Jiménez -en franca imitación del “pachuco” Germán Valdez “Tin Tan”-, sino que será el propio ex Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares quien se lo ordene, toda vez que la Federación podría apresurar pendientes que le meterían en un severo brete, tras detectar que ha sido, precisamente, el ex mandatario quien lo aceleró para ganar tiempo y desviar la atención del golpeteo mediático hacia la Fiscalía Estatal que ya no le sirve, y no a su persona. Por eso es un hecho que Jorge Winckler Ortiz renunciará “por la buena” en los días por venir, dejando ese espacio a una terna que propondrá el Gobernador en turno, y qué bueno que eso suceda pero, uno se pregunta: ¿había necesidad de tanto desgaste para el titular del Ejecutivo? Seguramente no, pero ante la ausencia de operadores, que no aporreadores, el ingiero en electrónica tuvo que dar la cara acelerado, acaso, por sus cercanos, algo que no es positivo para su imagen ya que un gobernante no tiene por qué hacerlo, ya que para ello cuenta con un equipo que se encarga de la política interna, en este caso el Secretario y Sub secretario de Gobierno, y salvo en asuntos muy complicados debe salir a la palestra a demostrar todo el poder del Estado, pero no era el caso. Winckler Ortiz tiene mucha cola que le pisen en materia de violación de derechos humanos - ilustrados a partir de videos –como la detención arbitraria de María del Rosario Zamora González, ex directora de investigaciones ministeriales a quien, además golpearon delante de su menor hija; las visitas nocturnas a ciertos procesados para obligarlos a empinar a sus jefes o donar propiedades y, una más: el Fiscal, en la emoción de tener en el puño a Arturo Bermúdez Zurita no solicitó durante la vinculación a proceso que se le dictara prisión preventiva, aun cuando la juez al término de la audiencia preguntó si deseaba agregar algo, por lo que, ante el silencio, decretó ella la prisión preventiva por oficio, sin que lo pidiera la fiscalía, y ahí están las grabaciones. Una verdadera violación a los derechos humanos de Bermúdez que, por supuesto, no defendemos.
Y WINCKLER se tiene que ir, mientras que el ex Secretario de Seguridad junto con él, deben ser llamados a cuentas, pues solo en el bienio de Miguel Ángel Yunes Linares se registraron 81 mil 803 delitos del fuero común (entre robos a negocios, casa habitación y transeúntes y asaltos diversos), 2 mil 454 homicidios dolosos (que es una suma estratosférica que habla de 102.25 crímenes mensuales) 277 secuestros, 773 extorsiones, 14 mil 291 robos con violencia, 773 extorsiones y 343 violaciones denunciadas ante la Fiscalía, la mayoría de los casos no atendidos debido al enfoque antiduartista de la administración que concluyó, aunque a ese escenario habría que sumársele el descubrimiento de más de 300 fosas clandestinas. En ese tenor, la organización México, ¿Cómo Vamos? Considera que los números de Veracruz no son alentadores, porque, además, la Entidad presenta un mal desempeño en rubros como generación de empleos, deuda pública, productividad e informalidad. Y es que los dos años del gobierno de Yunes se caracterizaron por el tema Javier Duarte, y aunque durante este tiempo se logró la detención de diversos ex funcionarios ligados al presunto desvío de recursos, la recuperación de alrededor de 15 inmuebles, así como la recuperación de más de 700 millones de pesos, en materia de seguridad pública no se lograron avances evidentes y los crímenes siguen al alza como ha quedado demostrado en días recientes con la aparición de cuerpos embolsados, mandos militares ejecutados y, para variar, la agresión flagrante contra indocumentados en el sur de la Entidad con muertos y heridos, lo que ha provocado que un grupo fuera de la ley de a conocer no solo nombres de los policías agresores sino el número de patrulla en la que viajaban y los amenace con dañarlos.
WINCKLER SE va, porque la PGR ya echó a andar la maquinaria pero, también, instancias como el SAT y hasta el Congreso de la Unión, pero antes de que la sangre llegue al rio sobrevendrá la dimisión. No hay de otra, no le queda otro camino, y así sucedió dos días antes de que finalizara el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa concluido por Flavino Ríos Alvarado, cuando la mesura de este último sugirió al, entonces, Fiscal General, Luis Ángel Bravo Contreras entregar la plaza, como ya lo había hecho con finanzas. Que caso tenía ponerse a las patadas con el Estado, con el poder desmedido de la institución llamada Ejecutivo, cuando es evidente que, trátese de centro, derecho o izquierda, los esquemas de mando son siempre los mismos: el gobernante en turno requiere de una fiscalía que le sirva –aunque en el caso de Yunes fue para mal-, de tal suerte que su responsabilidad como garante de la ley y la justicia sea bien cumplimentada.
EL ASUNTO es, ahora, quien lo sustituye –pues si bien hay personajes de probada capacidad para hacerlo-, ojalá desde el centro no se pretenda imponer a un foráneo, ya que existen versiones de que el ex Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco ya recomendó al Presidente Andrés Manuel López Obrador que el próximo Fiscal General sea el chiapaneco, Raciel López Salazar que estuvo allá 9 años. López Salazar es padre de aquel jovencito que en el mundial de Brasil se lanzó desde un transbordador hacia el mar sin que su cuerpo fuera rescatado, sin embargo, hay otros aspirantes en Veracruz con experiencia en el ramo que son bien vistos por barras y colegios de abogados, y seguramente la inclinación del Gobernador García Jiménez se dará hacia uno de ellos.
POR LO demás, el Gobernador García Jiménez ya no debe exponerse; no es su papel confrontarse sino sumar y limar asperezas con todos los grupos, ya que bien lo dice un destacado político veracruzano: “el que tiene el poder debe ser generoso”, y no dejarse manejar al antojo de quienes le rodean. Y aunque se trata del Ejecutivo cuyo poder recae en una sola persona, para ciertas decisiones que podrían poner en duda su generosidad cuenta con empleados como los responsables de la política interna, y bajo ninguna circunstancia deben exponerlo al desgaste, pues esto apenas arranca y de seguir como va, para dentro de dos o tres años terminará como lo hizo Yunes Linares: con el rechazo de la población por solo hablar y poco resolver. Cuitláhuac –como Santiago Apóstol- debe escuchar la voz de los que saben, y esto no quiere decir que les haga caso en todo. Se trata de conjugar posturas para aplicar las que más convengan al Estado y a su Gobierno, porque ya dejó de ser candidato para convertirse en Gobernador, algo que sus colaboradores, sin experiencia de poder alguno, no acaban de entender. Así de simple: OPINA carjesus30@hotmail.com
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