EN EL Príncipe, obra cumbre de Nicolás Maquiavelo, sin duda, el “padre de la ciencia política”, una de las premisas de este texto, y por el cual se ha vuelto un símbolo de la inmoralidad es la frase: “el fin justifica los medios”, rubricando con una sugerencia que no tiene desperdicio: “Ten a tus amigos cerca, y a tus enemigos más cerca”, ilustrando en torno a los métodos para mantener el poder y las ambiciones ajenas en un estado congelado, y al menos en la práctica, suponiendo que tus enemigos no conozcan esta lectura, tener un largo reinado. Un viejo general al que alguna vez cuestionamos por qué lejos de agredir a sus adversarios los tenía a su lado, respondió al reportero que por entonces no lo era: -porque así conozco como piensan y me adelanto a sus intenciones-. Sin duda, eran estrategias de viejos políticos mesurados y sabios, porque ahora impera el impulso, la víscera, y en ese tenor se obnubila la razón y se impone el apasionamiento, uno de los sentimientos más erróneos de quienes se dedican a la vida pública. En otro de sus libros de enseñanza política: “Del Arte de la Guerra”, Maquiavelo (no confundir con “El Arte de la Guerra”, de Sun Tzu) aconseja: “si algunos enemigos se pasan a las filas propias, resultarán muy útiles si son fieles, porque las filas adversarias se debilitan más con la pérdida de los desertores que con la de los muertos, aunque la palabra desertor resulte poco tranquilizadora para los nuevos amigos y odiosa para los antiguos”, y nuevamente en El Príncipe puntualiza: “Transforme a sus opositores en sus mayores aliados, pues nadie le puede dar mayor credibilidad que su adversario”.
PERO LAS cosas han cambiado. Decíamos que los nuevos políticos destinan bilis, tufo de rencor que se convierte en antipatía hasta llegar a obsesión, y acaso el ejemplo más contundente es el que escenifican el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el fiscal general del estado, Jorge Winckler Ortiz, quienes han llevado sus diferencias al escenario donde gobierna el impulso y tomas las decisiones, el insulto, y la muestra contundente los hace parecer infantiles, el primero prohibiendo al segundo, cuando si fuera su empleado, que no lo quiere ver en las reuniones del grupo de coordinación para la seguridad, ni en Palacio de Gobierno –a las que el mandatario nunca asiste- y, mucho menos en el encuentro que encabezará el presidente Andrés Manuel López Obrador en el puerto de Veracruz la próxima semana, y el segundo ha respondido que así lo hará, pero que si el mandatario nacional le autoriza participar, ahí estará denunciando lo que, realmente, está aconteciendo en el Estado.
SIN DUDA, hay políticos que no creen en el sistema democrático ni en la división de poderes, o tal vez entienden que debe existir un solo poder a cuyo servicio deben estar todas las instituciones (incluidas las autónomas como la Fiscalía General del Estado). No se sabe si este sistema, que en la práctica es el que está funcionando en el país con el triunfo inobjetable de un solo partido, también podría ser entendido como una nueva fórmula democrática porque tiene como origen el sufragio universal, el pluralismo político y una constitución que, aunque cuando toca no se cumple, reconoce derechos a los ciudadanos. Alfonso Guerra González, profesor y político español conocido como “longevo número dos” del Partido Socialista Obrero Español, alguna vez proclamó que su teoría sobre la división de poderes había caducado hace ya muchos años, y con él coinciden no pocos políticos que entienden que un partido que gana las elecciones y tiene mayoría parlamentaria está legitimado para controlar el poder judicial y cualquier otro organismo pero, nada más falso. La división de poderes que en México ha sido letra muerta por la supeditación del Legislativo y Judicial al Ejecutivo por ser quien reparte las prebendas y recursos oficiales, debería prevalecer como un auténtico contrapeso, lo mismo que las instituciones autónomas como la Fiscalía y las comisiones defensoras de derechos.
ALGUIEN ACELERÓ a Cuitláhuac García Jiménez que había que renunciar a Jorge Winckler –porque el Gobernador no tiene esos alcances-, ya que era como tener al enemigo en casa, cuando la ley establece que el Fiscal General del Estado es nombrado por el congreso local para un periodo de 9 años, esto es –en caso de que permanezca el actual- estará, todavía, un año más que Cuitláhuac. Es un secreto a voces que Winckler sirve a la familia Yunes Linares, Yunes Márquez que fueron quienes lo lanzaron a la palestra pública, y que por eso, sobre todo el Secretario de Gobierno, Erick Patrocinio Cisneros Burgos busca reducirlo a nada, de tal suerte que cuando llegó, sobrado de sí mismo, creyéndose el nuevo cacique jarocho adelantó que el Fiscal se iba porque se iba, y no se fue, y cuando se avecinaba la Navidad y Día de Reyes indicó que su renuncia sería como un regalo de Santa Claus y los Reyes Magos, y tampoco se ha ido, y ahora lo encomienda a todos los santos luego de que el Congreso del Estado, también falló y hasta se le fueron varios morenistas como independientes, y quizá el bajacaliforniano ahora quiera encomendarle el milagrito al afamado Cristo Negro de Otatitlán, de donde dice ser originario, aunque el santo patrono de los afroamericanos no está para atender caprichos infantiloides.
LO CURIOSO es que el gobernador “prohíba” al fiscal del estado que acuda a las reuniones de seguridad y a la que presidirá el presidente en el Puerto de Veracruz, como si algo escondiera o temiera que la realidad en materia de inseguridad y violencia sea contada tal cual al tabasqueño, y este, que ha sido engañado por sus colaboradores como la Secretaria de Energía, Rocío Nahle que le dijo que en Veracruz hay una gasolinera que vende el combustible a 16.25 pesos litro, pero lo que no aclaró es que esa estación de servicio está cerrada desde hace mucho tiempo. Lo cierto es que a Patrocinio Cisneros Burgos le fueron con el chisme de que el Fiscal tiene preparada una carpeta que entregaría al Presidente, en la que detalla santos y señales de homicidios, feminicidios, secuestros, asaltos, robos, extorsiones, levantones, descuartizados y tumbas clandestinas pero, sobre todo, del comportamiento de la policía que encabeza Hugo Gutiérrez Maldonado en la era Cuitláhuac García Jiménez, y eso no gustó en Palacio de Gobierno, menos aun cuando se sabe que se ataca más a unos cárteles que a otros. Así las cosas.
***
TAL VEZ solo vayamos a pasear por los lagos e, incluso a Los Berros o al mismísimo Barrio del Dique (a ver si nos invita Tavo), pero lo cierto es que somos católicos, apostólicos y románticos y, por lo tanto hemos decidido dejar de zumbarle a las teclas unos días y guardar reposo; serenarnos, como dice AMLO. Por ello pedimos una disculpa a quienes se toman la molestia de descifrarnos, pero nos leemos, Dios mediante, el lunes venidero. Hasta entonces. OPINA carjesus30@hotmail.com |
|